Fragmentos

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Tu poder atrae, tu poder ciega. Pero la verdad es que hay tanta maldad en ti disfrazada de pureza

Podrías pensar que mi vida era un asco.

Podrías pensar también que mi vida era interesante.

O podrías simplemente pensar que jamás quisieras una vida ni remotamente parecida.

Las personas siempre piensan diferentes cosas ¿No? Pues para mí, mi vida sí que era un asco, si fuera otra persona me comparecería del pobre desgraciado al que le tocó vivir ésta pesadilla. Ya no habría vuelta atrás, no podría cambiar nada ni dejar a las personas que amaba y quería fuera. La verdad es que me daba la sensación de que aunque no me hubiera empeñado en descubrir quién era el asesino de igual forma estaría envuelto en toda esta mierda.

Ya estaba cansado, muy cansado. ¿Cuanto golpes tendría que recibir? Una persona tampoco puede aguantar estar tanto tiempo en la miseria sin quedarse estancado. Y la verdad es que sentía desde hace tiempo que estaba tocando fondo y si no me rendía todavía era por mi familia y amigos.

¿Recuerdan todo el numerito de drama queen que hice en el funeral de Sanya? Esta vez no hubo nada de eso. Y no porque Artemisa no me importara sino porque ya estaba muy cansado. Estaba totalmente desconectado, no podía escuchar a la gente consolándome, ni el llanto de mamá, ni lo que fuera que decía el padre acerca de Misa. Nada. Me sentía simplemente vacío.

Como en el funeral de Sanya y Elizabeth habían asistido muchas personas, las muertes ocasionadas por el Asesino de las Rosas siempre tenía multitud de gente. Aquí estaban sus viejos amigos, antiguos novios, gente que la había visto crecer y gente que sentía pena por otra víctima del cruel asesino, también había gente que solo venía por morbo. La gente dejaba un montón de flores —nunca rosas— y sé que a ella le hubiera molestado porque era de las que decían que si querías darles flores a alguien no tendrías que esperar a que estuviera muerto.

Vi distraídamente al rubio de mi amigo dejar un ramo de gardenias y me percaté de que en serio debió gustarle mi hermana porque si dejaba gardenias sabía que eran las favoritas de mi hermana. Y eso significa que a mi hermana debió de haberle gustado también porque ella no le decía cosas de sí misma a cualquiera. Me entristeció más todavía.

El funeral de Michael no fue mucho mejor. Noah había corrido hacía la tumba de su hermano y le suplicaba que volviera, que no lo dejara y después el resto de sus hermanos intentó calmarlo. Cuando Coraline se acercó a él, éste la apartó bruscamente haciendo que la cara de la pelirroja decayera.

—Te odio— le había gritado a Coraline —Tu lo prometiste. Dijiste que no dejarías que le pasara nada, que no dejarías que le pasara algo a cualquiera de nosotros. Eres una mentirosa, te odio— y luego salió corriendo, Tyler fue a seguirlo. Coraline rompió en llanto mientras Lion la consolaba.

Cuando se puso a mi lado tomé su mano.

—Sabes que no fue tu culpa

—Me odia, en serio me odia— soltó afligida

—Ya se le va a pasar, luego lo entenderá— asintió pero no pareció muy convencida —Y también sabes que no fue culpa de Jackson—

El Asesino de las RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora