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Son las 6 de la mañana y yo despierta, hay que ver lo que hace una por las dos cosas que más me gustan de este mundo: el fútbol y Asensio.

Lo que no me explico es porque lo hace él, no entiendo porque se implica tanto conmigo, podría hacer como con las demás y limitarse a ayudarme por las tardes. ¿A lo mejor le gusto? Bah no me lo creo ni yo, seguramente lo hace porque le doy un poquito de pena.

Dejando de lado mis pensamientos me puse un chándal de adidas y mis nuevas botas de fútbol, que me compre hace poco y cogí mi mochila de la universidad y una mochila aparte con el recambio de ropa por si no me daba tiempo a pasar por mi habitación para cambiarme donde sea.

Y fui hacia él lugar donde había quedado con Marco, como llegue antes me senté en el césped a esperarle.

- Buenos días - me saludó Marco al llegar a la hora justa a la que habíamos quedado, a las 7:00.

- Buenos días - conteste con una sonrisa.

- ¿Llevas mucho aquí? - me pregunto dándome la mano para ayudar a levantarme.

- No - conteste sincera, a penas me había dado tiempo a revisar mis notificaciones.

- Guay - contesto con una de esas sonrisas que tanto me gustaban - Me molan tus botas.

- Gracias - conteste, la verdad es que a mi también me encantaban por eso no me molesto gastarme tanto en ellas

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- Gracias - conteste, la verdad es que a mi también me encantaban por eso no me molesto gastarme tanto en ellas.

- ¿Empezamos? - me pregunto.

- Claro - conteste.

- Vale, primero hacemos un pequeño calentamiento y luego te digo algunos trucos para que mejoren tus tiros - me explico brevemente.

- Yo ya estoy caliente, calienta tú - le conteste, en realidad no quería correr.

- Por muy caliente que te pongas ante mi presencia no te vas a librar de correr - me contesto haciéndome sonrojar.

- Dios, ¿crees que algún día dejaré de hacer el ridículo en tu presencia? - pregunte sarcástica. 

- No se - contesto con una sonrisa, parecía que toda esta situación le divertía.

- Pero que quede claro que no lo decía en ese sentido - aclare un poco tarde.

- Ya lo se, te estaba vacilando - me contesto divertido.

Nos pusimos a correr un rato y después empezamos a dar pases.

- Eres buena - me comentó sorprendido mientras nos pasábamos el balón, la verdad es que ahora que ya eramos más amigos y no le venía tanto como a un ídolo inalcanzable me relaje lo que provocó que jugase mejor o por lo menos a mi nivel de siempre, pero que él no conocía.

- Gracias - conteste con una sonrisa sonrojandome.

- ¿Has jugado alguna vez en un equipo? - me pregunto curioso.

- Que va, mis padres nunca me han dejado jugar, dicen que el fútbol es para hombres - conteste sincera.

- Pues menuda estupidez - me contestó.

- Pues si - estuve de acuerdo.

- Entonces no saben que juegas ¿no? - me volvió a preguntar.

- No, por eso me vine a Madrid, para jugar a fútbol - conteste.

- Te gusta mucho ¿no? - me pregunto.

- Me encanta - conteste sincera.

- ¿Casi tanto como yo? - me pregunto divertido haciéndome sonrojar de nuevo.

- Que idiota - me queje.

- Es broma - me dijo riéndose de mi reacción - Tirame tiros desde allí - me pidió yéndose a la portería.

- Vale - conteste.

Le tire un par de tiros pero enseguida me queje al ver o que los balones le iban a él o iban tres metros lejos del palo, la verdad es que los tiros desde lejos se me daban bastante mal.

- Joder soy malisima

- No lo eres - me contradijo - le das mal al balón.

- ¿Y como le doy? - le pregunté curiosa, si de alguien podía aprender era de él que tenía un chut privilegiado.

- Así - dijo haciendo la muestra.

- ¿Y no es así como le doy yo? - pregunte confusa.

- No cariño, tu le das o con la puntera o con el interior, tienes que tratar de darle con el empeine - me explico, pero sinceramente deje de escucharle cuando me dijo cariño.

- ¿Que? - pregunte perdida haciendo que viniese hacia mi.

- Que tu le das con esto y con esto - dijo poniendo las manos en la parte del pie con la que se suponía que le daba - prueba a darle con esta parte.

- Vale - conteste.

Tire a portería y le di a la cruceta.

- Wow Marco eres el mejor - dije abrazándole con emoción porque había echo el mejor toro del día.

- Vuelve a tirar - me pidió.

- Buena idea, igual solo ha sido suerte - conteste.

No sólo hice un tiro, si no varios y aunque algunos se fueron desviados estaba muy contenta porque en general mis tiros ahora eran mejores dándole con esa parte del pie.

A las 9 dejamos de entrenar y Marco se ofreció a llevarme en coche a la residencia de la universidad.

- Muchas gracias - le dije cuando llegamos - y no sólo por traerme, si no también por ayudarme, por ser tan agradable conmigo y por hacer este esfuerzo tan grande para entrenarme.

- No tienes porque darlas me gusta ayudarte y pasar tiempo contigo - me contesto, ¡Wow acaba de decir que ñe gusta estar conmigo! - ¿Nos vemos esta tarde? - me pregunto sacandome de mis pensamientos de fangirl.

- Claro - conteste dedicándole una sonrisa antes de salir del coche.

Creo que nunca en mi vida había estado tan feliz en un día en el que me madrugar.

Hola guapis!!!

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Hola guapis!!!

¿Que os ha parecido este capítulo?

Gracias por leerme, os quiero 😘😚


Lo que el fútbol unió  (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora