capítulo 13

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─¿John?, ¿cuándo entraste?
Me detuve en la puerta al escuchar la voz del viejo. Me quedé ahí quieto tratando de abrir el picaporte con torpeza.

─¿Cuándo entraste, Lennon?
El estúpido había hecho su voz más profunda y ronca, giré mi rostro ya cruzado de brazos. ─Mañana en la tarde

Mi molestia (aunque no era eso) se notaba de lejos, porque Mary comentó algo a su esposo en la oreja y él la observó y asintió, luego volvió a hablar.

─¿Y por qué estás molesto?

Claramente no le iba decir la razón verdadera (del todo). ─No estoy molesto pero, pues... su hijo me ganó en las vencidas. Y al ganar sé llevó algo, también me convirtió en algo totalmente asqueroso...

Hablé dejandome llevar pero parando de golpe al ver la sorpresa en la mirada de ambos. Quizá había hablado demás. ─¿Cómo qué convirtió?, ¿en qué?

La mujer habló al fin, los nervios me carcomían pero actuaba como sí nada a expeción de las gotas de sudor que bajaban de mi frente a mi mejilla, eso delataba mis nervios.

─Pues perdí, ¡me convirtió en un perdedor asqueroso!, ahg. Un maricón.

Iba a tratar de abrir de nuevo el picaporte pero me interrumpieron, aunque esta vez era Paul. Bufé. Tenía en manos una hoja de papel qué decía 《Perdón, yo lo hice una vez por ti. Hazlo también una vez por McCartney》 mientras su labio formaba una mueca de tristeza.

Lo tomé del brazo con fuerza ahora subiendo las escaleras demasiado rápido mientras los McCartney volvían a lo suyo sin tomarnos tanta importancia.
La puerta de la habitación estaba abierta, sin problema nos adentramos a ella y cerré la puerta con seguro.

─Sí te perdono, pero no hagas comentarios de ese tipo. ¿Sí?, ya se que te molesta... ¡sabes muy bien que estamos jugando!
Paul levantó una ceja y buscó algo, quizá su libreta y sí. Me quedé callado esperando su respuesta.

《¿Yo?, tú eres el que sé lo tomó a pecho. A mi me da lo mismo. c:》

Rodé los ojos hartandome cada vez más. ─¿Yo?, ¿qué?. Nah, ¡tú sacaste el tema de Cynthia!, en tus ojos vi celos

Lo decía bromeando pero el se soltó de mi mano sentandose en la cama con la mirada gacha. Abrí los ojos mientras mi lengua abultaba mi mejilla.

─¡Ves!, tú eres el loco... y además me pegaste tu mariconada
Sus ojos se entrecerraron, me dió gracia pero no me reí tratando de "ser/verme serio". 《YO NO TE PEGUÉ NADA》

─¿Y el trasero?, ¿hmm?
Me crucé de brazos hablando fuerte, me dió un golpe con la libreta y luego escribió.

《Yo nunca haría eso, John》
Mostró el escrito con su rostro rojo, pero me pareció lindo ver mi nombre con su letra cursiva.

─Ah, ¿seguro?
Le levanté las cejas mientras mordía mi labio. Sonrió como un bobo y palmeó la cama al lado suyo. ─Sí me acerco a ti seguro te doy un beso

Y siguió. ─Sí tu papá nos encuentra teniendo sexo será tu culpa

(...)

─¿Qué tanto haces con los McCartney John?

Ya era la quinta vez que me quedaba en casa de Paul y Mimi al fin se dignaba a preguntar (despues de tanto tiempo por fin había llegado su momento indicado). ─Le enseño a Paul a hacer marometas
Ambos estabamos lavando los trastes, ella los tallaba y yo los enjuagaba.

─No te enseñé a ser así John, ¿sabías?

Negó con su cabeza varias veces tallando un plato plano. Reí al ver su indignación. ─Pues no hacemos nada, me enseña sus cosas... ─Guardé silencio─ claro, de Elvis y Little Richard, Tía.

Aclaré mi garganta enjugando el plato recién tallado por mi tía. Era el ultimo así que ambos enjugamos nuestras manos en agua y las secamos en nuestras ropas. ─¿Ahora irás con Macca mi niño?
Pensé y luego negué con la cabeza. Ella me estaba viendo. ─Bueno, es qué voy a salir con mis amigas. Todo está limpio y ya terminaste tu turno en el trabajo, creo que te voy a dejar bien. Sabes cocinar, no haces fiesta. Y dime si vas a ir con McCartney, por favor, si no para pedirle a la vecina que cuide la casa.

─Ehh, no. Ahora no, me dij... escribió que iba hacer tarea de aritmética, o no sé que carajo en equipo con no sé quien. Ahg.

Me tiré al sofá y saqué una revista con chicas con poca ropa debajo de el, Mimi me la arrebató y dejó un beso en mi frente. ─No veas eso, enfermo. ¿Vas a estar bien?
Se quitó el delantal y me levanté del sofá para despedirla.

─Sí me das la revista sí, quizá
La abracé y le dí un beso en la frente.

─Lo tomaré como un sí
Mimi sonrió. ─Cuídate, no consigas otro sobrino

─Sí te portaras así todos los días no lo haría
me soltó y salió, su risa se escuchaba desde afuera de la casa con la puerta ya cerrada. De inmediato corrí al refrigerador y saqué una lata de cerveza bastante escondida y saqué del sofá otra revista.
Últimamente no me satisfacia ver las revistas, muchas cosas de las que hacía ya no eran lo mismo y eso me molestaba por completo. Las rubias ya no eran lo mío, ahora eran las pelinegras.

─Oh mira esta de ojos verdes...
Con los dientes totalmente sellados aspiré aire haciendo un sonidito extraño. ─Ojos verdes... iugh, Paul

Aventé la revista para luego poner mis manos sobre mi pecho mirando el techo.
─Nada más me gusta poquito, además yo no le gusto. ¿Como mierda vamos a hablar si no llega a tener una libreta?, ¿si estoy enamorado?. ¿Por qué hablo solo?. ¡Ya sé, tengo una idea!

Me levanté entusiasmado.








hablaremos luego (mclennon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora