CAPÍTULO 26: UNA FAMILIA FELIZ

956 71 1
                                    

CAPÍTULO 26: UNA FAMILIA FELIZ

– ¿Por qué no los traen? – Brittany parecía nerviosa y no paraba de pasearse por la sala.

– Paciencia, tienen que ir a buscarlos, recoger sus cosas. – Santana intentaba tranquilizarla.

La pareja estaba en una sala de juegos de niños. Las paredes estaban pintadas de verde y había muchos personajes de cuentos pegados en las paredes. Había cajas llenas de juguetes y los sillones eran muy bajos para que los niños los pudieran usar. La morena se había sentado en uno de ellos pero su mujer prefería caminar nerviosa por todo el lugar.

Las puertas se abrieron y Liz y Will entraron corriendo. La ojiazul levantó en brazos al pequeño mientras la más baja abrazó a su hija. Ambas se acercaron y se abrazaron los cuatro, repartiendo besos a todos y dejando que las lágrimas cayeran por las mejillas de las dos adultas. Por fin volvían a ser una familia feliz.

Después de estar un rato allí y de que una asistenta social les contara lo que los niños habían hecho en su estancia allí, se dispusieron a salir. Sin embargo, cuando casi estaban fuera, el señor Perez se encontró con ellos.

– Sé que no les caigo bien pero debía proteger a los niños. Hay personas que pueden hacerles mucho daño a sus hijos. – Se justificó el mayor.

Brittany tenía en brazos a Will y Santana a Liz. Los dos pequeños se sujetaban con fuerza al cuello de sus madres y escondían sus caras para no ver a nadie. Lo único que querían era estar con las adultas.

– Pero debe tener en cuenta que nos ha hecho daño a mi esposa, a mis hijos y a mí. – La morena exclamó pacientemente. – Le agradecemos que declarara a nuestro favor en el juicio, pero nada más.

– Son unas grandes madres. Elizabeth y William son muy afortunados. – Exclamó el asistente social.

– Nosotras somos las afortunadas de tener unos hijos tan maravillosos como ellos. – La rubia intervino.

Se despidieron y salieron de allí felices de volver a estar juntos. Volvían a ser una familia completa y eso era lo mejor para ellos.

***

Cuando llegaron al apartamento, Steve, Jessica, Rachel, Quinn y John los estaban esperando. En cuanto los Lopez-Pierce entraron a la casa, el mayor de los niños corrió a abrazar a su prima. Nunca habían estado tanto tiempo separados y se habían extrañado mucho. Por su parte, los adultos comenzaron a llenar a Will de besos y abrazos. Los pequeños eran muy queridos, no sólo por sus madres, sino también por sus tíos y su primo. Era una familia muy atípica pero era con la que ellos habían crecido. No necesitaban a nadie más.

Después de infinidad de besos y abrazos, terminaron de preparar la comida. Habían elegido los platos favoritos de los niños, macarrones con tomate de primero y filetes de pollo empanado de segundo. De postre tenían un fantástico pastel de chocolate.

Después de comer, el menor comenzó a sentirse cansado porque era su hora de la siesta. Hacía mucho que no dormía en brazos, pero esa tarde temía despertarse y no estar con sus madres, por lo que acabó durmiendo en los brazos de Santana. Liz por su parte pasó la tarde jugando a papás y mamás con John. Normalmente el mayor protestaba porque era un juego de niñas pero ese día estaba dispuesto a jugar sin quejarse.

***

Después de la cena, la familia quedó sola. Todos estaban deseando descansar, así que comenzaron a prepararse para dormir. Lo primero fue lavarse los dientes. Los niños se subieron a una silla y los cuatro se miraban al espejo mientras limpiaban su boca. Después, Santana comenzó a aplicarse sus cremas para la piel mientras Brittany se encargaba de poner el pijama a los niños.

Cuando todos estuvieron listos, se metieron en la cama del matrimonio. Will abrazaba a Santana mientras Liz hacía lo mismo con Brittany. Les contaron un cuento, como siempre habían hecho. Como la pequeña ya sabía leer, ella leía las partes de la princesa mientras la morena seguía como narradora y la ojiazul cambiaba la voz para diferenciar a la bruja, las hermanastras, el hada madrina y el príncipe.

Después, fue el turno de cantarles una nana hasta que se quedaron dormidos. El primero en caer en los brazos de Morfeo fue el menor, agotado por un día lleno de emociones. Pronto le siguió la niña, feliz por estar de nuevo con su familia.

Brittany y Santana se miraron con unas inmensas sonrisas en sus caras. Eran felices de volver a estar todos juntos. Se dieron la mano por encima de sus hijos.

– Por fin todo se ha solucionado. – Exclamó la latina.

– ¿Crees que tus padres intentarán algo más? – Cuestionó la rubia.

– No creo. No les queda ninguna carta que jugar.

– Eso me tranquiliza.

– Duerme mi amor. Nadie nos quitará a nuestros pequeños. Seremos una familia para siempre. Una familia feliz.

Si Quiero Seguir (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora