~ Noche Uno ~

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Jae sonrió levemente al escuchar al más bajo decir aquello. Se había sentido protegido desde el primer momento en el que vio que el chico estaba allí.
Era, realmente, como un pequeño ángel de la guarda para el rubio.

Matthew parecía indiferente, su sonrisa ocultaba lo mal que se sentía en esos instantes. YoungHyun sólo sonreía, saber que su nuevo amigo pasaría la noche con alguien de confianza le daba tranquilidad. Le había cogido cariño en muy poco tiempo, concretamente en la escasa hora y media que habían pasado juntos.

"Un momento, ¿ha pasado una hora y media?" pensó el pelinegro mientras miraba su reloj con los ojos abiertos como platos.

- ¡Matt! ¡Tendríamos que estar en casa ya! - exclamó el menor alzando su vista del reloj para poder ver al más alto de todos. 

- ¿Tan tarde es? - preguntó Matthew, alzando una ceja y girando su cabeza levemente - No tengo reloj...

- ¡No importa! - el pelinegro dirigió su mirada a los otros dos chicos, implorándoles perdón con sus ojos - Lo siento horrores, ¿nos vemos mañana aquí? 

Sus labios formaron un pequeño puchero que provocó que el rubio asintiera energéticamente al instante. El menor sonrió y estrechó al chico de gafas entre sus brazos. Jae no hizo más sonrojarse por aquel contacto inesperado. Al parecer, los humanos de la zona inferior adoraban el contacto físico, cosa que no ocurría en la zona superior y que pillaba de imprevisto a los habitantes de ésta.

- ¡Mañana nos vemos! - YoungHyun tomó a Matthew de la muñeca y echó a correr, ante la mirada de un confuso Woosung y de un Jae más rojo que un tomate, que sonreía inocentemente.

Matthew se giró y miró al de cabellos blancos por el rabillo del ojo. Su inconfundible voz resonó en la soledad del lugar segundos después.

- ¡Woosung! - le gritó, consiguiendo llamar su atención - ¡Luego te mando un mensaje!

Aquellos dos cuerpos se alejaban cada vez más pero, aún así, el rubio seguía con la mirada fija en la dirección en la que ellos iban corriendo. Todo lo que alcanzó a ver después de que el más alto de todos llamara la atención del de cabellos blancos fue una sonrisa por parte de éste último. Cuando la silueta de ambos chicos se había desvanecido al girar en una esquina, Jae quedó con la mirada fija en el lugar donde había dejado de ver a aquellos dos curiosos individuos.

- Aunque mires hacia allí no volverán. - rió el más bajo, hablando en aquel idioma arcano que despertó al rubio de su ensoñación - Vamos, tenemos que irnos nosotros también.

Woosung tomó la mano del rubio, provocando que él girara su cabeza en la dirección del menor.

- No te rías de mí así. - el mayor hizo un leve puchero que, en cuestión de segundos, cambió a una amplia sonrisa.

- Vayámonos, anda... - concluyó el más bajó y soltó una suave risa que hizo que el rubio imitara su acción, comenzando a caminar ambos a la vez.

- ¿Ir a dónde? - preguntó el rubio después de unos segundos andando, tras analizar lo que Woosung había dicho.

- A un hotel, idiota... - contestó el de pelo blanco, soltando la mano del mayor y girando sobre sus talones - ¿dónde creías que íbamos?

- No lo sé... - el rubio se sonrojó un poco a causa de la vergüenza que le había provocado el haber malinterpretado las palabras del menor.

Woosung volvió a girar sobre sus talones, dándole la espalda al rubio y metiendo las manos en sus bolsillos, y comenzó a caminar en dirección al hotel, lugar que el rubio era incapaz de saber dónde se encontraba. Los pies de Jae se movieron solos, obligándole a caminar tras el más bajo y posicionándole, en cuestión de segundos, junto a él. El menor esbozó una sonrisa al sentir la presencia de su amigo junto a él, tranquilizándole en cierta forma.

S E L E C T I O N ┊𝘫𝘢𝘦𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨𝘱𝘢𝘳𝘬𝘪𝘢𝘯 || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora