CAPITULO 20

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El tiempo en observación duro unos 3 días, me tuve que despedir de la señora Esme y Antoni, la aventura del misterio de los fantasmas por fin había acabado, fue difícil apartarme de ella, pues todo me recordaba a Camil y no poder decirle que su hijo debía tener cuidado, era algo complicado, mas tome mis muletas y seguí la orden de mi amiga “adelante”. Subí a un avión, y en el aeropuerto me reencontraría con mis padres, la llamada anterior me habían dicho algo como: ¿Por que te pasan estas cosas a ti? Pero fue pasajero para mi en ese momento, mas cuando había logrado esquivar las preguntas del porque del incendio, en el auto me interrogaron de una manera tan descarada como si no hubiera sido demasiado el verme con la pierna enyesada y muletas, que me sentí tan mal de ocultarles la maravilla de aventura que había vivido, que gracias a mi tontería había salvado a Antoni, que estuve siendo asechada por el espíritu de mi amiga, eso fue lo que pensé en ese momento, y hace que quise compartírselos, pero como no recordé que hablaba con mis padres las personas que me habían metido en primer lugar a ese instituto, las personas que no quieren saber nada de fantasmas y cosas paranormales nuevamente creen que no estoy bien de la cabeza y me inscribieron aquí. Fin”

Fue así como Althair termino su relato, con ese tono exagerado y molesto del que siempre se hizo notar a lo largo de todo su relato, todos nos quedamos sin habla, logro cautivarnos desde un inicio hasta aquí, en donde solo pronunció “fin” para quitarnos del transe en el que ella ya nos había hundido, del como paso de tristezas a alegrías de melancolía a enfado y el final mas inesperado, pero algo que si es que no todos los finales iban a ser maravillosos si lo fue en parte, pues todo sin contar su pierna habían salido bien, pero recordemos la finalidad de lo que pedí le serviría para despejar su mente además de saber que trastornó dominaba su mente, pero a lo largo de toda su historia solo hablo de su contacto directo con espíritus.

-Wow… - dije leve, no había logrado anotar nada en mi cuaderno, lo había dejado en blanco - Gracias Althair… - vi mi reloj y ya había pasado el limite de la sesión – Quien guste ya retirarse adelante, se termino nuestro tiempo.

-Disculpen – dijo ella preocupada.

-No te preocupes, tengo que hablar contigo, gracias mañana nos vemos todos y ahora si continuaremos con nuestro sistema – todos me hicieron caso y se despidieron con un educado “hasta luego doctora” me cambie de lugar junto a ella.

-¿Y que tengo doctora? – su tono era en burla.

-Althair para comprobar del todo lo que fuiste testigo y aseguras que es verdad lo que dices se tiene que hacer pruebas, tus padres creen que esto de los fantasmas es una locura y para la psicología es una pseudociencia que no tiene muchos especialistas, por lo menos aquí en la ciudad, no que yo sepa.

-¿Esta diciéndome que necesito otro tipo de estudios?

-Puedo llevarlo acabo yo, en sesiones por aparte, necesito saber si no es un tipo de Confabulación o seudología fantasmal.

-¿Qué es eso?

-Así les llama la psiquiatría para explicar las historia incoherentes en las que se denomina fenómenos paranormales, ósea los fantasmas.

-Claro, no era de extrañar que usted tampoco me creyera.

-No es eso hija, es que para nosotros, todo tiene una explicación, y la existencia de fantasmas no a sido comprobado por la ciencia aún, por lo que se llega a diferentes términos dependiendo de la forma de contar  sucesos supuestamente “paranormales”.

-No puedo creerlo, no esperaba nada de usted y un así me decepciona.

-Perdona Althair, si gustas podemos a ser una cita el martes y hablar mas al fondo de esto, no puedo darte un diagnóstico certero si no conozco de principio a fin tus causas, hablare con tus padres y…

-¡No! – me grito, y tomo sus muletas – No espero que nadie me crea, yo estoy bien, y con eso es mas que suficiente para mi.

-Yo te creo, Althair solo quiero ayudar...

-Pues yo no quiero su ayuda, ni las de mis padres, yo sé lo que paso y así estoy bien, estoy aquí solo por la poca imaginación de mis padres y ahora la suya, que tenga buena tarde doctora – sin problema se dirigió a la salida enfadada.

No quería que reaccionara así, yo podía creerselo me parecía lo mas coherente pues se veía segura de lo que decía y sobre todo a todo detalle, mas mi profesión simplemente no me lo permite. Y quizás por eso uno tiene que dudar de lo que cuenta ya que el detalle de todo hace sospechar que quizás sea inventada pero era difícil aceptar eso; me había sorprendido su relato, la gran historia que cautivo a mi y a mis pacientes, solo quería comprobar que era real lo que decía, porque para mi lo era.

Althair no volvió a las sesiones y tampoco volvieron a llamar a sus padres para alguna devolución de su dinero, ojala hayan llegado a un acuerdo, de cualquier manera, desaparecieron de los contactos de clientes.

¿Qué pudo haber pasado? No lo sé en realidad, pero, tratando de comprender un poco a Althair no dudo que quizás haya ido de nuevo al instituto, que haya buscado ayudar a los fantasmas a descansar en paz, quizás poniendo en riesgo hasta su propia vida.
Entrando a lo que era su viejo dormitorio destruido por el incendio, encendiendo una vela y tratando de ver en todo ese escombro, alguna señal de los fantasmas, y que la vela se apagará, como si el aliento de alguien ajeno a Althair la hubiera soplado, para dejar en oscuridad al alma de la joven.

Claro que, esto es solo es una suposición.

Fin

Puedo VerlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora