~ Kyle PV:
Me levanté como cada mañana, sin ganas de hacer nada de nada, no es que sea vago, que también, pero no es el caso, es que desde que vivimos sin mi padre no tengo tiempo para mí. Mi madre trabaja todo el día, las gemelas no paran. ¿Cuando tiene Kyle un descanso para él? Pues cuando todos duermen. Salgo, doy vueltas cual zombie por las calles del pueblo y vuelvo al tejado de casa, donde leo algún libro de mi selección hasta que me caigo del sueño. Todos los días son iguales. ¿Por qué nos tuvo que abandonar?
- Oye, ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Me escuchas? - Dijo Amara.
- ¡Me sieeenteees! - Dijo mi queridísima Kristen dándome un golpe en la cabeza, sacándome de mi ensimismamiento.
- ¡Ay! Pero serás... ¿Qué queréis? - Dije fastidiado y con una cara que, al momento, las dos dejaron de hacerse las graciosas y se pusieron serias. Sé que vienen a pedir algo. Lo harán a su modo peculiar, como si fuesen las hijas gemelas de Satán.
- Ejem... - Dijo Amara para que le preste atención a ella. - Según un estudio hecho por Cambridge... - Dijo con su acento inglés perfecto (nótese la ironía). - Las chicas adolescentes de 18 años merecemos, no, necesitamos salir una media de cuatro veces por semana. Dada nuestra media, que se podría afirmar como nula, exigimos, no, necesitamos...
- ¡Que nos dejes ir a la fiesta de Tessa! - Gritó de repente Kristen, cosa que me sobresaltó.
- ¡Eso no estaba en el plan, hermanita! - Le dijo Amara con un ápice de ironía en esa última palabra.
- Ya, pero te extiendes más que Kyle hablando con... - Dijo con tono divertido mi queridísima y amada Kristen.
- ¡Calla bruja! - Le solté, poniéndome rojo, como siempre.
Desde que no está papá me toca a mí hacer su función, no soy tan estricto, más que nada porque tenemos la misma edad. Sí, somos trillizos, pero me niego a aceptar que salí del vientre de mamá con esas crías del demonio. Por eso somos las gemelas y yo. Suelo tener conflictos para explicar esto. Kristen es la imagen femenina y joven de mi padre, con su mismo carácter; Amara es idéntica a mi madre. Yo soy la mezcla, me parezco un poco a mi madre, físicamente, pero en carácter soy mi padre. Dado que mamá tampoco está por casa, me pidió que cuidara de ellas y me hiciera cargo. No es que no sepan valerse solas, pero tienen la típica mentalidad de niñas de 15 años, yo, en cambio, soy algo más maduro y desde que se fue papá, suelo cumplir con más responsabilidades.
Ellas se quieren mucho, a pesar de que peleen todo el día, pero eso es por el hecho de que no comparten ni un solo gusto. Kristen es la más dulce de los tres, pero también la más astuta, sabe como ganarle las discusiones a cualquiera, tiene un carácter fuerte, pocos pueden tumbarla. Ama ir de compras, no se como consigue arrastrar a Amara a todas sus locuras, no te imaginas cuantos castigos se ha comido Amara solo por seguir las travesuras de Kristen. Amara, en cambio, es más tranquila, más callada, le encanta leer, siempre nos recomendamos libros, ama el negro y es la más inteligente de los tres, son una combinación mortal. Parecen dos versiones de un mismo ser, una pija y otra gótica. Pero comparten amistades y Tessa es una amiga de toda la vida, estuvo en casa mucho tiempo. Después de que papá se fuese, estuvo ahí para ellas.
- ¿Entonces Tessa hace una fiesta? ¿Por qué? - Les contesté, para que dejasen de discutir por el plan de Amara.
- Pues porque quiere. - Dijo Kristen y Amara le dio un codazo.
- Déjame hablar a mí mejor... Hace una fiesta para despedir las vacaciones de verano, ya que en tres días empezamos clases. - Contestó Amara con tono de abogada.
- Vale. ¿A que hora volvéis? - Les dije, dado que era Tessa, no me importaba dejarlas ir, también merecen salir de la monotonía... Y así tendría casa sola.
- Em... pensábamos... o sea, si nos dejas claro, si no no pasa nada, porque claro eres tú el que...
- Mañana. Por la mañana, probablemente después de desayunar, Tessa nos ha sugerido quedarnos a dormir. - Dijo Kristen cortando a Amara y con una sonrisa de niña pequeña, no puedo evitar caer y ceder ante esa cara de ángel que pone.
- De acuerdo señoritas, mañana a las 11 en casa, si no, me quedo con vuestra paga de la semana que viene.
- Hecho. - Dijeron al unísono, que repelús me dio eso. Ambas subieron a sus respectivas habitaciones a saber a hacer qué.
Volvió el silencio al salón, cogí mi taza de chocolate caliente y volví al libro donde estaba antes.
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- ¡Marmota! - Me exclamó Amara para que me despertase, no se en qué momento caí rendido.
- Déjame en paz demonio de los vientos. - Le dije aún somnoliento. Explico, demonio de los vientos viene de que, de pequeña, cada vez que algo le frustraba soplaba con fuerza para expresar su enfado y mi padre la llamaba así por la cara que tenía.
- La cena está hecha.
- ¿Qué? ¿Quién la ha hecho? - Pregunté. No saben cocinar, me da miedo pensar en qué desastre habrán hecho. - Decidme que Kristen no ha vuelto a hacer de sus ensaladas con flores y hojas.
- Pues el pizzero, tonto. Supera las ensaladas, eso fue hace siglos... - Dijo Kristen metiéndose un trozo de pizza en la boca.
- Ah, menos mal... - Dije acostumbrándome a la luz del salón.
Ya eran las diez de la noche, me había dormido todo el día, que raro de mi parte. Las miré a las dos de arriba a abajo, estaban muy arregladas, admiro la belleza que tienen ambas. Amara llevaba unos pantalones militares que le marcaban a la perfección las caderas que tenía y un top negro que dejaba poco a la imaginación. Kristen llevaba un vestido ajustado rojo a juego con sus labios.
- ¿Vais a una fiesta o a la esquina? - Les dije cogiendo un trozo de pizza.
- Ja, ja. - Dijo Kristen. - Tienes envidia porque tú ni queriendo llegas a nuestra belleza.
- Vais guapísimas, espero no tener que pasarme con la escopeta por allí. - Les dije, omitiendo la burla de Kristen, más que nada porque sabía que acabaría en discusión.
- Tranquilo, este bombón no tiene dueño. - Dijo Kristen señalándose a sí misma con una mueca que intentaba ser sensual. Reí por ello.
- Y yo no estoy interesada en ninguna persona de la fiesta. - Dijo Amara.
- A ti te tengo que cuidar más, tanto de chicos como de chicas. - Le dije y rió. Amara, al igual que yo, era bisexual, eso no había sugerido ningún tipo de conflicto en nuestra familia, nuestros padres son de mente abierta y se lo olían desde siempre creo yo.
- Venga Ami, que ya es hora. - Le metió prisa Kristen y se metió un trozo de pizza entero a la boca, acto seguido se levantó para ir al baño. Que femenina ella...
- Voy... - Dijo Amara con más calma, terminando su tercer trozo. - ¿Te ayudo a recoger? - Me dijo.
- No, tranquila, vete ya, que se os hace tarde. - Le contesté.
- Oki, gracias. - Me dio un abrazo y fue a seguir a Kristen para darse los últimos retoques, supongo.
Me levanté para recoger la caja de pizza vacía, la botella de refresco y los vasos. Mientras lavaba los vasos sentí un escalofrío, miré hacia la ventana de la cocina y vi una sombra pasar. Me acerqué a ver qué había sido, pero no veía nada, tal vez influía que no llevaba las gafas puestas y simplemente veía manchas.
- ¡BU! - Gritó Amara tocándome el hombro, acto que hizo que yo gritase de una forma poco masculina.
- ¡Imbécil! Podría haber roto un vaso, te odio. - Le dije mientras esta se reía y la otra de fondo también.
- Tendrías que haber visto tu cara. - Dijo y me imitó entre lágrimas y risas. - Ay, basta, que se me corre el rimmel.
- Venga, vámonos ya Amara. - Dijo Kristen secándose con cuidado una lágrima.
- Sí, largo, hijas de Satán. - Les dije mientras terminaba de lavar los vasos.
- Te amamos. - Dijeron a la vez y salieron por la puerta principal.
Al fin solo, estos momentos siempre los apreciaré más que ningún otro. No hay nada más bonito que estar a solas y en silencio.
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Imperium
FantasyDicen que una familia unida es una familia feliz. Pero, ¿Qué pasa si algo se rompe? La familia Cowen esconde un secreto, tan incierto que nadie sabe qué pasó. Cada uno intenta seguir su vida igual que antes, pero no es posible, no con tu padre desap...