Lo que el fútbol unió (Marco Asensio)

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- ¿Que pasa Marco? ¿Que es eso tan importante que tienes que decirme? ¿O por lo que me necesitas? - pregunte nada más llegar allí.

Pero mis palabras se quedaron en el aire al verle, estaba llorando y no sólo eso, se veía destrozado.

- Marco - le llame dulcemente haciéndole mirarme.

Su mirada aún transmitía más tristeza, no se porque pero me entraron unas ganas enormes de abrazarte y no soltarle más.

Y como soy así de impulsiva lo hice, le abrace con fuerza y el aunque sorprendido también me devolvió el abrazo.

En silencio nos abrazamos durante varios minutos y al final el silencio fue roto a causa los gemidos de tristeza de Marco, sus lágrimas volvieron a caer.

- Gracias por venir - me dijo cuando se calmo un poco.

- Es lo mínimo que puedo hacer por un amigo - conteste con una sonrisa, para tranquilizarme.

- Yo no soy cualquier amigo - contesto con pena.

- Es verdad, no eres cualquier amigo - le di la razón - Eres mi crush y mi compañero de piso, así que estas por encima de cualquier amigo.

- Tu también estás por encima del resto - me contesto con una sonrisa - Te amo - me dijo acariciandome la mejilla.

Dios, acaba de decirme que me ama, ya no se si es un sueño porque siempre quise oír eso, o una pesadilla porque me lo dice justo ahora porque tengo novio.

- Te amo - me repitió como si no lo hubiera oído - Te amo, desde el primer día, desde tu cara de sorpresa al verme o nuestro primer juego juntos que por mirarme te dio un balonazo mi hermano, también desde que descubrí que leias historias de amor mías o la naturalidad con la que me empezaste a tratar después de eso apostando citas o robandome besos. Te amo y no quiero pasar un día más sin ti - me dijo haciéndome llorar por la emoción.

No aguante más hacer lo correcto y no lo que debía y me lance sobre sus labios, le bese como hacía tanto había querido y lo disfrute como ningún otro, definitivamente era el mejor beso que me habían dado, nunca un beso me había echo sentir tanto, ambos mientras nos besabamos llorabamos por pura emoción.

No se como había logrado convencerme de que no sentía nada por el, recién me doy cuenta de que si me he creído esa mentira sería capaz de mentir a cualquiera.

- Yo también te amo - conteste con una sonrisa cuando nos separamos - Aunque eso no es novedad, yo te amo desde que te vi jugar un partido en el Camp Nou con el Espayol de Cornella - le conté eso que solo mi hermano sabía, hace un par de años hicimos la mayor de las ilegalidades, nos colamos en el Camp Nou aún no se ni como lo hicimos, supongo que ambos eramos pequeños y nos dejamos llevar por una estúpida idea, que terminó provocando mi enamoramiento hacia este jugador cuando sonriendo le dio su camiseta a la chica de al lado.

Empezamos a hablar de ese partido y contándole lo que hice con mi hermano logre cambiarle el ánimo, ya no estaba triste, aunque no sólo mi historia tuvo que ver si no también los besos que nos dábamos.

Pero después de un rato más no pude contener más la intriga y tuve que preguntarle porque me había echo venir, necesitaba saber que era eso que tan triste le puso.

- Bueno como sabes mi padre esta de mudanzas - empezó a contarme y efectivamente sabía de que hablaba, ya que Olga me lo había mencionado, asentí con la cabeza y Marco continuo con su relato - pues he ido a ayudar y me he encontrado al fondo del desván una caja vieja llena de polvo y muerto de curiosidad la he abierto y me he encontrado con esto - dijo enseñándome una carta antigua.

Como me la estaba acercando la cogí curiosa y vi que estaba escrita por Maria Gertruida Margaretha Willemsem, su madre.