capítulo 22

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《Pues dejar de verme, duh》

Movió sus manos mientras yo lo mantenía preso en mis brazos. Era un idiota después de todo.

─No Paul, es serio. Sabes, pienso entrar a una operación para dejar dr usar los lentes, los detesto

《Es mejor usar los lentes que arriesgarte de esa forma. Las cirugias van a medias, no te lo recomiendo oh bueno, ya veremos. 》

Y su seriedad había sido remplazada por una sonrisa soncarrona que se veía plenamente dulce en su carita de cachorro. ─Debe haber respeto, Paul
Le comenté entre risas, me era inevitable al notar el porte burlesco que había tomado.

《Pues lo hay, no se tu pero yo no le veo la gracia》

─Te puedo destrozar tu carita con mi puño

《Hazlo, para que rueges volver y yo te diré que no》

Me sacó la lengua ocultandose en mí pecho, algo muy idiota de parte suya. ─No me importas, dejame en la vereda solo y sin compañía

Mis manos pasaron por su cintura , saboreando la textura de la misma moviendose agilmente ante sus curvas peligrosas, provocando pequeños espasmos al toqueteo imparable en él. Lo coloqué bajo mi pecho, levantandome sin mucha fuerza con mis brazos, quedando frente a frente de una buena vez, mezclando con parsimonía nuestros dulces alientos y las miradas profundas de ambos que se iban combinando.

─Te quiero hacer mío
Sus ojos demostraban deseo, también ese leve espasmo que recorría su cuerpo lo demostraba. 《No quiero》
Tragó saliva, moviendo sus grandes manos temblorosas, observandome sin parar con esos ojos tan lindos.

─Lo voy a hacer aunque no quieras.
Con mi trasero lo apasigué sentandome encima suya, impidiendo cualquier movimiento agresivo mientras poco a poco iba extrayendo su camiseta con mis dos manos. Observando la belleza que expedía su pecho desnudo con alguno que otro vello ya que se inmediato en mi parte baja se estaba formando un dolor tanto como inexplicable y delicioso. Paul era una obra de arte que no sé merecía nadie.

Pero seguí.
Fui desabrochando mi camiseta de botones dando un ligero bailoteo en la entrepierna de Paul, el cual solo me miraba con su rostro rojo intentando mantener su respiración con calma ante aquel momento tan excitante para ambos, al ya estar casi desnudo por la parte de arriba, sus manos pasaron por todo mi pecho, acariciando mis abdominales con compañía de su hermoso labio carnoso siendo mordido sin mucha fuerza.

─Me encantas
Le comenté aventando la camiseta al suelo y comenzando a desabrochar mí cinturón de cuero que con su ayuda fue siendo retirado con muchísima más velocidad. ─¿Ya quieres?

No podía estar serio, su cara sacaba facetas mías que ni conocía. 《Sí》
Eso entendí al verlo mover con lentitud su dedo meñique, obsevandome divertido.

Rodé los ojos, era muy ocurrente. Me levanté un poco para retirar mis pantalones y de paso notar una erección gigantesca ocupar los pantalones de ambos, sonreí deshaciendome de mi pantalón, tirandolo por ahí. No importaban mucho al momento.

Paul aprovechó que me levanté de él para hacerlo con el suyo con una lentitud seductora, mordí mi labio ansiando sentir su piel chocar con la mía, por fin después de tanto.

Al estar ambos sin algun tipo de ropa interior nos observamos, Paul era un dios griego. Era delgado, sus piernas lo eran bastante pero así eran perfectas, sus labios y cachetes rosados le daban una apariencia de inocencia, su cintura era muy fina y su estomago perfecto aún así tuviera alguna pequeña acumulación de grasa. Rollitos.

Así era perfecto.
Lo devolví a la cama empezando con un beso suave, mezclando nuestras lenguas y un poco de saliva que escurría de nuestros labios, con mi mano derecha subí su pierna a mi espalda el lo tomó bien y me sujetó con esa misma, mi miembro rozó incontables veces con su entrada pero aún no mas nada, el líquido pre-seminal que salía de mí se iba acomulando ante cada pequeño rocé que hacia en él.

Había probado tan poco y ya era un drogadicto por su culpa.

─¿Qué opinas?, ¿listo macca?
Con sus manos rodeó mi cuello, me observó con dulzura y asintió con su cabeza. Ya lucía exhausto, enamorado, excitado, conmocionado, temeroso, podía leer tantas expresiones en su rostro y ninguna era vacía. Al estar completamente seguros proseguí a poner la punta de mi miembro dentro suya.

Pudé sentir como dió un ligero brinco, que me provocó ternura pero seguí dando ligeros empujes intentando prepararlo poco a poco a esta sensación nueva para ambos.

A los minutos ya estaba desesperado y continué, otro brinco salió de él, apegó su pecho con el mío y pude sentir la rapidez con la que se movía su coranzoncito. Estaba justo como el mío. Comencé a moverme con mas fuerza, él solo pudo agarrar mi cabello con fiereza, hice que me soltara mientras me miraba boca arriba confundido.

─En cuatro, princesa
Susurré a su oído entre jadeos, sin dudarlo lo hizo. Recargó sus manos en la cama al igual que sus rodillas y observé su trasero con mayor devoción. Me preparé detrás suya tomando sus caderas para finalsmnte introducirme de golpe, moría por gritar por doquier cosas obscenas pero... ─¿John?, ¿dónde estás?

Escuché a alguna voz hablar, parecía la de una mujer pero que me importaba, lo que estaba haciendo era mucho mejor que hacerle caso. ─Oh Paul

─¿John?

─Eres tan, ¡ah!
Un gritó salió de mí, ya había eyaculado y Paul se tirò a la cama con una sonrisa, me tiré al lado mientras lo abrazaba sintiendo el dulce calor de  su piel convivir con la mía (y algunos de nuestros fluidos) ─¿John?

Tres toques se hicieron presentes en la puerta, Paul me agarró del rostro obligandome a verlo. ─¿Qué?

Le pregunté a Paul. 《Estuvo genial》
Movió sus manos a mi vista subiendose encima de mí mientras jugieteaba con mi rostro.

─Eres tan lindo
Lo tomé del mentón, haciendo chocar sus labios con los míos. Podría hacerlo mil veces.

─Voy a entrar, John
─Estoy desnudo tía

─Iugh, ¿por qué?
─Paul me tiró el agua en la ropa, estoy buscando que ponerme, Paul tiene los ojos cerrados. ─Le dí un beso demasiado estruendoso.  ─¿Verdad Paulie?, ah espera, no habla

Me reí y él se bajó de encima mía ahora enfadado.

─Okay John, quería despedirme de tí, es que voy a salir con unas amigas. Pero bueno, te cuidas y... deja a Paul en paz. Paul, si te molesta me dices, tengo ganas de pegarle desde hace bastante

─Adiós tía, yo también la quiero. Paul más ─Grité para luego susurrar intentando no reír. ─No te enojes amor

《No me veas más》

Volví, y con un dato bien cool, la mudez puede ser causada por  un incidente traumatico que es temporal de días, semanas, meses o años B-)

Pero no sé, después veo si sí bay

hablaremos luego (mclennon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora