CAPÍTULO 18: VISITA AL MÉDICO

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CAPÍTULO 18: VISITA AL MÉDICO

Brittany y Santana se levantaron para comenzar un día especial para ellas. Sin embargo, a pesar de ser un día diferente, las nauseas matutinas no perdonaron y la bailarina vomitó antes del desayuno. Su esposa acudió en su ayuda para acariciarla y sostenerle el pelo. Se ducharon y levantaron a Liz para estar listas para llegar a todos sus planes.

Horas después las tres paseaban por Central Park con la menor agarrada a sus manos en medio de las dos. Ese día tenían la primera ecografía, correspondiente al tercer mes de embarazo, y estaban esperando con ansia el momento. Sin embargo, no podían esperar en casa a la cita, por lo que decidieron hacer un picnic en el parque.

Las adultas se sentaron, con la rubia recostada sobre su mujer mientras ésta le acariciaba el vientre, en el lugar en el que se suponía que estaba el bebé. Ya había recuperado la memoria completamente y su matrimonio volvía al punto en el que estaba antes de la agresión, si es que no estaban más unidas que nunca. La morena había declarado sobre el día de su agresión pero no tenían esperanzas de encontrar al culpable. Pero eso no les quitaba la felicidad.

Liz jugaba con un oso de peluche mientras sus mamás preparaban todo. El amor de las dos mayores se notaba desde la distancia. Volvían a ser esa pareja enamorada y compenetrada de siempre.

Comieron los bocadillos que habían preparado y estuvieron jugando un rato con la pequeña hasta que llegaron al ginecólogo para su cita. El médico las recibió con una sonrisa y la ojiazul se tumbó en la camilla.

Después de unas preguntas sobre el estado de Brittany, llegó el momento de la ecografía. Pierce se levantó la camiseta para que su vientre fuera accesible. El doctor aplicó un poco del frío gel en la piel recién descubierta y apoyó el aparto para poder ver al bebé.

Santana agarró la mano de su mujer mientras el profesional buscaba el bebé.

– Ya lo tengo, ¿lo veis? – Preguntó el hombre mientras señalaba la pantalla.

Las dos mujeres miraron la primera imagen de su bebé. La rubia dejó caer una lágrima de emoción, no se podía creer que dentro de ella crecía su futuro hijo. El suyo y el de su esposa, la persona a la que amaba y que la cuidaba y protegía como nadie.

Después de que les explicara todo, la latina alzó en brazos a Liz para que pudiera ver la pantalla en la que se veía la ecografía.

– Mira cariño. Es tu hermanito o hermanita. – Dijo Lopez señalando la imagen.

– 'Ito. – Comentó la pequeña.

– Hermanito o hermanita. – Aclaró la rubia.

– 'Ito como John. – Sentenció la niña, antes de perder interés por esa imagen en blanco y negro y volver con su oso de peluche.

– Será la única niña del universo que prefiere hermanito. – Susurró Santana mirando a su mujer.

– A veces pienso que pasa demasiado tiempo con John. – Añadió la ojiazul.

– Y yo creo que ese enano se parece demasiado a su padre. – Dijo la morena.

– Jess se queja mucho de eso.

– Es normal que los niños se vean influenciados por las personas que los rodean y quieren. Si ese niño es con el que más juega Liz, para ella los niños serán más divertidos, porque pensará que el que venga será como él. – Comentó el médico mirando a la niña.

– Pasión. Eso es lo que siente por John. Han crecido como primos porque, aunque realmente no lo son, sus padres son casi como familia nuestra. Tenemos otra pareja de amigas que siempre han querido que pase una noche con ellas pero Liz no quiere. La única casa a la que puede ir sin nosotras es a la de su “pimo John”. – Lopez sonrió hacia su hija.

El hombre dio por finalizada la consulta y les entregó una foto de su bebé y el DVD con la ecografía que acababan de ver. La bailarina se limpió los restos de gel de su vientre, se bajó la camiseta y se levantó de la camilla ayudada por su mujer y agradecieron al doctor su amabilidad. Se fueron de la consulta del ginecólogo a su apartamento y allí cenaron juntas con la pequeña, que intentaba comer con los cubiertos por sí sola con ayuda de Pierce. La latina miró a su familia con orgullo y felicidad. Había recuperado su vida, esa que intentaron robarle pero que jamás podrían estropear. Tenía una mujer maravillosa que había hecho mucho por ella y la amaba con todo su corazón. Tenía una hija que crecía sana, con ganas de explorar las cosas y esperaban otro bebé. No sabían si sería niño o niña pero eso no le importaba. Lo único que quería era que naciera sano y que todo saliera bien.

Acostaron a su hija y ellas se fueron al salón. A los cinco minutos, Santana ya estaba tumbada sobre las piernas de su mujer, aunque sin apoyar todo su peso, y besando el vientre, dedicándole dulces palabras a su bebé. Brittany sonreía ante la dulzura de las palabras.

– Hola pequeñin... O pequeñina. Liz dice que eres nene pero hasta que no salgas no lo sabremos seguro. – La ojiazul rió ante las palabras de su esposa. – Tienes que portarte bien, al menos hasta que salgas de ahí. No querrás que la mamá pase un mal embarazo, ¿verdad?

– Cariño, me encanta que hables así con nuestro bebé pero... Mis hormonas reclaman atención. – Dijo la rubia. Su esposa la miró con la ceja alzada hasta que la primera la besó de una manera nada delicada. La urgencia del beso le indicó a la morena lo que su mujer pedía y ella no se lo iba a negar. Volvieron a hacer el amor como si no hubiera un mañana. Porque para ellas, cada día era el más especial de todos, sólo por estar juntas.

Si Quiero Seguir (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora