Asfixia

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Quisiera parar pero me temo que ya es muy tarde. Prefiero reír mientras los veo caer, uno a uno hasta que ya no quede nadie. Hasta que solo seamos tu y yo, hasta que la muerte nos separe.

En serio estaba odiando todo esto. Volvía a estar vestido de negro, dándole flores a la tumba de otra persona cercana, rodeado de gente con miradas lastimeras y sus voces no siendo más que murmullos. Había durado dos meses con Elizabeth,y sin saberlo la condene. Sin saberlo también condene a mi mejor amiga.

Como este pueblo no era muy grandes casi todos conocían a todos. Aquí igual que en el funeral de Sanya había mucha gente. Casi todo el instituto estaba aquí también, Coraline estaba vez estaba a mi lado y mi hermana y mi mamá también. Veías que la gente tenía flores de cualquier tipo menos de rosas, ya fueran rojas, rosas o blancas. Era como un acuerdo silencioso entre todos en que esas flores estaban prohibidas en cualquier funeral de las víctimas del Asesino de las Rosas. En el de Sanya habían muchas rosas, porque eran sus favoritas y nunca me había asqueado tanto.

—Al paso que vamos todas las chicas en el pueblo van a estar muertas— murmuró Coraline, Sel la escuchó y el color desapareció de su rostro

—Tranquila Sel, no dejaré que te pase nada ¿Si? Estás conmigo, yo te cuidaré— ella asintió y me agarró de la mano con fuerza

—Iré a hablar con Isabel. Tu deberías hacer lo mismo Elis.— sugirió mamá

—No quiero que a penas me vean lloren y me abracen recordando lo mucho que les encantaba que yo fuera novio de Elizabeth

Ella frunció los labios y me dio una palmada en la mejilla algo fuerte

—No seas grosero. Le darás tus condolencias y te mostraras muy triste por la muerte de la pobre Elizabeth. Sin discusiones

—Si, pobre Elizabeth, eran tan buena. Ni siquiera recuerdo por qué fue que terminamos— expresé con una mueca de dolor para luego cambiarla por una irónica —Ah si, fue porque me engañó—

Mamá me dio otra palmada en la mejilla, esta vez más fuerte y me dirigió una mirada severa de esas que decían “Harás lo que yo diga porque yo lo digo” y fue hasta los padres de Elizabeth.

—Aw, pobre. ¿Todavía tienes esa espinita por Elizabeth? Si alguien te hubiera dicho que ella no era buena para ti... Espera si hubo alguien ¡Esta chica!— se señaló Coraline con ambos pulgares —También Sanya te lo advirtió pero noooo, tu estabas encaprichado con esa rubia.—

—Mira quién habla. No ves diciéndote nada sobre...— ella puse rápidamente su dedo índice en mi boca mientras me callaba con un Shhhh.

—A los muertos no se los menciona

—Hablando de muertos, llegó la familia de Sanya— Coraline y yo miramos a Sel, cuando se dio cuenta de lo que dijo se sonrojó —Oh, lo siento. Solo me salió así, no quería ser irrespetuosa ¡Miren! Allí está Sammy iré a hablar con ella— mi hermana escapo lo más rápido que pudo

El Asesino de las RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora