- Espera - le grite mientras se iba.
No me hizo caso, me ignoro y se fue corriendo, pero no me daría por vencida, tenia que hablar con el y aclarar este malentendido.
- Isco por favor para - volví a gritar cansada de correr detrás suya.
- ¿Para que? - me pregunto parando y girando se hacía mi - para que me digas que todo esto es una mentira, que has estado jugando conmigo para volver con el - contesto su propia pregunta.
- No, te juro que esa no era la intención - conteste sincera - cuando acepte estar contigo solo pensaba en ti.
- Ya claro... - contesto sarcástico.
- Isco por favor escúchame, nunca he pensado en eso - volví a defenderme de su acusación.
- Bueno, pues me da igual si era premeditado o no, el caso es que estas conmigo queriendole a el - me contestó enfadado - ¿tan difícil era decírmelo antes de engañarme? - me pregunto más que enfadado decepcionado.
- Te lo iba a decir - conteste sincera.
- Bueno pues ya que lo se, no me hables más - me dijo enfadado yéndose.
Intente seguirle el ritmo para hablarlo con más calma, no quería que lo nuestro acabará mal, pero le perdí entre las enormes instalaciones y triste por el amigo que acababa de perder me puse a llorar.
- ¿Sara estas bien? - me pregunto Marco sentándose a mi lado en el suelo.
- No - dije con la voz entrecortada - Ya no quiere saber de mi - añadí triste.
- No te preocupes amor, seguro que se le pasa - me contestó abrazándome.
- No se le va a pasar - dije segura.
- ¿Por que estas tan segura? - me pregunto extrañado.
- Porque tu te pasaste media vida para volver a hablarme - dije exagerando un poco.
- Eso es porque yo soy un idiota, pero Isco no es así - me contestó con una sonrisa.
- ¿Como lo sabes? - pregunte triste, intentado descubrir si me lo decía porque realmente lo pensaba o porque solo quería hacerme sentir mejor.
- Porque es mi pisha y yo su bro, ¿recuerdas? - me pregunto limpiandome las lágrimas.
- Es verdad - dije esbozando una sonrisa y deseando que Marco estuviese en lo cierto.
- Me tengo que ir ya a entrenar ¿te vienes? - me pregunto levantándose.
- Paso, estoy muy cansada, prefiero ir a casa - conteste sincera.
- Vale - me contesto.
Nos despedimos y me fui andando a casa de Marco deseando que Olga estuviese allí, tenía miles de cosas por contarle.
Al llegar mis deseos se hicieron realidad al ver a mi amiga comiendo helado mientras veía una comedia romántica.
- ¿Tu también estás de mal de amores? - le pregunté al sentarme a su lado y quitándole la cuchara.
- ¿Como lo sabes? - me pregunto con la boca llena.
- Porque el diario de Noah es ideal para cuando estas triste - conteste con una sonrisa, yo también solía elegirla cuando veía maratón de películas para llorar.
- Pues si estoy triste - me contesto - y no sólo eso, también estoy enfadada - añadió.
- ¿Me quieres contar? - pregunte muerta de curiosidad.
- Vale, pero sólo porque me estas insistiendo mucho - me dijo dándole al pause a la película y girandose por completo hacia mi - ¿te puedes creer que el gilipollas de Odriozola solo me quiere para follar? - me pregunto de golpe haciendo que estornudara todo el helado - Fua Sara que asco - se quejo.
- Tu tienes la culpa por ser tan directa - dije tratando de buscar un pañuelo sin sus mocos.
- Tienes razón - contesto - pero es por culpa de ese gilipollas, siempre consigue sacarme de mis casillas.
- Amiga llevo casi una semana en Barcelona, y la última vez que hablamos de el las cosas eran perfectas ¿me puedes contar como es que se han torcido tanto? - pregunte un poco perdida.
- Es muy simple, o follamos o peleamos - me resumió - y me ha dejado claro que solo le interesa lo que entra y sale de mis labios.
- Bueno eso es bueno - conteste, eso implicaba que le interesaba sus puntos de vista y tal.
- Tía se refería a los labios del coño - aclaro.
- Ahh joder - dije entendiendo su enfado - Que idiota.
- Y tu otra - dijo de mejor humor, me alegraba saber que el bulling que sufría tenía sus puntos positivos.
Le saque la lengua como la persona madura que soy y añadi
- Si te sirve de consuelo mi vida es más desastre, Isco me ha pillado liandome con tu hermano y no quieres saber más de mi.
- ¿Y cuando ha pasado eso? - me pregunto sorprendida, seguro que pensaba que llegaba directamente del aeropuerto.
- Pues hace una hora creo - conteste un tanto desorientada.
- Bueno, tarde o temprano Isco se tendría que enterar - dijo Olga simple.
- Que simple ves los problemas de los demás - conteste divertida.
- ¿A que si? - me pregunto divertida - Debería haber estudiado psicología - añadió divertida.
- Anda dale al play y vamos a llorar un poco - dije queriendo ver la peli.
Y así comenzó un maratón de pelis de llorar al que más tarde se unió Marco, y mientras veíamos las distintas pelis íbamos llorando como si no hubiera un mañana y tragando como cerdos, por lo menos mi cuerpo no se podía quejar, le estaba alimentando.
Chiquis voy a hacer un grupo de was para hablar de fútbol, por si alguien está interesado.
ESTÁS LEYENDO
Lo que el fútbol unió (Marco Asensio)
Fanfiction|TERMINADA| Una chica cansada del machismo que hay en su casa decide irse de casa con la excusa de la universidad para ir a cumplir su sueño, convertirse en futbolista profesional.