hablaremos luego (mclennon)

capítulo 14

John.
Después de la salida de Mimi tuve una fantástica idea, aprender el lenguaje de señas. Ese día pensé en como podría hacerlo y wow, ahora estaba enfrente de una espaciosa biblioteca tomando fuerza de voluntad y ganas de aprender.

─¿No te basta ser mécanico, Lennon?
Me dije a mí mismo apunto de abrir la puerta. ─Puedes dejar de ser su amigo... aún hay tiempo
Abrí la puerts y un aroma cálido a café entro a mis fosas nasales, acompañado de un agradable calor no tan sofocante. Había un montón de repisas llenas de libros, llegué con la secretaria y con un poco de tímidez le hablé. Esa era otra faceta mía al no ser vulgar.

─¿Tiene libros para aprender el lenguaje de señas?
La mujer no era tan atractiva así que la dejé pasar mientras su sonrisa se ensanchaba y me daba un pequeño montón de libros de diversos tamaños. ─Sólo tengo estos, ¿cuál quiere o le sirve?.

Miré las portadas de los ocho libros, tragué saliva. ─Pues... ¿todos?.

La sonrisa de la mujer se borró y apareció una cara de confusión bastante graciosa. ─¿Tú no eres el qué se peleó la otra vez con unos tipos?

Asentí un poco más quitado de pena, la mujer lucía ser alguien agradable y de confianza. ─Supongo

─Qué raro, ¿tú aquí?, ¿quieres conquistar a una pajarita muda o por qué tanto interés?...
La malicia no sé notaba en la voz de la mujer pero la palabra muda me daba un extraño sentimiento de enojo. ─Algo así, quiero charlar con tal sin notitas, es tedioso pero me gusta su letra. También quiero qué sea sorpresa
Resoplé pensando que era una idea muy mala, cuánto tiempo perderé... hasta que la mujer interrumpió una de mis crisis momentaneas.

─Yo te podría enseñar, tengo un primo con tal problema y lo aprendí sin mucho problema.
Me enojaba qué fuese diagnosticado como un problema pero oh, era tan cierto. ─¿Me esperarías a mi hora de salida?, es dentro de unos minutos

Asentí, no tenía nada mejor qué hacer, la próxima presentación qué tendría la banda sería dentro de dos semanas y acababa de salir del trabajo. ─Claro

(...)

La mujer salió con una mochila colgada en su hombro. Su nombre me dijo qué era Michelle, era unos años mayor que yo y en sus manos tenía la mitad del montón de libros qué me había dado, íbamos rumbo a la cafetería más cercana a la libreria.

─¿Entonces sí tienes novia para qué quieres "hablar" con la otra?...
Llegamos ahí en un abrir y cerrar de ojos, acto seguido saqué su silla y se sentó, agradeció agachando la cabeza y yo igual me senté al frente suya.

─Pues, ¿por qué no?
Ella levantó una ceja, abrió un libro.
─Bueno casanova, mira la imagen del libro y luego mira mi mano.

La mano estaba hecha un puño sólo que con el pulgar levemente levantado. ─¿Me estás amenazando Michelle?
Me levanté enfadado del asiento y la miré con molestia, ella rió y tomó mi brazo haciendome sentar otra vez.

─No idiota. ─Risa.─ te estoy enseñando el abecedario. Eso que hice es la letra "A"

Un rubor se extendió por mis mejillas pero me crucé de brazos tratando de hacer como sí no me importara. ─Ah

Luego puso su mano totalmente abierta pero con su pulgar apegado en su palma. ─Cómo mierda voy a aprenderme eso, ¡apenas van dos cosas y ya se me olvidaron!

─Esto llevara tiempo, ¿cómo te llamas?...
Me dijo mientras su mano se colocaba encima de la mía aue estaba encima de la mesa. Reí con nerviosismo.

─Me llamo Eric
Ella levantó una de sus cejas. ─No tienes cara de Eric

─¿De qué tengo cara entonces?
La reté divertido. ─No lo sé, Eric no te queda
Sonrió, por un momento su sonrisa me pareció lo más radiante qué alguna vez había visto pero recordé mis intenciones principales.

─Entonces... así es la letra "B"... wow

Traté de evitar su mirada concentrandome en las pocas letras qué me había mostrado. ─Sí, así, Eric

─Entonces... ¿las palabras se van formando con hacer cada figurita de estás ó?...

Negó con su dedo. ─La mayoría de las palabras, sentimientos o acciones tienen una señal. Tal como; gracias, hambre, por favor. Después de un tiempo se memorizan y son fáciles de hacer...

─¿Y si vamos directo a las señales esas?. ─Me miró fingiendo tristeza.

─No, así no podré pasar tanto tiempo contigo.

(...)

M

e despedí de ella con un apretón del cual ella no se dignaba a soltarme, y para qué negarlo, yo no hacía nada para evitarlo, logré aprenderme todo el abecedario y camino a casa lo iba practicando. La cafetería estaba cerca de la casa de Paul por lo qué no dudé ni un segundo en ir por esa calle qué de un momento a otro se fue haciendo más conocida para mí.
Esta calle era justo como la palma de mi mano, la veía todos los días (filosofia diferente a la de los demás).

─Quizá mi reacción es así con todos y no estoy enamorado de Paul. ¡Sí!, lo estimo por eso soy así, con ella me sentía bien...

Pasé por enfrente de su casa tratando de hacer el mayor ruido posible, y salió. Sonreí como bobo, ahora tenía una pijama de rayas blancas y rojas.

─¿Hola?
Le dije. Rodó los ojos y movió su mano en forma de saludo, estaba descalzo. ─Qué bonita... ─me miró feo.─ pijama, ¿creíste qué tú?, no todo gira alrededor tuyo.

Se giró cruzado de brazos y aunque no pudiese escuchar su voz sentía como si me pudiese hablar telepaticamente y claramente me decía: "ah bueno, vete y no vuelvas"

Lo tomé por detrás de la espalda mientras qué con calma olfateaba el aroma de su cabello. ─No te enojes cara de bebé

Echó su cabeza hacia atrás recargandola en mi hombro y cerró sus ojos con fuerza, lo máximo que pude hacer fue dejarle un beso al aire porqué el bastardo de su padre había abierto la puerta dando una perfecta iluminación a nuestros rostros.

─¿Lennon?...
Ví como la furia lo consumía y Paul se hizo a un lado quizá temblando. No lo niego, yo igual lo hacía. ─Tenemos que hablar seriamente sobre esto... ¡ven!