capítulo 11

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El azabache se perdió en la mirada café de su amigo, no dudo en sonreír aún con sus ojos hinchados. Aunque al pensarlo bien... John no podría ser la persona ideal con la cual compartiría su primer beso, no quería qué hubiese problemas amorosos entre ambos pero fue tarde al sentir las manos toscas de su amigo jalandolo hacia el juntandolos en un beso salvaje.

Lo hizo sentir volar ese beso, más bien era una extraña sensación de comodidad y paz interior, lo deseaba. Ni idea, no lo sabía, estaba muy confundido batallando en si ceder o no, pasaron minutos de forcejo con Lennon para al fin seguir con calma la corriente y la posición no era la ideal. John estaba en el suelo con ambas piernas de Paul a sus costados mientras tomaba la cara de su amigo con las dos manos para qué no sé le escapara. Luego de separarse no tenían la mínima idea del que hacer, sé quedaron en la misma posición tratando de darse explicaciones de lo que habían hecho.
Con incomodidad ambos se levantaron despacio tratando de no hacer preguntas respecto al tema

─Paul, yo en serio... Perdón, sabes... ehh... ¿te llevo a casa?

Desacomodó su cabella castaña mientras veía a su compañero con el rostro completamente rojo. El chico asintió a la vez que sé sacudía con cierta sincronía con Lennon, ya que el tambien lo hacía. ─Hey, olvida esto, ¿sí?, no quiero ser tachado cómo gaylord o maricón.

Paul levantó sus hombros con cierta molestia, primero lo besa y luego le pide qué lo olvide siendo una de sus experiencias amorosas más lindas. Le hubiese gustado gritarle cosas en su cara para no quedarse inconforme pero con la ira que lo invadió tomó el brazo de Lennon.

《¿Sabes?, ¡mejor no me hables!, pensé que podría ser un asunto de risa en algún otro momento pero tú...》
Lennon le quitó la pluma de la mano

─Hey, calmate. No lo sé, estuvo mal... pero... ya sabes, los instintos. Hago las cosas base mis instintos, no había tenido ganas de hacerlo. Hasta ahora.

Posó su mano encima de la de Paul mientras lo veía con una sonrisa, el azabache rodó los ojos y apartó su mano donde estaba la de John. Paul le arrebató la pluma esta vez.

《Eres estúpidamente...》
John interrumpió. ─¿Lindo?
《ESTÚPIDO》

─Sabes, te diría me gustas pero... no eres mi tipo
Paul le dió un zape, él se lo regresó y se agarraron a golpes leves pero torpes. ─Te pego, te pego

Al cruzar enseguida de un callejón no soportaron más y se tomaron de la chaqueta y comenzaron a besuquearse de nuevo ahora dentro del callejón, ambos con la misma rudeza impropia de la cual los chicos de ese bando defendían y presumian. No querían llegar a mas que besos y uno qué otro toqueteo y fue así, John peleaba por tomar el control mientras Paul daba una fuerte batalla pero se rindió dejandose llevar por sus instintos por primera vez. John se excedía al apretujar sus gluteos y morder su labio y eso sin querer lo hacía sentir querer más.
Paul poco a poco estaba siendo más y más apretujado por la pared que estaba entre él y John, y no le molestaba, podía sentir la entrepierna de John y sus muslos tan deseados.

(...)

Ni uno tenía marcas, no tenemos saliva escurriendo de la boca, nuestros cabellos estaban despeinados como regularmente. ─Todo en ordén
Me observé y luego lo miré a él recargado en la pared sacando un cigarrillo de su bolsillo. Le pedí uno.
En su mano escribió rápido. 《Sólo tengo este, ¿compartes?》

Acomodé un poco el cuello de la chqueta y asentí. Al encender el cigarrillo tosió, sabía muy bien que aun no se acostumbraba pero estaba bien, todo a su paso. Después de varias caladas qué le dió me lo pasó y caminamos un poco saliendo de ese sucio callejón. Inhalé y sé lo dí.

─Mira, maldito Macca, ya está saliendo el sol.
Le dije con los ojos entrecerrados mietras le arrebataba el cigarrillo de sus dedos. Me dedicó una mirada fea y yo le saqué la lengua admirando el paisaje semi naranja en mis narices pero todo fue lo peor al sentir un dolor agudo en mi cabeza provocandome un gran mareo.

No le dije a Paul, caminamos hasta su casa a pasos lentos y entramos en ella. Con lentitud trataba de abrir la puerta, no encontraba la llave y me estaba desesperando. Al momento que abrió la puerta, sin ordenarlo mi cuerpo se movió  y fue subiendo las escaleras para terminar en la habitación de Paul, donde me eché a la cama como un angelito.
L

uego de varios minutos llegó Paul pero ahora con una pijama azul llena de nubes, demostrando lo qué en realidad era, un niño mimado y bobo. Se acostó a un lado y tapo con las cobijas,  lo abracé por la espalda y nos quedamos dormidos sin muchos problemas.
Soñé normal.
Estabamos ambos mirandonos fijamente, sus ojos eran lindos y sus pestañas eran igual de largas, como normalmente. Era un bello espectaculo qué entresueños quizá me hizo sonreír, luego estaba él tocando con delicadeza la guitarra qué luego cambió por un bajo, muchas cosas raras qué hacía.

Como el no hablar y escribirme, ¡por un momento lo había olvidado!. Había olvidado su condición y sin querer me sentí mal, me habría encantado escuchar de su boca por lo menos mi nombre o algo por el estilo y no podría hacerlo nunca.
Sí no me dice ni loco me doy cuenta, aún así como dije; olvido su problema y me siento como si él fuese un loco extraño tratando de llamar la atención base cartitas, y sinceramente me gusta pensarlo. Asî tengo la tenue esperanza de alguna vez escucharlo. Me encanta vivir en la ignorancia, donde en mi mente aún hay espacio para pensar qué algun día me llamará por mi nombre o me reprochara a gritos lo qué tanto le desagrada de mí, pero no lo hara.

─Hablaremos luego.
Susurré aún dormido.

hablaremos luego (mclennon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora