Capítulo 26: Dulces sueños

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—¿Cuándo va a despertar?

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—¿Cuándo va a despertar?

—No lo sabemos. De ahora en adelante todo depende de ella.

¿Reconocen esa sensación cuando están semiconscientes? Es como estar dormido pero al mismo tiempo no. Eres capaz de escuchar y sentir todo lo que sucede a tu alrededor, pero tu cuerpo solo está ahí, inerte, sin captar las señales que emite tu cerebro para moverte.

Sé que estoy en mi cama, cubierta con una manta. Me han puesto calcetines y un trapo húmedo sobre la frente.

Sé que han apagado las velas, porque mi habitación ya no huele a fiesta de cumpleaños.

Sé que no estoy sola, porque soy capaz de sentir la presencia de Tyler rondando a mi alrededor como un león enjaulado. También esta mamá, que no ha dejado de acariciar mi cabello desde que se sentó junto a mi cama.

Y también sé que la familia del futuro se ha ido, no por el hecho de que no pueda sentirlos cerca, sino porque puedo sentir a papá en su despacho. Y conozco lo suficiente a Erick Moore como para saber que no estaría en tanto silencio, si tuviera a alguno de los tres personajes con él.

—¿Sabes... sabes si le duele? —La voz quebrada de mamá me rompe el corazón. Intento abrir los ojos, gritarle que estoy aquí, que estoy bien, pero no consigo nada. Ni siquiera mover un dedo.

—No lo sé —confiesa Tyler, su voz suena apagada y no necesito verlo para saber que sus ojos están enrojecidos y su cabello revuelto—. Pero sé que ella puede con esto. Es una Moore después de todo.

Mamá sorbe por la nariz y deja de acariciar mi cabello.

—Lo que dijiste hoy... Tu discurso...

—No fue nada que no sintiera en realidad.

—Lo sé, yo... Solo quería agradecerte por amar a mi hija de la manera en que lo haces. —Mamá tose, lo que indica que pronto se quedará sin voz—. Abby no es fácil de llevar, pero de alguna manera tú consigues que ella siempre saque lo mejor de sí misma cuando está contigo.

—Y ella de mí, Isabelle. Y ella de mí.

Escucho los pasos de Tyler acercarse y toma mi mano, aquella en donde reposa el anillo de compromiso y juega con la joya entre sus dedos. Deja un beso en el dorso y solo quiero acariciar su rostro, que él sepa que el hechizo no acabó conmigo, pero de nuevo, es imposible.

—¿Por qué no vas a descansar? Yo me quedaré con ella.

Mamá se queda en silencio unos segundos hasta que finalmente siento que se levanta de su lugar.

—Llama en cuanto haya una diferencia, lo que sea.

—Lo haré.

Mamá presiona sus labios en la cima de mi cabeza y escucho sus débiles pasos salir de mi habitación. Pero que gran forma de terminar la noche, nótese el sarcasmo. Los pasos de Tyler rodean mi cama y no tarda en tomar el lugar que ocupaba mi madre.

La Hija De Los Alfas (Saga Alfas #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora