Capítulo 19: Un cuento para dormir

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Todo el día se nos va entre mi casa y la de Tyler

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Todo el día se nos va entre mi casa y la de Tyler. Desayunamos con mi familia y almorzamos con los Price y con una emocionada Cynthia que no ha podido dejar de sonreír y abrazarme desde que llegamos.

—Mamá, ¿podrías no asfixiarla mientras vuelvo? —se ríe Tyler rodando los ojos. Dexter lo ha llamado a su oficina.

—¡Es que estoy muy feliz! —Se queja Cynthia—. ¿Puedes dejar a tu madre ser feliz? Con Dexter tengo suficiente mal genio

—¡Te escuché! —le responde Dexter desde la oficina y yo oculto mi risa detrás la taza de té que me ha servido Cynthia después de almorzar.

—¡Deja de ser tan chismoso por una vez en tu vida! —Se queja pero puedo escuchar la diversión en su voz—. Que tengas oído sobrenatural no te da permiso para escuchar todo lo que digo. Bueno chicos, ¿qué les decía?

—Iré a ver que quiere papá —dice Tyler divertido y se va por el pasillo que lo llevará a la habitación de mi estimado suegro. Nótese el sarcasmo.

No pierdo las esperanzas, Tyler consiguió que papá lo tolerara y hasta le diera un abrazo, ¿quién dice que yo no puedo caerle bien a Dexter?

Tienes altas expectativas, Rubia.

¿Ahora quién es el que está escuchando lo que no debe?

—Tienes que ver el álbum de fotos que hice de Tyler mientras crecía. Si quieres puedes llevar todo a la terraza mientras voy por él.

—Claro.

Tomo la bandeja con la tetera y el par de tazas de té y me voy al patio. Bufo cuando veo las puertas francesas cerradas y veo a ambos lados desde donde estoy para buscar un lugar en donde dejar la bandeja y poder abrirla.

Escucho pasos por el pasillo y ruego internamente que se trate de Peyton, pero no es así.

—Oh, déjame ayudarte —dice Violet, levantando la mirada de su libro y abre las puertas.

—Gracias —murmuro, dejando la bandeja sobre la mesa. Hace un día precioso.

—Yo, eh… Felicidades por el compromiso —me dice aferrando su libro contra su pecho. Lleva sus gafas y las levanta por el puente de su nariz—. Y me disculpo si Cynthia fue un poco… efusiva.

—Está bien —digo, esperando que capte la indirecta de irse. Sé que es su casa y todo el asunto, pero no me gusta su presencia cerca, ni por muy mate de Tristán que sea.

—Aún estoy intentando encontrar como ayudarte con tus sueños. Entender el funcionamiento del cerebro es algo complicado y más uno como el tuyo.

—Lo entiendo.

Violet hace el amago de irse, pero no se mueve de su lugar, es como si pensara lo siguiente que hará.

—Emm, sé que no te agrado —comienza, relamiendo sus labios—. No te preguntaré porque, con los años he aprendido que no puedes agradarle a todo el mundo, lo único que te pido es tener un trato cordial entre ambas. No digo que seamos mejores amigas, pero creo que por Tyler y Tristán podemos intentarlo. ¿No crees?

La Hija De Los Alfas (Saga Alfas #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora