Mis amigos se van cuando el reloj marca pasadas las siete después de que nos atiborramos con las pizzas que Ashley se encargó de ordenar. Solo queda una hora para el toque de queda.
—¿Estás mejor? —me pregunta Tyler masajeando mis hombros tensos por las horas sentada en esta silla, desde que Tristán me soltó de sopetón que alguien había jugado al carnicero con mi auto no he podido levantarme, es como si mis piernas hubiesen perdido toda su fuerza.
—¿De verdad tengo que responder eso?
Tyler ríe un poco y deja un beso en la cima de mi cabeza.
—Vamos, debes estar agotada.
Agotada no es la palabra que usaría, exhausta es un adjetivo que se ajusta mejor. Pero el cansancio físico no es nada comparado con el cansancio mental y emocional de toda la situación. Tener tantas preguntas sin respuesta es sofocante y lo único que deseo es tener al culpable de todo esto y hacer que cambie de lugares con Rita, como el criminal que es.
—No quiero caminar —me quejo haciendo un puchero como una niña de cinco años. Con Tyler, el papel de la chica madura de dieciocho años se va por la borda.
Mi novio rueda los ojos divertido, pasa uno de sus brazos debajo de mis rodillas y el otro por mi cintura. Yo por mi parte paso mis brazos alrededor de su cuello y dejo un beso en la comisura de sus labios.
—También podría acostumbrarme a esto —sonrío cuando sale del comedor y comienza su camino a las escaleras.
—Ya quisieras —rueda los ojos y no tardamos en llegar a mi habitación, en donde me deja sobre la mullida alfombra del suelo. Sigue tal cual la dejé y al ver los lienzos blancos detrás de la puerta no puedo evitar recordar a Jeremy y en el terrible cumpleaños que ha tenido.
—Ya vendrán más cumpleaños —me dice Tyler tomando una muda de ropa limpia de la mochila que trajo consigo cuando supo que estaba herida. Hubiesen bloqueado las salidas o no, él habría conseguido la manera de quedarse conmigo hasta estar seguro de que estaba bien—. Lo importante es que Christina está bien y que mayor fue el susto que los daños.
—Díselo a mi auto —bufo y Tyler ríe.
—Ya necesitabas uno nuevo. Una Liberty en pleno 2018, ¿en serio? —Tomo lo primero que encuentro que es la botella de mi desmaquillante y se la lanzo.
—¡No te metas con mi auto! ¡Idiota!
La botella choca contra la puerta del baño cuando se esconde dentro de este. Puedo escuchar a Tyler reír dentro del baño, pero no dice nada más así que decido tomar ropa de mi cómoda para cambiarme mientras se ducha.
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La Hija De Los Alfas (Saga Alfas #2)
مستذئبSegunda parte de "Viviendo con los Alfas", la cual se encuentra completa en mi perfil. Te recomiendo leerla para que entiendas los sucesos de este libro. Mi vida nunca ha sido un cuento de hadas, desde que tengo uso de razón he trabajado para tener...