S E L E C T I O N ┊𝘫𝘢𝘦𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨𝘱𝘢𝘳𝘬𝘪𝘢𝘯 || PAUSADA

~ Una vuelta (D1) ~

- Adelante, desahógate enano - el rubio sonrió, apoyando sus manos sobre sus rodillas y echando su peso ligeramente hacia delante.

El menor se aclaró la garganta. Sus oscuros ojos viajaron desde la fina cara del rubio hasta sus propias manos, que, entrelazadas, descansaban sobre su regazo. Tragó saliva en un acto reflejo, ni su cuerpo lo pedía, ni el quería hacerlo, pero lo hizo igualmente.

- Sabes que aún sigue vivo el rumor de que Jinjin y Jaehyeong salen, ¿cierto?

El rubio asintió y peinó su cabello con su mano derecha. Su flequillo crecía cada vez más pero no se le había ocurrido jamás cortárselo. Woosung, por el contrario, cuidaba mucho su imagen, es lo que hace gustar de alguien, tener que lucir siempre perfecto para esa persona.

- Bien, - continuó el de cabellos blancos - pues creo que Jinjin está saliendo con Jaehyeong, pero por pena.

Los ojos de Jae se abrieron, pareciendo pequeños platos bajo las gafas. Movió ligeramente su cabeza, provocando se su dorado cabello se acomodase, de vuelta, frente a sus ojos, restándole una parte de su campo visual.

- ¿Cómo que por pena? - preguntó el mayor, aún sin salir de su asombro por tan impresionante punto de vista por parte de Woosung.

- Como lo oyes. - los pies del menor tomaron contacto con el suelo y él comenzó a caminar por la habitación, examinando ésta con la mirada mientras hablaba - Jaehyeong es muy inestable emocionalmente, a veces pasa de estar feliz a depresivo en cuestión de segundos, pero no llega a padecer bipolaridad a pesar de sus drásticos cambios de estado de ánimo.

-Y con eso quieres llegar a... - Jae seguía la blanca cabellera de su compañero de habitación con la mirada, con el ceño ligeramente fruncido.

- Quiero llegar a que, quizás, Jinjin sale con Jaehyeong por pena a que no encuentre a otra persona - Woosung giró sobre sus talones y quedó mirando al mayor, con una pequeña sonrisa plasmada sobre su rostro.

- Y eso quiere decir que tienes una pequeña posibilidad, ¿cierto? - el rubio esbozó una amplia sonrisa que perduró en su rostro unos segundos, puesto que ésta era tan amplia y exagerada que hacía que su mandíbula doliese.

Por su parte, el menor se tiró a su cama de un salto y comenzó a ahogar sus gritos contra la almohada. Aquel pequeño porcentaje de probabilidad que tenía su confesión de tener éxito había hecho que Woosung se emocionase hasta el punto de que la pálida piel de su cara y orejas se tiñera de un carmín bastante notorio.

- Pareces una fangirl - dijo Jae, recostándose sobre el colchón de nuevo.

- Cállate - ordenó el menor aún con la cabeza hundida en la almohada.

Tras un largo rato de gritos controlados por la almohada, Woosung se separó del saco de plumas tomando una gran bocanada de aire. Se giró de golpe, quedando cabeza arriba sobre la cama y terminando estirado como una estrella de mar.
Sin previo aviso, Jae se levantó de la cama, provocando un suave golpe cuando sus descalzos pies tomaron contacto con el suelo.

- Voy a salir - pronunció el de mayor estatura ante la atenta mirada de Woosung.

- ¿Salir? ¿Tú? ¿Y dónde vas a ir? - preguntó el menor con una sonrisa vacilona mientras se sentaba sobre el colchón y observaba a su mayor.

- Tengo que... hacer una cosilla...

Jae se calzó las zapatillas y dio una última mirada a Woosung, que había cambiado aquella mirada sobrada y superior por una más curiosa.
Cuando el chico de cabellos color mantequilla estaba por salir de la habitación, una voz a sus espaldas lo detuvo.

- ¿Irás a poner los transmisores? - preguntó el menor, levantándose de la cama torpemente - Conozco un sitio que...

Jae abrió los ojos como platos tras sus gafas al escuchar aquellas palabras.

"Mierda, se suponía que no sabía eso" se dijo el menor, abofeteándose mentalmente.
Ambos quedaron helados y el silencio se apoderó de la habitación.
Una visible expresión de incomodidad se instaló en el rostro de Woosung y Jae, a pesar de no ser muy bueno reconociendo expresiones faciales, pudo identificarla casi al instante.

El rubio se tragó el nudo que su garganta había formado e hizo que su rostro se tronara, de alguna forma, sombrío y distante.

- Ven si quieres, sólo iré a dar una vuelta...

Dicho esto, el chico que llevaba un par de minutos posicionado frente a la puerta se deslizó fuera de la habitación.
El menor, por su parte, corrió a tomar su teléfono. Sabía que, a esa hora, Matthew estaría en su descanso y podría echarle un ojo al rubio.
Porque, sí, Woosung se preocupaba mucho por su mayor.

Abrió el chat que compartía con Matthew y, pulsando el botón para grabar un mensaje de voz, le habló al teléfono.

- Matt, Jae ha salido del hotel y me gustaría que, si lo llegas a ver, hablases con él. Estoy algo preocupado porque creo que se ha enfadado conmigo. Gracias bro.

Tras enviar aquel mensaje, se dejó caer sobre la cama, suspirando más hondo que nunca antes.
Abrió la galería. Le había sacado varias fotos a Jae mientras dormía porque se veía tremendamente tierno.
Sí, a Woosung le gustaba Jaehyeong, pero sabía que no podía desperdiciar una oportunidad así.

Observó aquellas fotos con una pequeña sonrisa plasmada sobre su rostro. Cualquier persona que no fuera él juraría que no se le estaba cayendo la baba de milagro.
Aquellos labios entreabiertos, aquel cabello dorado que caía frente a sus ojos, tapándole parte de éstos, aquellas mejillas ligeramente sonrojadas, aquella naricita pequeña y preciosa, aquel cuello completamente inmaculado... todo lo que el rubio poseía lo hacía parecer perfecto.
Y desde luego que lo era a los ojos de Woosung.
Pero no era para él.

El tono de notificaciónde su teléfono sacó al solitario chico de su ensoñación.
Cruzando los dedos porque fuera un mensaje de Matthew, Woosung entró a la aplicación de mensajería instantánea.
Sonrió ampliamente cuando descubrió que era un mensaje de voz lo que había recibido. Pulsó sobre el botón y esperó a que su conexión descargase el audio para poder escucharlo.
En cuestión de segundos, la voz de Matthew llenó la habitación.

- ¡Hey bro! Claro que te echo una mano con Jae, si lo encuentro te mandaré otro audio que incluya su voz, no te preocupes.

Y, en ese momento, el chico de pálida piel y sonrisa deslumbrante, que se encontraba solo en aquella habitación de hotel, pudo respirar tranquilo.