CAPÍTULO 16: CONSOLARTE UNA Y OTRA VEZ

1.1K 68 2
                                    

CAPÍTULO 16: CONSOLARTE UNA Y OTRA VEZ

Los días pasaban y Santana se acostumbraba a su vida. Todos se esforzaban en ayudarla y Liz y John apenas notaron la diferencia. Su nueva relación era especial ya que Brittany se encargaba de que cada cosa que hacía fuera para aumentar su confianza y su amor.

Una tarde de sábado estaban terminando de recoger los platos de la comida mientras su hija estaba durmiendo. El matrimonio se miraba y se sonreía como dos adolescentes que no se atreven a darse un beso delante de sus padres. Después de eso la rubia sujetó la mano de su esposa e intentó llevarla al salón, pero ella la detuvo.

– En mi laptop hay una carpeta con contraseña... ¿Sabes que tiene? – Preguntó la morena.

– Te lo enseñaré. – La ojiazul se sentó en el escritorio, junto a su pareja, frente al ordenador y lo encendió. Fue a la carpeta y escribió a la vez que hablaba. – “IloveLiz&Britt4ever”. – La actriz sonrió complacida mientras su mujer le pasaba el ordenador para que viera un montón de archivos de texto. – Son tu trabajo, son guiones de algunas películas y obras de teatro que te han ofrecido y de otras que has protagonizado.

– Gracias. Hubo un momento en el que pensé que realmente te había sido infiel y que guardaba mis fotos con Mary ahí. – Aclaró la latina.

– Jamás me harías algo así. No sé como Mary pudo intentar hacerte creer algo así. No pienses más en ella. No merece la pena. La recordarás y sé que te vas a enfadar mucho con ella.

– Gracias por entender mis dudas. – La más baja besó la mejilla de su mujer.

– Bueno señora Lopez. Si no me besa como corresponde a una pareja de novias es posible que deje de ser tan compresiva. – Bromeó la bailarina. Su esposa se acercó y la besó en la boca con mucha pasión.

– ¿Así mejor?

– Mucho mejor. – Acordó la más alta mientras se tiraba sobre ella para besarla como si no hubiera un mañana. No llegaron a saber como acabaron cayendo al suelo. Pero ni eso interrumpió su momento de amor.

***

Esa noche, el matrimonio estaba durmiendo abrazados, como era habitual. Sin embargo, pronto Santana comenzó a moverse agitada, despertando a Brittany. La rubia la miró preocupada, por un lado quería despertarla para que no tuviera una pesadilla pero por otro pensó que tal vez era un recuerdo. Había tantos momentos en su pasado que habían sido traumáticos y dolorosos. Después de uno rato así, la morena se despertó sobresaltada. Pronto sintió los brazos de su mujer rodeándola y dirigiéndola hacia su pecho mientras la acariciaba.

– ¿Ha sido sueño o recuerdo? – Quiso saber la ojiazul.

– Depende... ¿Me han violado alguna vez? – Preguntó dolida la actriz.

– Mi amor... – Susurró la más alta dejando caer una lágrima mientras acariciaba el pelo de la latina. – Tenías quince años. Ha pasado mucho tiempo. Por suerte, lo superaste.

– Me siento como si acabara de pasar. – La más baja comenzó a llorar.

– Estoy contigo, jamás dejaré que nada te haga daño.

– No me sueltes, por favor.

Las dos siguieron en esa posición, con la bailarina acariciando a su mujer mientras ésta se desahogaba. Esa fue una noche larga, pero con su paciencia y su amor, se solucionó de la mejor manera posible. Revivir el dolor es algo que no es agradable, pero ambas se animaban pensando que eso significaba que quedaba poco para que volviera a recordar aspectos más agradables como el momento en el que empezaron juntas o en el que nació su hija.

***

Dos días después, Brittany estaba nerviosa dando vueltas por la casa. Santana no paraba de mirarla extrañada ya que no conocía el motivo de su comportamiento.

– ¿Va todo bien? – Quiso saber la morena

– Sí. – Respondió la rubia casi llorando, alertando a su mujer que se levantó del sofá y se puso frente a ella, sujetándole las manos.

– ¿Qué ocurre? – Insistió la latina.

– Hoy... – La ojiazul la miró avergonzada. – Hoy sería nuestro aniversario. Hace once años que empezamos nuestra relación.

– ¡Mierda! ¿Qué clase de mujer soy? – La actriz estaba enfadada consigo misma.

– Santana, no recuerdas por el golpe en la cabeza. Es normal. Es sólo que me apetecía que hubiéramos salido a dar un paseo con Liz, ir a cenar y luego hacer el amor contigo hasta que no pudiéramos más. No sabes lo que te necesito... – Explicó la bailarina. La más baja la besó.

– Siento no darte lo que mereces.

– ¡No! Santana... No te sientas mal...

– Brittany, estás pendiente de cuidarme, de que me sienta bien, de lo que necesito, pero... ¿Quién te cuida a ti? ¿Quién se preocupa de que seas feliz, de que tengas lo que necesitas?

– Siempre has sido tú. Arriesgaste tu vida por mí. Te necesito a ti, recordando todo y recuperando nuestra vida de antes de la agresión.

Se abrazaron. Sabían que las cosas pronto volverían a su lugar y que sólo era cuestión de tiempo. Pero eso no evitaba que se extrañaran y se necesitaran. La actriz se sentía mal por dañar a Pierce y ésta extrañaba que su mujer la hiciera sentirse el centro del universo...

***

Santana entraba a la comisaría. La habían citado allí para hablar de la investigación de su agresión. Se dirigió a la oficina del comisario que llevaba el caso. Llamó a la puerta y esperó a que le autorizaran el paso. Una vez dentro, aceptó la invitación del policía para sentarse frente al escritorio.

– Señora Lopez, la he citado para comunicarle que la investigación no ha dado ningún resultado. Cuando recupere la memoria deberá venir para contarnos lo que vio pero... Salvo que venga con una descripción detallada de sus agresores, no podremos hacer nada.

– ¿Ni siquiera sabe el motivo? – La morena preguntó resignada.

– No tenemos nada. Salvo que usted recuerde.

***

Horas después Brittany llegaba al apartamento después de trabajar. Pronto se dio cuenta de que algo no iba del todo bien.

– Santana... ¿Qué ocurre? – Preguntó mientras abrazaba a su mujer.

– La policía no sabe quién me agredió. Si yo no lo recuerdo, no lo atraparán. – Informó la morena.

– ¡No! No quiero que se quede impune. Nos ha hecho mucho daño. – La ojiazul estaba nerviosa.

– Lo sé. Ojalá lo recuerde pronto. – La actriz abrazó a su pareja.

– ¡No! Por muchas ganas que tenga de que lo condenen y esté en la cárcel, necesito que te acuerdes de mí antes. De mí y de Liz. Lo demás ya vendrá, pero necesito que vuelvas a ser mi mujer y el madre de nuestra hija.

Se besaron de manera dulce. Todo llegaría, pero la urgencia comenzaba a instaurarse en sus vidas. Necesitaban que Lopez recordara y que lo hiciera rápido. Necesitaban volver a ser un matrimonio que se ama y se protege por igual, una familia que se compenetra y se quiere. Pero estaban seguras de que ese momento llegaría, tarde o temprano.

Si Quiero Seguir (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora