Al anochecer muchas niñas se habían ido a la cocina a prepararse una ligera cena, no desee quedarme sola en el dormitorio, por lo que aproveche a ir con ellas, para comer algo y de paso lavar a Runtyn.
Era un espacio grande con 3 cocinas integrales y cuatro mesas para 5 personas, los pisos eran de azulejos color marrón que daban la apariencia de madera por lo que el resto poseía un aspecto de cabaña moderna; habían más niñas preparando una especie de pasta, no creo que haya sido lasaña pero olía a un delicioso aroma a carne, no tardaron en irse, mis compañeras de dormitorio comenzaron a buscar los ingredientes ya que deseaban hacer un postre; en cuanto yo me fui a la llave a lavar a Runtyn, la pintura roja lo había endurecido, lo puse a remojar primero antes de echarle un limpiador, la llave estaba al frente de una ventana pequeña, daba a una de las partes más cercanas del puente, la oscura noche no permitía ver nada, el viento golpeaba a ésta y preferí apartar la vista antes de que otro fantasma se atreviera a espantarme, no deseaba hacer el ridículo frente todas ellas, por lo que cerré las persianas y prosegui a lavar a Runtyn.
Al cabo de una hora, ellas tomaron asiento para esperar a que se terminara de hornear un pastel de chocolate, yo ya casi terminaba de lavarlo cuando una de ellas me pregunto:
- ¿Y es cierto que lo hiciste, Althair? -Me dijo Amelía sin afán de molestar.
-No lo hice... - reclame apacible ya exprimiendo a Runtyn.
- ¿Pero, entonces quién? – las mire, todas deseaban una respuesta, me miraban con curiosidad e intranquilas ante un leve susurro que emane - ¿Sabes quién lo hizo?
-...No... - si no pode decirle a la señora Esme que le hacía pensar que se los contaría a ellas, niñas a las cuales yo no les importaba – Pero no deseo saberlo – seguí con el lavado de mi peluche, posteriormente sonó una campana indicando que el pastel estaba terminado, todas se emocionaron, fueron por platos, cucharas, otras calentaron leche y llenaron sus tasas.
-Sobra una – dijo Amelía -Althair... - voltee - ¿gustas un pedazo?
Afirme con la cabeza, no podía creer que me estaban invitando un poco de su comida, me dieron otra taza de leche y todas nos sentamos a comer ese delicioso pastel, ese manjar que no había comido desde que salí de casa la primera vez, había quedado bastante bien para mi gusto, era suave con un cosquilleo leve que quemaba, su consistencia de chocolate me hacía cerrar los ojos solo para saborearlo y disfrutarlo, era una experiencia nueva que me llamaba de una sensación de gozo, ese día había cambiado mi actitud de melancolía por lo menos en lo que cabía, aun los sucesos pasados me atormentaban pero trate de olvidarlos solo por ese instante.
Tenia planeado algo, para conseguir de vuelta la caja con toda la información de los fantasmas; asistí a mis clases y al último día de mi castigo en la biblioteca, oculte una mochila en los matorrales junto al portón al que me guio el día anterior el fantasma, para que en la tarde no se viera sospechoso el llevarla después a haber culminado las clases. Ahí planee guardar mi uniforme y cambiarme la ropa, para no verme como que querría salir; seguí al conserje hasta los baños, por lo que note los días anteriores se tardaba una hora en lavarlos, lo suficiente para tratar de entrar a la casa y terminara de ver los periódicos.
Ejecute mi plan, a las 6 de la tarde, sin que nadie me viera me dirigí al puente en donde me reencontraría con aquella mochila, no tarde y de inmediato trate de escalar el portón, fue cansado, pero lo logre gracias a unos castillos que tenía en los extremos, la verdad es que no sabía si funcionaria lo de abrir la puerta con un pasador por lo que lo intente, fue inútil, la casa era pequeña y descuidada, dudo que ahí viviera el conserje, la recorrí por fuera, y note que había un agujero en una de las paredes del extremo izquierdo... ¿podría caber? No costaba intentarlo.
Era muy diminuto, pero mi complexión delgada me hizo poder pasarlo, eso sí, fue difícil, y termine con algunos raspones en mis brazos y piernas, pero valió la pena, logre entrar; por dentro era igual que afuera, descuidada y desordenada, estaba en obra negra, por lo que no tenía pintura y la humedad penetraba las esquinas superiores del techo, era como una bodega, muchas cajas arrinconadas de un lado, algunas de ellas decían * Registro o Facturas* a todas las invadía un color amarillento y un ligero peste a polvo y ambiente de desolación, había una mesa en el centro con un refresco y un vaso de plástico, tal vez era donde tomaba sus descansos este hombre.
Me puse a buscar la caja, ¿Cómo identificarla entre tantas cajas igual de polvosas? Por lo que recordé era clara y con la cinta en todos los bordes para que no se abriera tan fácil y por mera lógica como apenas la había traído tenía que estar por aparte o encima de todas estas, no era grande así que la identifique, habían varias objetos que me causaban escalofríos, como el perchero en la esquina, con un sombrero de granja que a primera vista creí confundir con una persona, también, en una de las paredes que daban directo a la puerta estaba colgado un esqueleto de la cabeza de un toro el cual fue el que más incomodidad me causo, trate de hacer esto rápido, pues ese lugar no era agradable. Coloqué la caja en el suelo y la abrí, los periódicos estaban tal cual los había yo dejado, proseguí con mi lectura antes de que descubrieran que estuve ahí:
*¿Accidente o coincidencia?
*Dan hijo mayor de la familia Casqueda es internado tras la comprobación de su locura.
*Sufre infarto el segundo de la familia Casqueda.
*Fallece multimillonario Sergio Casquera, a la edad de 39 años el afamado millonario de la ciudad de Joquen es encontrado en su oficina sin vida.
*Oscar, ultimo de la familia Casquera (¡el padre de Camil!) se muda de la ciudad en busca de mejor vida tras la pérdida de todos sus familiares)
*Oscar Casqueda invierte en el proyecto de su difunto padre, futuro colegio para señoritas abrirá sus puertas en unos años.
*Se inaugura Colegio para señoritas el pasado 13 de agosto del 2000 (de ahí en adelante eran sobre los triunfos que ha logrado hacer la escuela, como algunos campeonatos de fútbol femenino, ajedrez y de mas, pero eso ya no me importaba)
Creí que con revisarlos sería suficiente para entender su muerte y el descontento por mi amiga, había quedado a medías, no decían nada de los niños solo la muerte de los familiares de Camil a los que no conoció y mucho menos sabia el cómo fallecieron, veo el porqué, no le agradaba al señor Oscar hablar de eso. Me defraudo lo que había encontrado; pero algo paso por mi cabeza que era la lógica de todo lo que había leído.
- Todos los Sosa fallecieron al igual que todos los Casqueda... - en mi momento de reflexión la presencia de los fantasmas se hizo presente estaban conmigo en aquella casa, los tres, era una energía muy violenta, su leve silueta era visible para mí - ¿Fueron ustedes no? -dije temerosa, levantándome del suelo - ¿ellos provocaron el incendio? – ni una sola reacción - ¡Respondan! ¿Pero qué razón tenían? ¿Qué fue lo que les hicieron? - los niños se miraban entre sí, era la tercera vez que los veía reunidos, sus rostros blancos y su ropa quemada eran impactantes, no se veían contentos, pero tampoco molestos más su solo presencia me causaba un extremo pavor; todo quedo tan quieto por un segundo y luego todo se volvió un caos, emanaron un aire por toda la casa que tiro todo, las cajas, la mesa, era su forma de demostrar me que estaban molestos ¿pero por qué si solo quería ayudarlos? Comprender sus razones, salí con dificultad de ahí pero el hueco en la pared parecía haber encogido, me había asustado tanto que ya ni me importo mi bienestar y bruscamente salí de este, trepe el portón, tan alterada que llegue a lastimarme, me altere tanto que en el mismo pasto comencé a explotar de la rabia que en ese momento me consumió.
- ¿Qué les pasa? ¿Por qué no aceptan mi ayuda? – grite a la nada, esperanzada a que me estuvieran escuchando - solo quiero saber ¿por qué? ¡Qué hicieron ellos para que ustedes los atormentaran con la muerte! ¡Dejen de hacer esto! ¡Por favor! Ya no quiero vivir estos ataques de su ¡maldita histeria! ¿Es mucho lo que pido, les molesta que los investigue no es cierto? ¡Eso debieron pensarlo antes de asesinar a mi amiga! - estaba tan enfurecida que ni note que la maestra de arte estaba en las mesas del puente, había escuchado mis quejas.

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Puedo Verlos
Mistério / SuspenseEl internado de señoritas de la ciudad de Joquen encierra misterios tras su construcción. Althair una joven incomprendida, capas de ver las cosas sobrenaturales que pasan en el instituto, descubrirá que todo esto se deriva por su amiga Camil y el pa...