CAPITULO 18

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-… Camil… - aún usaba su bello vestido color semi vino, pero estaba  manchada toda de sangre igual a como la vía por último vez el día del accidente, cuando los para médicos llegaron por nosotros - Mi amiga… mi amiga querida – me acercaba lento a ella con el llanto a flor de piel pues me causo una alegría descontrolada el saber que la veía otra vez.

-Perdona Althair… - me dijo triste y apenada.

-Estas aquí… todo este tiempo estuviste aquí.

-Te prometí que si estaba en mi, siempre cuidaría de ti.

-…Amiga…

-Althair, lamento lo que te voy a decir pero acabas de poner en riesgo la vida de mi hermanito, trate de detenerte pero tenia miedo en que me vieras así.

-¿Fuiste tu la que me ataco en la dirección?

-Y la que te acompaño todo este tiempo desde las sombras.

-Acabo de meter en un embrollo a tu familia, lo siento estaba cegada de tristeza que lo único que quería era compañía.

-Yo lo se Althair, siempre vi tu tristeza y dolor.

-¡Tengo que salvar a Antoni! – de repente la puerta se cerró y de ella emano una tétrica niebla de la que fueron salieron los 3 fantasmas.

-No lo harás… - dijeron en coro acompañado de un tenebroso eco sepulcro.

-Trata de salir Althair yo los detengo – dijo Camil corriendo hacia ellos emanando el mismo destello, comenzó una extraña batalla de sombras visibles y luego invisibles; corrí a la puerta pero era cubierta por el menor, quien con ojos de furia intento atacarme con su muleta, pero logre esquivarla, golpeando esta contra el vidrio doble vista que estaba a un lado de la puerta, extrañamente esta logro un eco que quebró solo un poco la ventana dando me la idea de quebrar el vidrio  por completo y por fin abril la puerta.
El pánico me recorrió pues el fantasma comenzó a perseguirme con un vuelo que borraba sus pies del suelo, al dar la vuelta choque con el director.

-¡Althaiiirrr! – gritó en un ataque de histeria, habíamos quedado en el suelo, el fantasma se esfumo tras de mi.

- Disculpe director…

-¡Te ordene que te quedaras encerrada hasta que tus padres llegaran! – pronuncio mientras se levantaba y sacudía su saco.

-Director hay un problema, por favor escúcheme, es de vida o muerte.

-Vida o muerte, ¿de que demonios hablas?

- Permítame estar afuera necesito encontrar a alguien – le decía alterada y nerviosa.

-Aún no llegan tus padres.

-No vendrán – él se llevo la mano a la cabeza irritado.

-¿Si no es a ellos a quien buscas?

-A la señora Esme, es importante.

- ¿A la señora Esme? Ella no vendrá no esta invitada.

-Yo la invite…  - y salí corriendo.

No espere que me comprendiera, estaba tan asustada de lo que fueran capaces de hacer los fantasmas al hermano de Camil, tenia que encontrarlos, tenia que pensar en algo; en la entrada principal muchas niñas esperaban, algunas maestras vigilaban que solo entrara los padres de las alumnas así que tal vez los vería, trate de ir al frente y prohibir su entrada pero no lo logre, las niñas habían dejado en claro que no se moverían hasta estar con sus padres.
El sol se ocultaba por el edificio de la biblioteca, lo que me hizo pensar que quizás desde haya podría ver mejor, la verdad es que estaba un poco distraída que corría torpemente por los pasillos, aún no reaccionaba del todo lo que estaba pasando y más que tenia tiempo que no corría con eso de que mi pierna se había lastimado, pronto subí las escaleras y me dirigí a la ventana que daba a la entrada, se veía perfectamente inclusive alcanzaba a ver el estacionamiento, deseaba que no la perdiera de vista, dieron las 5:30 y no la vi cruzar el portón, por un momento pensé que no llegaría, la sombra del edificó se alargaba por el suelo y nomas no la vi, quizás inclusive dieron las 6 y se cerraron del todo las puertas. Me entristeció saber que no llegó, pero así era mejor pensé, ya no le harían daño a Antoni.

¿Pero que veía? bajando la mirada hasta donde era claro ver, pasaba el director con una mujer alado… era la señora Esme y no traía a Antoni con ella ¿Qué estaba pasando? Pronto bajé.

-¡Señora Esme! – le dije a sus espaldas, ella sonrió al verme pero el director se apresuro a llegar a mi.

-Cada vez me decepcionó más de usted señorita – afirmo el director con un tono irritado – Bueno aquí esta – se refirió a la señora Esme - Lo que sea que sea de vida o muerte dígalo ahora – era insoportable ese hombre, lo ignore.

-¿Dónde está Antoni?  - le pedí asustada.

-El director me indico tu alcoba, se quedo ahí dormido, espero que no te moleste.

-¿Lo dejo solo? – ¡rápido me fui por él!
Mi corazón casi y se salía de mi cuerpo, rogaba porque lo sacara a tiempo de la escuela, deseaba poder salvarlo, me dirigí a toda prisa al dormitorio, algunas niñas salían de este, lo dejarían solo y seria peor, estaba a tan sólo metros, y del dormitorio se oyó un gran ¡estallido! El cual rodeo toda la alcoba de fuego, la pequeña onda expansiva me logro derribar, todas comenzaron a gritar y a ir por agua, la señora Esme grito aterrada ante lo que vean sus ojos, ya no oía a mi alrededor había quedado aturdida por el estallido, no podía creer la crueldad de los Sosa, pero era exacto a como ellos murieron, esto era mi culpa, yo lo había traído, no podía dejar que la señora Esme perdiera a otro de sus hijos, el único que le quedaba así que cometí la mayor locura hasta ahora en mi vida… Corrí al dormitorio, el fuego estaba consumiendo todo, de repente de entre el humo pude ver a Antoni corriendo hacia mi tosiendo mucho.

-¡Antoni! Descuida – lo cubrí con una cobija e intente sacarlo, pero el piso se quebró con tan sólo tocarlo, pues era de madera, y los cristales de la ventana estaban saliendo disparados como proyectiles, cayéndonos varios sobre mi cuerpo - ¡Corre! – recuerdo que le dije, él cubriéndose la boca y nariz con la cobija alcanzó a lanzarse por la entrada pero yo… solo recuerdo que con esfuerzo me pare, con mi suéter me cubrí la nariz pero la puerta estallo precisamente cuando intente cruzarla.

Puedo VerlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora