S E L E C T I O N ┊𝘫𝘢𝘦𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨𝘱𝘢𝘳𝘬𝘪𝘢𝘯 || PAUSADA

~ Una vez más (N2) ~

- ¿Y bien? ¿Sobre qué quieres charlar? - la voz de Matthew era todo lo que se escuchaba en el lugar, tan varonil como siempre había sido.

- Simplemente... quería hablar.

Y hubo silencio. Un silencio que heló por completo a Woosung, quien permaneció observando el paisaje urbano que se alzaba frente a sus ojos.
Miles de edificios. Demasiados diría el de cabellos blancos. Todos con minúsculos recuadros con luz en su interior; ventanas que a veces dejaban ver a gente y a veces no. Miles de historias se dibujaban frente a ellos mientras la noche abrazaba a la ciudad.

- Adelante, habla - ordenó Matthew mirando al frente sin hacer visible ningún tipo de expresión en su rostro.

- Tú... ¿has pensado alguna vez en aquello? - pronunció con un hilo de voz el más bajo, abrazándose a sí mismo como si sus brazos fueran una especie de defensa.

Matthew suspiró. Cerró los ojos por completo y bajó la cabeza. Claro que lo había pensado, más de una vez y de dos. Pero pensaba que aquello jamás volvería a ser sacado como tema de conversación.

- ¿Cómo no haberlo hecho? - preguntó el más alto, sin siquiera darse cuenta de que la pregunta había sido formulada en alto.

- Y... ¿qué hacemos?

Woosung apenas pudo terminar de hablar cuando sintió como una mano tomaba su mentón y un par de labios se estampaban sobre los suyos, besándole con dulzura e inquietud a partes iguales. No pudo obligarse a no corresponder, una fuerza que no era la suya propia lo empujaba a hacerlo. Fueron unos segundos, escasos para ambos, los que estuvieron en contacto ambas bocas. Cuando se separaron, fueron incapaces de formular palabra y aquel molesto silencio se instauró de nuevo en la habitación.

- Acordamos que aquel sería el último - pronunció Woosung, notando como su vista se nublaba poco a poco -, ¿qué te ha llevado a cambiar de opinión?

Matthew no supo responder. Tampoco hubiera querido hacerlo, pues tan sólo había seguido un impulso. No sabría explicarle que haberlo visto abrazado a su propio cuerpo y temblando de frío de forma inconsciente le había llevado a besarle.
Como aquella vez.

- Yo... - tragó saliva casi sin darse cuenta de su acción, apartando la mirada y clavándola más allá de la ventana - lo siento.

Tomó la chaqueta que Jae había dejado sobre la mesa y la tendió sobre los hombros de Woosung. Sin darle tiempo responder a éste último, puso su dedo índice sobre los labios de Woosung, impidiéndole el habla.

- Me voy, mañana tengo clase... - susurró Matthew, bastante cerca de su menor y ligeramente echado sobre él - intentemos no hablar de esto, ¿vale?

Raudo y veloz, Matthew dejó un corto beso sobre los labios del de cabellos blancos, separándose prácticamente al instante. Sin decir nada más, se aproximó a la puerta para salir, no sin antes darle una última mirada de soslayo. Acto seguido, la imponente figura de Matthew desapareció por el umbral de la puerta.
Al mismo tiempo, Woosung se dejó caer de espaldas contra el colchón de su cama, con los brazos abiertos y la mirada en ningún sitio. Necesitaba pensar, intentar hacer como si nada pero, ¿cómo sería eso posible?
¿Cómo sería posible después de haber correspondido a aquel beso?

Suspiró. Su mente hizo un viaje hacia atrás, a cuando todavía se le consideraba un novato.

『Un día cualquiera, marzo, hace un año. 20:07』
~ Zona inferior ~

Recién llegado del largo tramo de escaleras, Woosung caminó en soledad por las vacías calles de la ciudad. Terminó frente a la facultad donde aquel chico que había conocido hacía ya bastantes lunas tomaba clases. Sin saber como, se paró frente a la gran verja que separaba la calle de la universidad, observando la enorme facultad frente a él. Las horas pasaron y su cansado cuerpo iba dando pequeñas señales de que necesitaba, aunque fuera, un banco para sentarse; se le escapaba un bostezo de vez en cuando, se le cerraban los ojos a veces, sentía sus piernas flaquear por momentos. Desde luego necesitaba un descanso, pero tantos sentimientos de golpe le habían quitado las ganas de dormir; cosa que se contradecía, a decir verdad, pero era la realidad. Woosung estaba cansado pero, al momento de irse a acostar para conciliar el sueño, sus pensamientos lo privaban del descanso, manteniéndole despierto durante toda la noche.