-Esther, cuéntame tu verdadera historia.
-¿Mi verdadera historia?
-Si, ya sabes, por qué te escapaste de casa...
-Mi madre sólo quería aprovecharse de mí. No me dejaba irme porque sabía que no podría tocar mi dinero, el cual llevo ahorrando desde que publicaron mi primer libro. Era algo frustrante, que tu madre sólo te quiera por el interés. Mi hermano, bueno, a veces me hacía la vida imposible pero es buen chico. Creo que vive en Valladolid. Y mi padre solamente pasaba del tema, nunca decía nada.
-Ha debido de ser muy duro... ¿Quién es Marta?
Empezamos a hablar de mi pasado. Hasta que, dos horas después, estaba aparcando en frente de la casa de mi tía.
Salimos corriendo del coche y yo, sin mirar a nadie, me acerqué a la cama de Marta. Tenía la punta de la nariz roja, estaba colorada y un poco debilitada. Me miró con ilusión y pareció con más energía que nunca.
-Esther, has venido...
Dijo con un susurro. La abracé mientras soltaba alguna lágrima. Hacía tanto que no la veía...
-Tranquila, ya estoy aquí, no pasa nada.
Acaricié su pelo rubio y miré a mis tíos.
-¿Se pondrá bien?
-No lo sabemos, la están haciendo unas pruebas. El medicamento va bien, pero no hay nada seguro.
Álvaro entró a la habitación guardando el móvil en el bolsillo. Me miró y se puso a mi lado, pasando un brazo por mi cintura, lo que me hizo dar un respingo.
-Hola, soy Álvaro.
Todos se nos quedaron mirando, sin saber qué decir.
-¿Tú eres...?
Empezó a decir mi abuela.
-Abu, él es un...
-Soy su novio.
Le miré con los ojos como platos, sin saber qué decir. La abuela me cogió del brazo y nos llevó a una habitación, para que descansáramos del viaje. Me senté en la cama y evité el contacto visual con él.
-¿Por qué has tenido que decir eso? ¡Se supone que somos amigos! Tú estás con Paula y, ¡ni siquiera te imagino así! Bueno, es decir, tú estás muy bien, pero acabo de salir de una "relación" y...
Decidí parar, me estaba trabando con mi propia lengua y no podía seguir.
-¡Esther! Escúchame un momento. ¿Qué van a pensar si te ven con un chico por ahí? ¿Que soy tu amigo? ¡No! Es mentira, ¿vale? No quería que te dieran la lata, y decidí decirlo.
La verdad es que era buena idea; así no tendría que dar explicaciones a nadie.
-Bueno... ¿Esta va a ser nuestra nueva casa?
-Claro que no, tengo un piso allí arriba. Le compre hace un año, o algo más.
-¿Y por qué no le usabas?
-Mi madre no me dejaba salir de casa salvo para ir al instituto o salir con mis amigas.
Me levanté de la cama e indiqué a mi abuela que nos íbamos a mi piso.
Álvaro y yo caminamos por las calles de Ávila, me cogió la mano y yo le sonreí. Era agradable estar con él así, poder comportarnos con cariño pero tener claro que no somos nada.
Además, quiero muchísimo a Paula y no la podría hacer eso. Las cosas como son, Álvaro era muy sexy, pero no podía pensar en él así. Una cosa es que fuera guapo, y otra es que me guste.
Borré inmediatamente ese pensamiento de mi cabeza. ¿Cómo podría pensar eso de mi mejor amigo? ¿Acaso me estaba volviendo loca?
Cruzamos la calle para llegar al portal donde vivía. Cogí mi bolso; empecé a rebuscar hasta encontrar el llavero que tenía solamente para esa casa. Abrí el portal y entramos; la casa era sencilla ya que no la usaba mucho. Enseñé a Álvaro la casa.
-Esta es la habitación... Este es el único dormitorio que hay, así que tenemos que mirar cómo dormimos. Podemos turnarnos, un día duermes tú en la cama y yo me voy al sillón, y luego...
Álvaro me calló con una risa y le miré.
-Vamos Esther, ¿te da vergüenza dormir conmigo?
-Esto... No sé.
Dije tocándome la coronilla. Álvaro se tiró a la cama y me hizo hueco. Rodeé la cama y me tumbé con él, riéndome.
-La verdad es que no se está mal. ¿Paula no se va a poner celosa?
-¿Acaso se lo vas a contar?
-No tengo intención, la veo capaz de dejarme sin pelo.
Los dos reímos por mi ocurrencia: Paula nunca haría eso, era un cacho de pan.
-Hablando de la reina de Roma, adivina quién me está llamando.
*conversación telf.*
-¡Esther! ¿Qué tal estás?
-Hola Paula. Estoy bien, ya he ido a ver a Marta y me iba a echar una siesta con Álvaro.
-Dale besos de mi parte. ¿Y qué tal? ¿Habéis llegado bien y eso?
-Pareces mi madre. Estamos bien, aquí todo está en orden. ¿Sabes algo de él?
-No, sólo sé que está con Dani. Me dijo que se ocuparía de él, no sé que le va a hacer y ni quiero saberlo. Y Marcos está en la cárcel, por si es lo que querías saber.
-¿Cuánto le ha caído?
-Todavía falta el juicio, pero ha dicho el juez que 1 año, o por ahí.
-Paula, me voy a dormir que Álvaro me está haciendo muecas para que me calle.
-¿Dormís en la misma habitación? ¡Qué guay! Podéis hacer una fiesta de pijamas.
-No te pongas celosa, gordi. Un beso, te quiero.
-Yo más.
*Fin*
-¿Qué te ha dicho?
-Poca cosa, él está con Dani y Marcos en la cárcel. Podemos estar tranquilos.
-¿Se ha puesto celosa?
-No, me ha dicho que hagamos una fiesta de pijamas.
Los dos reímos y me tumbé otra vez a su lado, para quedarnos profundamente dormidos entre risas.
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Un mirador con vistas al infinito
Romance¿Y si todo cambia? ¿Y si tu vida da un giro de 180° cuando menos te lo esperas? Esther es una chica problemática, pero cuando conoce a Blas, su vida cambia completamente. La pregunta es: ¿Cambia a mejor? ¿O a peor? Sólo tienes que leer para averigu...