Nota de amor

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Vale ¿No lo sabes? Pues eres lento, así que por eso lo lamento. Aunque no sabes nada de mi yo hasta mate por ti ¿Pero tú lo harías por mi? Lamentablemente no, así que esta es una triste nota de amor <3

Ese día fue que empezaron a llegar las notas. No se detuvo, casi todos los días era una nueva. Nunca aparecían en un lugar específico, en mi casillero. En mi mochila, en mi asiento, pegada cerca del camino por el que pasaba. Coraline también había encontrado una pero esa era exclusivamente para ella, no para mí. En la de ella se leía:

¿Quieres jugar con fuego? Eso puede ser peligroso pero te daré puntos por valentía. Si resuelves el misterio antes del solsticio de invierno te dejare con vida.

Si, ni las notas de ella ni las mías eran muy alentadoras. Las notas tampoco estaban firmadas, solo eran de color rosa y atrás de la nota siempre había una rosa. No teníamos dudas de que eran enviadas por el Asesino de las Rosas. Ya era oficial, con esto el mismo se estaba delatando, aparte de profesar su enfermizo amor hacia a mi era más que evidente que debía ser alguien que yo conocía. Una de mis sospechas era cierta y ahora la de que él fue el culpable de la muerte de Sanya me convencía mas y mas.


—Entonces— dijo Coraline a penas le abrí la puerta de mi habitación, ella no dudo en pasar y se lanzo a la cama sentándose en posición de indio —Estuve investigando y el Solsticio de Invierno es en dos meses, en diciembre, el 21 de diciembre para ser más exactos. De aquí a dos meses yo creo que ya el Asesino de las rosas esta tras las rejas ¿No? ¿Tú qué crees?—

Procese la información y sentí mi estomago revolverse, con unas nauseas crecientes. El único indicio que teníamos era que el Asesino era alguien que conocíamos, más nada. Y ahora quienquiera que fuera el Asesino de las Rosas también sabia de Coraline y solo le había dado dos meses de vida. ¿En serio sería capaz de resolverlo por mi propia cuenta? ¿Coraline y yo podríamos hacerlo de verdad?

—Cory…

—Oh no, estas usando el Cory de nuevo. Cuando usas el Cory de esa manera es que me quieres pedir algo que sabes que no me va a gustar

—No quiero arriesgarte ¿De acuerdo? Para ser sincero no sé si lo lograremos y ahora éste loco asesino también te ha involucrado y yo… yo—

— ¿Tu…?— presionó

—No quiero perder a nadie más. Ya perdí a Sanya, Cory, no quiero perderte a ti también

Coraline, y lee bien, se sonrojó. Cuando eso pasa es épico. Sus mejillas se prenden en fuego, de un rojo tan intenso como su cabello, sus labios parecen más rojos y se ve de lo más tierna —Aunque eso no lo admitiría en voz alta a menos que quisiera una patada en las bolas—. Ella puso su mano en mi hombro con la mirada fija en el suelo, cuando pasaron ya unos segundos me miró por fin. No dijo nada, no empezó un discurso de por qué no debería excluirla. Nada de eso, solo se quedó mirándome, aún así sus ojos me dijeron todo lo que necesitaba.

Ella, por más que se lo pidiera, suplicara así sea de rodillas, aunque le hubieran ofrecido una gran cantidad de dinero, comida ilimitada, vida eterna, o poderes a lo Marvel, no me dejaría. ¿Como lo sé? Porque yo tampoco lo haría. La seguiría a todas partes y estuviera con ella aún si eso significara peligro para mí.

Su mano se fue hasta mi mejilla y se quedó ahí

—No me pidas algo que sabes que no haré. Estamos en esto juntos ¿De acuerdo? Saldremos de esto juntos.

El Asesino de las RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora