Abrí mis ojos al sentir como acariciaban mi piel, quería saber ¿Dónde estaba? No era el techo de mi habitación, podía observar las estrellas, escuchar el susurro del viento, deseo levantarme, pero mis piernas no respondían. Me impulso usando mis codos para alzarme un poco y mirar a mi alrededor, me encontraba recostada sobre almohadones de seda, unos pilares altos me rodeaban, estaban cubiertos por telas de seda color blanco, el viento las movía dejando ver brevemente el bosque donde me encontraba, el cielo se encontraba oscuro, lleno de estrellas brillantes, la luna se alzaba en lo más alto acompañada por ellas. Me abrazo al sentir el frío recorrer mi piel, entonces lo noto, solo una fina capa de tela de seda cubría mi piel, estaba desnudada; ¿Por qué? ¿Dónde estaba? ¿Qué lugar era este?Mi corazón comenzaba a latir con fuerza debido al miedo que sentía, mi respiración se agitaba cada vez más rápido a medida que pasaba el tiempo y no obtenía una respuesta a mi interrogante. Un escalofrió recorre mi piel al ver la silueta de un hombre acercarse, no podía distinguirlo, las cortinas lo cubrían, pero la sombra de su silueta reflejada en ella por la luz de la luna me permitía saber que era alguien alto. Miro como sujeta el borde de la cortina para retirarla.
- ¡No te acerques! – Se detiene, solo oigo su risa suave. - ¿Dónde estoy?
Ahogo un grito al sentir como caigo de espaldas contra las almohadas, nuevamente sentía las caricias sobre mis piernas desnudas, la cobija de seda que me cubría es arrancada de mi cuerpo, quería cubrirme, pero estaba paralizada, no sabía que ocurría, y él no me daba respuestas. Cierro mis ojos con miedo, claramente podía sentir el tacto de su mano acariciar mis piernas, el peso sobre mi cuerpo sin tenerlo sobre mí, quería alejar lo que fuera que estuviera tocándome.
- Déjeme ir. – Le suplico, pero nuevamente escucho su risa, sin embargo, estaba vez fue diferente, la oí cerca de mi oído. Miro hacia mis brazos sintiendo como los presionaban con fuerza. Mis lágrimas resbalan por mis mejillas, estaba avergonzada y llena de temor. Su respiración golpea mi rostro. – Por favor.
- Aun no es tiempo. – Me siento liberada después de oírle, su voz era ronca, parecía que sus palabras eran forzadas. Nuevamente toca mis piernas, no puedo evitar gritar al sentir como las aprieta con fuerza, por un segundo creí haber escuchado mis huesos crujir. Lloro fuertemente pidiendo que me deje ir, que alguien me ayude.
Entonces sucede, las telas que cubrían los pilares son desgarradas, y aquella silueta desaparece de ellas, solo puedo oír un fuerte crujido. Una mano se posa sobre mis ojos, levemente logro visualizar en ella un anillo de plata. Mi cuerpo comienza a relajarse, el frio desaparece poco a poco de mi piel.
- ¡Abuela! – Lo primero que hago al despertar es llamarla, mi cuerpo temblaba, tenía miedo, no dejaba de llorar, aun sentía como sus manos me tocaban. Miro como ella abre la puerta de golpe y enciende la luz. Al verme así corre hacia mi abrazándome, me aferro a ella sin dejar de llorar, solamente se dedica acariciar mi cabello con suavidad. – Fue muy real, lo sentí real...abuela tengo miedo.
- Shh. No pasa nada, fue una pesadilla. – Su voz se escucha temerosa, ella también sentía miedo, quizás mi grito la asusto. Me aleja un poco para verme, con cuidado quita las lágrimas de mis ojos. – Fue un mal sueño.
Niego, sé que parecería estúpida, pero sentía que fue real. Miro mis brazos, tenía las marcas de sus manos en ellas. Quiero gritar de nuevo, pero ella me toma con fuerza de los hombros y me obliga a mirarla.
- ¡Helena! – Quería decirle algo, pero no sabía que decir. – Olvídalo Helena, olvídalo, fue un sueño.
- Pero abuela, mira mis brazos. ¡Eso no fue un sueño! – Klaus entra a la habitación, se acerca a nosotras, parecía enfadado. Me toma de los brazos mirando las marcas en ellos. - ¿tú me crees?
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Fénix oscuro
عشوائيElla era una persona normal, pero la vida se encargó de quitarle lo que más amaba, desde ese instante se vio envuelta por el misterio. ¿Por qué creer en los dioses no está de más? El Caos fue el origen de la vida y su vida fue enredada en los lazos...