Río de Sangre

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La chica ingenua del príncipe se enamoró. Él jamás cuenta se dio. Yo esperé paciente en la sombras hasta que fue el momento de salir a la luz. Al final no me quedé con el príncipe pero ella tampoco lo obtuvo. Gané yo.

Yo era de esas personas que creía que podían tener una persona para siempre. No en el sentido posesivo. Y tampoco creía cuando Elizabeth, mi novia, decía "juntos por siempre". Tampoco era así de ingenuo, algún día íbamos a terminar. Como todo. Todo siempre termina de un modo u otro.

Pero cuando Sanya me decía "Mejores amigos por siempre" le creía. Hasta imaginaba a mis hijos y sus hijos siendo mejores amigos. Nos imaginaba pasando juntos todo. Fuimos amigos casi toda una vida, mi primera palabra fue su nombre -Ni decir lo furiosa que se puso mamá-; su primer amigo fui yo; nuestros primeros dientes de leche se aflojaron juntos -Nos golpeamos los dos-; fui la primera firma en su yeso cuando se rompió el brazo por primera vez -No fue la última vez tampoco- y ella la mía cuando me rompí la pierna -Nos caímos de mi casa del árbol-; le enseñé a nadar; ella me enseñó a leer; estuve ahí cuando le rompieron el corazón por primera vez y ella estuvo ahí cuando esperaba a mis padres en dirección por pelear con el maldito imbécil-Casi lo dejo sin crías-. Con ella si podía ver el para siempre. Pero no era como muchos pensaban, no lo decía porque me gustara de otra forma, la amaba pero no era del tipo romántico. La amaba porque era mi mejor amiga.

Para siempre ¿Eh?

Maldito ingenuo.

Sanya siempre lo decía, que podía ser muy ingenuo y demasiado bueno para mi propio bien. Demasiado leal. No lo veía como un defecto. Ahora maldigo mi ingenuidad.

-Elis. Elis- esa era mamá llamándome. Juro que yo no la escuché, era como si estuviera en el cuerpo de alguien más. Solo podía ver la tumba sellada de mi mejor amiga.

-Elis, amigo- la voz de papá fue lo que me hizo reaccionar en ese momento. Él casi nunca estaba, se había divorciado de mamá y casi ni lo veía. Para mi hermana y para mí era como si fuera un fantasma. -Es hora de irse. Luego puedes volver cuando quieras y traer flores-

-Ella no puede estar enterrada

Él frunció en ceño confundido

-¿Eh?

-Es claustrofóbica, hay que sacarla. Odia los espacios cerrados y no hay ventanas allá. Hay que sacarla papá- cuando al fin me moví fue para ir hacia la tumba de Sanya. Yo estaba en algún tipo de shock. Todavía no terminaba de procesar la muerte de Sanya, ni el día en que la encontré muerta en su baño ahogándose en un río de su propia sangre ni el día de su entierro tampoco.

Papá me detuvo

-Elis, amigo. Hay que ir a casa- estaba demasiado ido en ese momento como para decirle que su casa y la mía eran versiones diferentes

-Es claustrofóbica papá- repetí, papá intentó acercarse así que lo esquivé rápidamente. Estaba a nada de llegar a la tumba de Sanya cuando papá me detuvo de nuevo. Esta vez sus brazos simularon ser cadenas enroscándose en todo mi torso y brazos.

-Suéltame papá ¡Suéltame! ¡Sanya! ¡Sanya! ¡Yo te voy a ayudar!- grité tan fuerte que me dolió la garganta y no paré ahí. Luché en contra de mi papá para liberarme de su agarre sin importarme que todo el mundo me estuviera viendo, sin importarme que Sel estuviera con la cara enterrada en mamá llorando sin parar de seguro porque creía que su hermano se había vuelto loco. Como si fuera sacado de una escena de película comenzó a llover, gruesas gotas caían del cielo pero en vez de pensar que era el cielo llorando por Sanya pensé que era una broma cruel pues solo me recordaba a las gotas de sangre que ella había derramado.

El día que entré a ese baño pensé que había sido el peor día de mi vida pero en realidad ese día era incluso peor. Supongo que estaba terminando de entender que nunca más volvería a ver a mi mejor amiga y eso me rompía el corazón.

Eventualmente dejé de luchar con papá, demasiado cansado me quede de rodillas en el barro, no me importaba un mierda ensuciarme en este punto. El aún no me soltó, se quedó diciéndome palabras reconfortantes pero era inútil. Yo no estaba allí, estaba entrando al baño de Sanya buscándola, no estaba en su habitación y la luz de baño estaba encendida y la puerta estaba entreabierta como si te invitara a pasar. Lo primero que captaron mis ojos fue el espejo roto, hecho añicos, los pedazos estaban esparcidos por el suelo manchados de sangre. Lo segundo fue la sangre. Lo tercero fue el cuerpo de Sanya hundido en la bañera, su cabeza no se había sumergido todavía así que su mirada estaba dirigida al vacío porque todavía tenía los ojos abiertos, no estaba en agua, estaba en sangre. Ella estaba bañándose en pura sangre, tenía una mano por fuera de la bañera y seguían cayendo gotas de sangre de ella haciendo este sonido hueco contra las baldosas del baño.

Blop, blop, blop. Más gotas para el río de sangre. Blop, blop, blop.

Ese maldito sonido quedaría en mi mente por el resto de mi vida.

Blop, blop, blop. Sanya murió.

NA: Oficialmente doy inicio a lo que será su futuro dolor de cabeza? Ok, tal vez no.


Esta es mi primer historia de este género, tengo otras historias pero no las he publicado tal vez lo haga en un futuro quién sabe. Espero que me tengan paciencia, trataré de subir capa lo más que pueda y espero no vayan a matarme cuando personajes que les gusten mueran

Porque en esta historia habrá muchas muertes

Tendrán muchas teorías

No habrá ese tipo de romance todo flores y miel ni protagonistas perfectos

Habrá secretos y espero sorprenderlos cuando descubran quién es el asesino/asesina.

Espero les guste, la Dark se va


El Asesino de las RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora