capítulo 2

1.5K 157 288
                                    

Un día mas de fracaso pero en el colegio, un nuevo citatorio y nuevos problemas. John (una vez más) estaba en compañía de su tía Mimi fuera de la oficina tan reconocida del director, se podría decir que hasta sabía de que tipo de madera era la puerta que escondía los pequeños secretos que la trabajadora social tenía con el señor del mayor de los puestos.

─Te estás excediendo, ya es la tercera vez ésta semana y no sé como lo hiciste si apenas es miércoles

La mujer apuntaba furiosa al joven de cabellos alocados, el mismo dejó salir un bufido mientras que mal sentado cruzaba sus brazos. No veía tan mal el buscar divertirse, dibujar los horribles rostros de sus maestros con frases estúpidas como "lamo pelotas" no lo veía como algo que pudiese afectar su educación, claro, era distrayente pero eran pocos minutos, máximo cuatro.
Dos para pensar en una idea y otros dos para hacer el dibujo, sencillo.
Pero oh, los condenados profesores veían aquello como si hubiesen asesinado un pequeño gato bebé en sus pies.

─Mimi, silencio. Son muy exagerados, ¡yo no hice nada!, pero al saber como soy no les cuesta nada hecharme todo el peso de las estupideces de Stuart a mí, sólo tomé el papel. Lo que había ahí era divertido, me reí un poco sí, pero fue Stu el que lo inició. Escribió que olía a obo, mimi.

─¿Y qué es obo?

John rió fuertemente, momentos después Mimi entendió y le dió un ligero golpe en su hombro.

La espera fue larga después que una madre y su hijo salieran despavoridos de la oficina, era el turno del sobrino y su tía de entrar a la pequeña oficina.

─¿Qué tal, Señora Smith?

El hombre cruzó sus manos con un sutil toque de arrogancia, a la par que observaba a ambos con detenimiento. Hasta que John empezó a imitarlo sentandose en la silla al frente del escritorio del señor, minutos de silencio y miradas retadoras, un carraspeo se hizo presente ─John, va de peor a peor. Peor es poco ahora que lo pienso, ¿no a pensado en llevarlo al colegio de Artes cercano?, ésta es una escuela con prestigio, Quarry Bank no es cualquier cosa. ¡Deje de imitarme!

Un golpe en la mesa fue suficiente, John había desviado su vista y subió una de sus piernas encima de su rodilla. Mimi sujetó con su dedo índice y pulgar su tabique con fuerza.

─Pues la escuela parece lo contrario, podrían darle ayuda a John, un tutor o algo por el estilo. Bien sabe lo de su madre, desde ese día se a vuelto más... insoportable que nunca pero lo debo tolerar, deberían de hacerlo igual. Hará idioteces pero con un buen trato podrían...

─No, no somos guardería, señora. La otra vez que estaba tocando en la iglesia se veía mejor que aquí, ese es su ambiente, un ambiente lleno de mugrosos que buscan atención a gritos y golpes en la guitarra. No merece un título, no merece nada. No puede ser un cualquiera más, no lo merece.

Mimi guardó silencio y John se mantenía tranquilo sentado en la pequeña silla. Sus notas no estaban mal, pero su comportamiento hacia bajar esas notas volviendolas unas de las peores haciéndolo ver como encuencle, un idiota pero no, aunque tampoco se hayaba en el caso de hacer algo. Todo podría ser en vano.

─Oh quien mierda quisiera estudiar en ésta escuela, aunque en los baños venden de las mejores drogas pero ojo, aún sigue siendo basura, la falta de organización y muchas cosas la hace de las peores, una de ellas es que de pura casualidad la hija de la profesora Martha había reprobado la mayoría de las materias y wow, pasó. Yo reprobé educación física y tuve que repetir año, ¿qué?, van por palancas, ¡no por conocimiento!.

Se levantó el joven de golpe, ésta vez el sonido del escritorio golpeado fue a causa de John. Ambas de sus manos se habían estamapado abiertas mientras que una mirada de sorpresa y llena de confusión yacía en el rostro palido de la mujer de vestidos lujosos, ambos adultos se voltearon a ver.

─Mire Lennon, creo que dolerá pero, lo quiero fuera de esta institución ahora mismo, no voy a darle más oportunidades. Punto, y señora Smith, déjelo ser un mugroso más. No creo que le afecte, ya está loco. Largo.

El señor con su rostro rojo de coraje o vergüenza apuntó con su dedo índice la puerta de caoba, el castaño apretaba con fuerza su manos volviendolas un puño. Mimi lo tomó del antebrazo, no se le vaya a...

Pero lo hizo tarde, el muchacho ya había tomado al director de su camiseta y le gritó tanta vulgaridad que Mimi no sabía que habitaba en el cuerpo de John, cubrió sus labios con su mano extendida si que estaba sorprendida, mucho más al ver como el puño de su sobrino se estampaba multiples veces en el rostro del mayor.

─Es un desgraciado señor James, hacen muchas injusticias y al decirles en lo que están fallando, es más fácil desecharme.
El señor trataba de cubrirse, Mimi intentaba quitarle a John de encima pero era mucho más fuerte hasta que una figura esbelta sobresaltada se paró en el marco de la puerta.

Sus ojos verdosos miraron a John, vaya, lo desconocía, el castaño giró su cabeza y miró al chico. ─¿Paul?

Lennon soltó al mayor, el mismo se escondió entre el escritorio cubriendo su rostro casi sollozando. Paul frunció su ceño, sin más tardar corrió hacia el hombre oculto entre las sombras.

─Oh hijo mío, gracias a Dios apareciste, ésta bestia estuvo a punto de matarme.

El hombre abrazó con fuerza al pelinegro.

─Mimi, vamonos.
Habló con fuerza abriendo la puerta hasta que alguien habló.

─Mi hijo dice estar enfadado, que creía que eras una buena persona.

(...)

J.

Gire mi rostro ante ambos, me acerqué con pasos duros, la madera del suelo retumbaba. Ésta vez tomé al chico del cuello de la camisa

─Dímelo en la cara, bastardo





hablaremos luego (mclennon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora