CAPITULO 2

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“Desde pequeña, tuve extrañas ilusiones, siempre pensé que eran cosas de la vida cotidiana, mas las personas a mi alrededor no las veían, en toda mi infancia jamás dije nada, creyendo que era mi gran imaginación. Aprendí a vivir así, sin darle extrema importancia a las cosas que podía ver.

Hasta que falleció nuestro perro, cuando yo tenia 15 años, fue algo muy duro para mi hermano menor, era un dogo alemán oscuro, muy leal a Tyler. El día que lo enterramos, ví a uno como él fuera de la casa, creí que era idéntico pero realmente era él, el misma color de correa, la mancha café en su pata trasera izquierda, ¿cómo era posible? Fue ahí como entendí que podía verlos, no eran ilusiones, eran fantasmas.

Tenia miedo de confesárselo a mis padres, son muy religiosos y algo como eso los pondría en mi contra, pero ¿Por qué ocultárselo a mi hermano? Fue tan feliz cuando le dije que nuestro viejo amigo aún no se iba.,
Verlo correr por el jardín, imaginando que aun jugaba a su lado.

Una tarde, mientras yo cruzaba por la cocina ellos lo vieron jugar solo, eso empezó a incomodar a mis padres, sabia que pensaban quizás lo peor, que mi hermano había enloquecido, así que les confesé la verdad.

-Todo este tiempo yo le he dicho que Doches aún no se ha ido - les dije por fin a mis padres.

-¿Por qué le inventaste eso? - dijo mi madre molesta mientras dejaba a un lado los trastes - Cuando se entere que no es verdad quedara mas destrozado que cuando murió Doches.

-Althair - mi padre siguió - Es un niño al que no le puedes solo contar fantasías para consentirlo.

-Papá, no son fantasías... ¿Y si Doches aún sigue con nosotros? -ambos me mirados extrañados.

-Eso no es posible y tu lo sabes -  menciona mi padre muy cerrado, y fue ahí cuando supe que, si continuaba, yo misma me iba a poner la soga al cuello.

-Mamá, papá, yo lo sé, estoy consiente de que es posible, porque Doches aún está aquí.

La mirada que los consumió, hacia mi, fue la mirada que tanto temí, la mirada que siempre tendré presente en mis recuerdos, cuando me atreví a contarles de este extraño don.
Nada volvió a ser igual a partir de entonces, mi único consuelo, era saber que mi hermano ya no estaba en la mirada de ellos como un ser extraño, ahora era yo, yo era realmente la dañada.

Un padre días después, a la hora de la cena mis padres se notaron algo intranquilos he intercambiaba miradas sobre lo siguiente que anunciarían, todos tomamos asiento en el comedor y antes de que pudiera cortar mi carne se atrevieron a decir:

-Queremos que estudies en una escuela privada - dijo mi padre al instante
- ¿Privada? Aquí no hay escuelas privadas - dije molesta - apartando los cubiertos que acababa de tomar.
-En Joquen encontramos una muy buena - menciono nuevamente mi padre - Te encantarán, las instalaciones se ven muy prometedoras
-No quiero ir a otra ciudad a estudiar - en ese momento Tyler tomo mi mano
-Lo siento Althair - dijo por fin mi madre - Pero haya tendrás mucha más ventajas, es una escuela avanzada que te podría ayudar en un futuro para entrar ala universidad.

Solo justificaciones, porque cuando ví la mirada de mi hermano, ambos entristecimos  ante la posibilidad e separarnos.
-¿Por qué? - dije lo más seria posible
-Ya te dijimos, las oportunidades no se pueden desperdiciar - sin mirar ambos se apoyaron
Su silencio después de eso, incomodo a todos, no quería discutir y por ello detuve a Tyler cuando quiso decir algo, porque no quería que él saliera de este conflicto con un mal sabor de boca, ante lo que se atreverían a argumentar mis padres, sabiendo que su verdadera intención era alejarme de él.

No sabia que hacer, el quedarme no era una opción, y al irme ellos ganarían, y yo no quería apartarme de mi Hermano, pero cuando cruce por la habitación de Tyler, a la hora de dormir, mis padres fueron a recostarlo, su trato hacia él no se comparaba a como ahora eran sus saludos o abrazos, hacia mi. Al final de cuentas, ellos me obligarían a irme, y por un momento lo considere, ya que en mi hogar me sentía como una oveja que no encajaba en el rebaño, y lo importante era que el pequeño corderito, creciera sin problemas, así que solo por eso, investigue sobre la escuela.

Internado de señoritas, la idea no me fascinaba en especial por la palabra "señoritas" en el título. Joquen era una ciudad retirada de mi hogar, con la apariencia de un pequeño pueblo que está avanzando en la modernidad de sus calles, pasando de lo rural a lo urbano. No me concebía como esa ciudad podría tener una escuela de lo mas avanzada como habían comentado mis padres. Pero en las imágenes de la pagina, las instalaciones se veían bastante cuidadas y hasta acogedoras.

Conforme pasaron los días, la idea de que esa escuela seria mi nueva escuela, si me deprimía. Cuando llego el momento de despedirme de Tyler, fue muy doloroso, el cómo lloro cuando partí, despidíendome en la puerta de la casa.

Las horas en el auto se volvieron eternas mas con el silencio rotundo por parte mía, quisieron opacarlo prendiendo el radio. Todo había quedado claro, ya no diría nada, ya no esperaba nada, solo quería llegar a la escuela y bajar del auto. Con forme nos adentramos más en la carrera, y la cuidad quedo lejos, el camino que me esperaba era incierto y para ser honesta nunca creí que me cambiaría la vida en todos los sentidos.

Puedo VerlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora