Capítulo 33: Despedida de Soltera

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—¿A dónde me llevan?

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—¿A dónde me llevan?

No recibo respuesta.

—¿A dónde vamos?

Más de lo mismo.

—¿Qué están…?

—Abby, no vamos a decirte nada —gruñe Scarlett, enojada por mi insistencia. Con mi pulgar apenas y levanto un poco la venda negra que han puesto sobre mis ojos, y encuentro a la pelirroja en el asiento del copiloto y a Kat conduciendo.

—Oh vamos Scarlett, estoy dejando que decores mi casa —me quejo—. Y tú estas diseñando mi vestido de novia. ¿No es eso un pequeño incentivo para que al menos me digan a dónde vamos?

Mis primas intercambian apenas una mirada de reojo y vuelven su mirada hacia mí.

—No.

—Uf, pero que aburridas.

Bufo como un perro y vuelvo a cubrir mis ojos, enfurruñándome en mi lugar, en medio de Kendall y Candice. A primera hora tuvimos la reunión con los decoradores, en donde decidí incluir a Scarlett.

La hija mayor de los Anderson siempre ha tenido una pequeña obsesión por la decoración de interiores y me pareció una gran idea darle un empujón a la pelirroja uniéndola al proyecto de la decoración de nuestro nuevo hogar.
La paleta de colores es bastante simple, mucho blanco, gris y toques de color para hacerlo lucir más acogedor. Justo pasadas las nueve ya tenían toda la información que necesitaban y mis primas y mis amigas pudieron secuestrarme para llevarme a mi despedida de soltera.

Y uso la palabra secuestro porque cubrir mis ojos y arrastrarme hasta Nora a llevarme solo ellas saben dónde, no puede ser considerado de otra manera.

Aprovechando la oscuridad y la carretera, decido echarme una siesta. Después de verificar que cada detalle de la casa estaba tal como queríamos, Tyler y yo fuimos a supervisar la demolición del puesto fronterizo, el cual solo está a un par de muros de estar completamente destruido.

Al volver a su casa, ayudé a Tyler a preparar el almuerzo para todos —y por ayudar me refiero a no estorbarle— y luego pasamos el resto de la tarde viendo películas con Peyton y Violet en la sala de estar, hasta las tantas de la noche cuando ya no podía con el cansancio y Tyler me cargo hasta su habitación, en donde dormí como un bebé.

—¡Abby!

Mi nombre viene desde todas partes y me despierto exaltada y gritando por el tremendo susto, arrancándome la venda de los ojos. Parpadeo varias veces para poder aclarar mi vista y me encuentro con mis primas riéndose de mí y gruño, intentando controlar los latidos de mi corazón acelerado.

—¡Son unas imbéciles! —exclamo y Kendall palmea mi hombro, haciendo que la mire.

—Agradece que fue eso, mi idea era lanzarte una botella de agua a la cara.

La Hija De Los Alfas (Saga Alfas #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora