CAPÍTULO 20: NUEVA VIDA

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CAPÍTULO 20: NUEVA VIDA

El tiempo pasaba y llegó el día de la ecografía de los cinco meses. Momento en el cual conocerían el sexo del bebé. Ambas estaban muy nerviosas esperando su turno en la sala de espera hasta que las llamó una enfermera. Las dos entraron, Brittany se tumbó en la camilla y levantó la camiseta dejando ver el redondeado vientre que tenía. El ginecólogo le aplicó el gel y comenzó la ecografía.

– Señora Pierce, señora Lopez. El embarazo va muy bien. El bebé crece a un ritmo adecuado y todo parece estar como debe. – El doctor movió la pantalla y fue indicándoles las partes del bebé que se veían, un brazo, la cabeza, un pie... – Es un niño, definitivamente.

– ¿Niño? – Preguntó la bailarina sintiéndose como si se ahogase.

– Eso es. Vais a ser madres de un niño. Parece que todo va bien... ¿Queréis escuchar los latidos de su corazón?

Ambas asintieron con lágrimas en los ojos. El doctor cambió de aparato y empezó a escucharse un latido acelerado. Santana alargó la mano para sostener la de su esposa. Habían pasado casi tres años desde que vivieran esas sensaciones junto a Blair. Esta vez habían preferido que fuera Pierce la que quedara embarazada por inseminación con un óvulo de la morena.

– Liz se ha salido con la suya. Es un hermanito. – Comentó alegre la ojiazul.

– Es verdad... No me lo puedo creer... ¿Te los imaginas? El pequeño Will detrás de su hermana mientras intenta llevar su ritmo y el de su primo John. Los tres juntos van a ser realmente traviesos. – La bailarina se quedó pensativa.

– Va a aprender las travesuras de su primo y de su hermana, además de las que se le ocurran a él. Un momento... ¿Has dicho Will? Pensé que querrías que se llame como tu padre o hermano. – La latina no se lo podía creer.

– Liz se llama como mi madre, Will lo hará como tu abuelo. El Matthew lo dejamos para su segundo nombre, si no te importa. – La más alta acarició el brazo de su esposa.

– William Matthew Lopez Pierce... Suena perfecto para mí.

El ginecólogo no interrumpió esa conversación. Estaba acostumbrado a que sus pacientes se emocionaran y comenzaran a hablar como si él no estuviera. Al fin y al cabo, ese era un momento muy íntimo y lleno de felicidad. Era un niño deseado y eso se notaba en los nervios y la alegría de las dos mujeres que tenía en frente.

***

Santana contestó al teléfono que había empezado a sonar.

– ¿Diga?

¿Señora Lopez?

– Soy yo.

Me llamo Carl Smith. Soy el director del musical Grease. ¿Sigue interesada en interpretar el papel de Rizzo?

– Claro.

Pase mañana por el teatro.

Después de eso, le dio la dirección exacta del teatro de Broadway. Era la oportunidad que estaba esperando. Volver a trabajar, sin viajes fuera de Nueva York. Y llegaba en el momento indicado. Así Brittany se relajaba y se dedicaba a cuidarse y cuidar a Liz. No era buena opción con su embarazo que siguiera trabajando en el gimnasio. Era la dueña, junto a su socio, pero eso no la tranquilizaba. Sabía que trabajaba mucho y prefería que se cuidara.

***

Brittany llegó al apartamento y se encontró que la mesa estaba preparada para una cena romántica para tres. Besó a su hija y a su esposa, que le acarició suavemente el vientre para saludar a su hijo también. Cenaron tranquilamente, charlando de diversas cosas hasta que llevaron a la menor a dormir. Después de eso, se sentaron en el sillón. La rubia apoyó su cuerpo en Santana, que sonreía mientras acariciaba a su mujer, sobre todo en la tripa.

– Me han llamado. Voy a volver al teatro. – Comentó la morena.

– ¿En serio? ¡Eso es genial!

– Voy a ser Rizzo en Grease.

– Estoy tan orgullosa. – La ojiazul abrazó a su pareja con mucho amor.

Pronto el beso se volvió pasional. Fueron a su habitación, comprobando que Liz seguía dormida, y cerraron la puerta con pestillo.

***

Santana se encargó de moverse y llevar el ritmo, provocando el orgasmo en su mujer. Fue algo lento y lleno de amor. Una auténtica tortura para las hormonas revolucionadas de Brittany. Pero ellas se amaban así. Nunca habían tenido sólo sexo. Era algo más, una conexión única entre dos personas que se aman.

Cuando ambas estuvieron satisfechas, la rubia se tumbó de lado, dispuesta a dormir. La latina la miraba feliz, cómo si ella fuera lo más bello del mundo. Todo estaba en calma y paz cuando la ojiazul movió rápidamente la mano a su vientre poniendo una mueca.

– Britt. ¿Estás bien? – Se alarmó la morena. Su esposa sonrió.

– Si. – La bailarina alcanzó la mano de Lopez y la dirigió a su vientre.

– ¿Qué ocurre? – Insistió la actriz.

– Sh... Sólo espera.

Después de un minuto o algo así, Santana notó un golpe en la mano que estaba sobre la tripa de Pierce.

– ¿Eso ha sido...? – Preguntó la morena.

– Una patada. Sí.

– Estoy tan feliz. – La latina besó castamente los labios de su mujer.

– Vamos a volver a ser madres y todo va a salir bien.

Las dos se durmieron con las manos en el redondeado vientre de la rubia, sintiendo de vez en cuando las patadas del bebé.

***

A la mañana siguiente, Brittany no se sentía muy bien, por lo que Jessica fue a acompañarla mientras Santana estaba en el teatro ensayando. La ojiverde se encargó de los niños mientras la bailarina estuvo sentada en el sillón. Después de un rato, comenzó a tocarse el vientre.

– ¿Te duele? ¿Tienes contracciones? – Preguntó la mayor.

– Tengo contracciones de vez en cuando, pero el médico dice que es normal. Y mi incomodidad ahora es porque está dando patadas.

– ¿Puedo tocar? – Jessica preguntó tímida.

– Por supuesto.

La mujer se puso a tocar y Liz y John se acercaron.

– ¿Qué 'hases'? – Preguntó la niña.

– Estoy sintiendo las patadas de tu hermanito... ¿Quieres sentirlas tú?

La pequeña asintió y su tía la sentó sobre sus rodillas y espero a que Brittany dirigiera la mano de la pequeña hacia el lugar donde se sentían las patadas. Los ojos de la menor se abrieron como platos cuando la sintió, mirando sorprendida a su madre y a su tía, en busca de una explicación.

– Yo también quiero. – Protestó el menor haciendo un puchero. Pierce lo sentó a su lado y también le dejó sentir las patadas.

Ocho manos estaban sobre el vientre de la futura mamá cuando Santana entró. No pudo evitar sonreír ante la imagen tan tierna. Esa era su familia.

Si Quiero Seguir (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora