La laguna del toro bravo (Vanessa Giacoman)

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La familia Villamontes sufría una pobreza extrema, el padre alcohólico había despilfarrado toda la fortuna de la abuela, los hijos Diego y Macar estaban agotados de trabajar en las calles vendiendo dulces en las flotas de la terminal en la ciudad de Cochabamba.

Una noche Joaquín Villamontes bebía singani sentado a las orillas de la laguna del Toro Bravo y vio como una descomunal bestia del fondo de la laguna.

—Si no quieres que me lleve tu alma, tienes que alimentarme con sacrificios humanos desde ahora, sé que estas en quiebra, qué eres dueño de una flota llamada Abismos de Luz y Sombras. Té prometo que por cada alma que me entregues te hare el hombre más rico de tu ciudad. Dijo el toro infernal.

Joaquín recupero la sobriedad y desde entonces creo un servicio de construcción falsa, reclutaba mendigos de la calle ofreciéndoles trabajo en una construcción y los llevaba a la laguna donde las aguas se abrían en dos y las flotas se sumergían en las aguas.

Misteriosamente se convirtió en el hombre más rico de Cochabamba.

Una noche Joaquín Villamontes decidió el mismo conducir la flota donde llevaba sus sacrificios nocturnos, en el interior había un mendigo que antes había sido cura de una parroquia y que llevaba una biblia con él.

Llegaron a la laguna y las aguas repitieron el ritual. Mientras se sumergía la flota el cura saco su biblia y empezó a rezar, él toro infernal devoraba a los mendigos poco a poco, entonces cuando escucho la oración del cura sus ojos se cayeron al suelo como dos pedazos de cemento y se convirtió en cenizas.

Don Joaquín intento huir pero las almas de los miles de mendigos lo ahogaron en la laguna.

El ex cura nado hasta la orilla y se fue caminando hasta la ciudad, misteriosamente su biblia no estaba mojada y tenía en su interior la foto de Don Joaquín y el Toro infernal y en latín la frase "Dios es amor".

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