Capítulo 15: El Alfa y la Luna

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Mi cerebro se desconecta el resto de la conversación y cuando veo que Tyler se levanta de su silla, yo hago lo mismo y salgo del despacho junto con él sin decir nada más

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Mi cerebro se desconecta el resto de la conversación y cuando veo que Tyler se levanta de su silla, yo hago lo mismo y salgo del despacho junto con él sin decir nada más. Sigo sus pasos y terminamos en la terraza que da al patio trasero, donde bailamos el día de la cena. Ojalá pudiera volver a esa noche y quedarme ahí para siempre.

Para nuestra suerte, la terraza esta vacía y lleno mis pulmones con aire fresco, sentía como si me hubieran aplastado contra un muro desde que Dexter soltó la noticia de sopetón.

—¿Estás bien? —me pregunta Tyler tomando mi rostro entre sus manos. Miro su rostro en busca de alguna respuesta, algo que me haga sentir mejor, pero en sus ojos marrones encuentro la misma consternación que siento dentro de mi pecho y que estoy segura, se delata en cada una de las facciones de mi rostro.

No es que no me agrade la idea de casarme con Tyler, pero no aún, no así. No dentro de dos meses y mucho menos como una estrategia para poder deshacernos de los vampiros. Quería que fuese una decisión solo nuestra y de nadie más.

—Es que… estoy en shock —murmuro sin saber muy bien que hacer, que decir o como sentirme—. ¿Tú no?

Rodeo su cuerpo con mis brazos y entierro mi rostro en su pecho, como si de alguna manera fuese una armadura, capaz de protegerme de lo que sea.

—Un poco —me dice, devolviéndome el abrazo y colocando su barbilla en la cima de mi cabeza. Acaricia mi espalda, pero por primera vez, su tacto no me ayuda a sentirme mejor—. Más no me sorprende. Había escuchado a papá hablar con Damon e insinuaban lo de la boda. No pensé que fuesen a tomarlo tan en serio.

—Odio sentirme como una pieza en su estúpido tablero de ajedrez.

—Oye, mírame —Tyler me hace levantar la mirada y nuestros rostros quedan a centímetros de distancia—. Sería una buena estrategia, no lo niego, pero igual podemos decir que no… Puedes decir que no. Ellos lo entenderán y yo también.

Escaneo el rostro de Tyler en busca de algo que me indique que está bromeando, pero no es así. Sin embargo, en su mirada encuentro algo que remueve todo en mi interior: tiene miedo. Ha ocultado sus pensamientos de mí, pero no necesito escuchar lo que piensa para saber el motivo de su miedo.

¿De verdad piensa que no quiero casarme con él? ¿Qué sería capaz de rechazarlo? Siento como sus ojos me miran hasta el alma y entreabro los labios en busca de un poco de oxígeno, ni siquiera me había dado cuenta de que había dejado de respirar.

—¿Tú quieres decir que no? —le pregunto en voz tan baja que hasta me pienso que no me ha escuchado y con mis nervios pendiendo de un hilo.

La intensidad de su mirada hace que mis piernas flaqueen y siento que se vuelven de gelatina y que solo soy capaz de mantenerme en pie porque él me sostiene. Con sus pulgares roza mis mejillas y veo como sus ojos cambian de color.

—No. ¿Y tú? —me dice, haciendo que la vida vuelva otra vez a mi cuerpo.

—No.

El rostro de Tyler se transforma por completo cuando sonríe como niño en una dulcería y se me contagia. Me besa y siento como si todos los astros se alinearan.

La Hija De Los Alfas (Saga Alfas #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora