capítulo 3

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N.

El castaño se mantenía amenazando al contrario a la par que Mimi y James trataban de alejarlo de él con toda la fuerza que tenían hasta que un golpe bien dado en la mejilla del mismo lo hizo parar. El chico de tez pálida que hace minutos había entrado le había dado aquél golpe, John y los otros dos estaban sorprendidos.

─Dios santo, te has rebajado a su nivel.

El hombre canoso apegado a la pared dijo en un tono grave, Mimi se alejó y se puso en frente la puerta semiabierta. 
John soltó al chico, y tomó su mandíbula con fuerza mientras lo fulminaba con la mirada.

─No te creí tan idiota, muñequita

Puso las manos en los bolsillos de su pantalón escolar observando al otro, ambos con la mirada en alto aunque mientras uno sonreía con cinismo el otro lo veía con una mirada melancólica.

La admiración que sentían uno por el otro se había ido al caño en breves instantes.
Comenzaron a dar vueltas en la habitación pero pararon ya que John lanzó el primer golpe, muy certero, justo en la mejilla como hace rato Paul lo había golpeado. Paul no sabía que hacer, nunca había tenido intención de iniciar con una pelea "callejera" ni siquiera sabía pelear y tenia miedo, John parecía ser un chico con mucha experiencia en eso de las peleas y sí, de un momento a otro el golpe en la mejilla se volvió un golpe justo en la nariz, el golpe en la nariz luego se volvieron patadas en el abdomen y las patadas en el abdomen unas carcajadas pero todo paró por Mimi, tuvo la valentía suficiente de tomar una oreja de John y llevarselo arrastrando de ahí, muy bien sabía que el malagradecido no sería capaz de golpearla y se terminaron de marchar con un gran grito que salió de dirección justo cuando ya estaban abandonando la habitación.

─¡No lo quiero ver nunca aquí, jamás, no quiero que nunca en su vida se acerque a Paul y oficialmente queda expulsado de esta escuela Winston!

(...)

─No puedo creerlo John, eres tan estúpido. Le desgraciaste la cara al pobre chico, definitivamente estás castigado por un año o dos, tres de pilón y de pasada cuatro

Las risas de los chicos estaban presentes, la mujer había salido aún sujetando la oreja del castaño y para los otros era muy divertido el verlo siendo dominado por una anciana. La señora estaba hirviendo, la había dejado en ridículo en unos ¿20 minutos? quería con todo su esfuerzo mostrar que su sobrino podría ser mejor pero no, además de golpear al director golpeó a su hijo. Él solo mostró ser una vasca de persona.

─¿Que haré ahora?
La mujer lo soltó, John comenzó a sobar su oreja con cuidado de no maltratarla más y notó la mirada decaída de su tía. ─Auch
Pronunció por lo bajo aún admirando la delicada situación en la que estaba su casi madre, lucian sus ojos rojos quizá apunto de llorar y sus manos se habían vuelto un puño.
El ambiente agresivo ahora era uno incómodo y triste, la mujer quería lo mejor para su sobrino y ahora no tenia nada, por años podría seguir viviendo con ella y ella le podría dar lo que quisiera (claro, con límites) pero llegará el momento que tendrá que partir de este mundo y bueno, ¿qué hará?.
Al estudiar se podría decir que tendría algo asegurado, la música lo ayudaría sí pero ¿qué tal si su sueño no se cumplía?, no quería ver como el corazón de su sobrino se destrozaba al no poder hacerlo como tanto quería, mucho menos le gustaría verlo en la calle pidiendo monedas.

─Oh John, perdóname por criarte así

La mujer lo tomó y lo abrazó rodeando con sus finos brazos la tosca figura del adolescente, él solo pudo sentir un dolor punzante parecido al de perder a su madre; aquel apareció sin más inundando su pecho queriendo hacer salir las lágrimas retenidas. La mujer no lo soltaba, las lagrimas salían de ella como si fuese una fuente, John no sabia que hacer, se sentía desecho. Recién había reaccionado, la ira lo había cegado, ¿realmente había hecho tanto daño?, ¿cómo remediarlo? y recordó algo que podría hacer flotar de nuevo al barco hundido.

─Mujer, no llore, es simple educación, no me enseñan nada relevante, ya se hacer muchas cosas. ¿Se acuerda que por un tiempo estudié mecánica con mi padre?, aún está aquí.

Separó a la mujer de su cuerpo y apuntó su cabeza, la mayoría del maquillaje estaba arruinado completamente apegado al uniforme del chico, John carcajeo y la mujer con cara de pocos amigos gruñó para que luego una sonrisita acompañara la cara de la señora.

─Entonces... te compraré libros de mecánica. Por favor, ésta vez no me decepciones

(...)

Días después de la "tragedia" ya estaba todo mejor con la tía y el sobrino. John consiguió un empleo de mecánico cerca de la casa de su tía (como a cinco minutos de ella), gracias a que un amigo cercano de su padre lo había reconocido y lo contrató, sólo le dió algunos días para que aprendiese un poco más por su cuenta. Sabía que no era un novato en eso de los carros.

Y por fin John había descubierto su otro don, la mecánica.

Con los libros que su tía le iba comprando de poco en poco, la información se iba acumulando en él y eso lo hacía sentir mucho mejor que con los libros de texto de la secundaria (aunque era casi lo mismo, sólo que con distinta dificultad). Esto se sentía mucho mejor, no estaba presionado a aprenderse las cosas de golpe era aprenderselas de poco sin un plazo, no era libre del todo pero era una semana muy buena, ya sabía lo básico como;

Las piezas fundamentales de un auto, porque pueden ser dañadas y como se pueden arreglar.

Aunque había veces que confundía la falla de alguna parte con otra, eso era lo que debía mejorar. Pero no había mucho de lo que aprenderse

─Cambia mi nombre, mujer, ya soy un chico nuevo.

hablaremos luego (mclennon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora