~ Una dosis de frialdad (D1) ~

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- La parejita debería quedarse en su habitación si quiere darse mimos - el frío tono de voz de Jaehyeong irrumpió en el silencio que los otros dos chicos habían formado.

Woosung clavó su mirada en el recién llegado y bajó su cabeza, luciendo arrepentido. Después, alzó su cabeza y dirigió su mirar a los oscuros orbes del mayor sentado frente a él, buscando amparo en aquellos ojos que miraban con algo de desprecio a aquel chico, que se había vuelto el menor de la conversación.

- Ve a pudrirte - murmuró el rubio mientras se sentaba bruscamente y dejaba caer la servilleta sobre la mesa.

Jaehyeong entrecerró sus ojos, haciendo que aquel frío y misterioso aire se acentuara, y miró directamente a los pequeños orbes de aquel chico que se había atrevido a maldecirle sutilmente. Sus ojos viajaron, instantes después, hacia el entristecido mirar del chico de blancos cabellos, que, ligeramente cabizbajo, jugaba con sus dedos en su regazo.

- Si vas a salir con tu novio, contrólalo - dijo alto y claro el menor de los tres chicos presentes.

Sus palabras atravesaron, como si de un puñal se tratase, el pecho de Woosung, quien se mordió el labio para aguantar las lágrimas y apartó la mirada para que nadie viera como aquellas pequeñas gotitas amenazaban con salir.

- Si vas a hablarle a un conocido, deberías alejarte de temas sensibles como lo son las relaciones amorosas - contestó Jae, con todo aquel genio que había acumulado por culpa de las palabras de Jaehyeong.

El menor giró sobre sus talones y, tras chasquear la lengua malhumorado, comenzó a alejarse hacia la salida de aquel enorme salón.
Jae se levantó de golpe, haciendo ruido con la silla al separarla y llamando la atención de todos aquellos desconocidos que habían observado la escena. Se acercó a Woosung y colocó su mano sobre el esponjoso cabello de su menor, haciendo caricias en este para calmarle. El rubio esbozó una leve sonrisa que desapareció en el momento en el que su preciado chico de blancos cabellos se giró en su dirección, mostrando que, aquellas lágrimas que tanto había luchado por no dejar caer, habían resbalado por sus mejillas, demostrando cuan débil podía llegar a ser por Jaehyeong.

- ¿Podemos irnos? - preguntó el más bajo, limpiándose una de las muchas gotitas que hacían su precioso rostro parecer caótico.

- Vamos a irnos, - pronunció el rubio, haciendo énfasis en el "vamos" - ya.

Sin darle tiempo a responder, el mayor tomó la muñeca de Woosung, obligándole a levantarse, y tiró de él hasta salir de la gran sala.
El menor fue incapaz de reaccionar, sólo dejó sus pies se movieran al compás de los de Jae y que sus orbes de color azabache estuvieran fijos en aquella cabellera color mantequilla que danzaba frente a sus ojos por lo rápido que su mayor caminaba.
Al parar frente aquella gran superficie de metal que haya las veces de puerta del elevador, el menor no pudo evitar el dirigir su mirar al perfil del chico de lentes, quien, con la mirada fija en las puertas del ascensor, fue incapaz de moverse ante tal inquisidora mirada.

- ¿Por qué lo hiciste? - preguntó Woosung, dejando escapar cierta angustia junto con su temblorosa voz.

- Porque quise. - contestó fríamente el rubio, sin separar sus orbes de las mecanizadas puertas que tenía frente a él - Jaehyeong no tenía derecho a tratarte así, no después de aquello.

~ Aquello ~

Esa palabra resonó en la cabeza de aquel chico de menor estatura al que estaba contiguo a él.
"Jae no puede saber lo que pasó aquel día, ¿verdad?" Sus propias preguntas mentales patearon a su ser, devolviéndole a años atrás, a unos recuerdos que creía haber olvidado por completo.

S E L E C T I O N ┊𝘫𝘢𝘦𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨𝘱𝘢𝘳𝘬𝘪𝘢𝘯 || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora