Me puse mi serie favorita mientras hablaba con Mael, Liss, Darlene y Jaden por nuestro grupo de Whatsapp, con un nombre super original: Ensalada de patatas. El nombre tenía su gracia.
No podía parar de reír con esta gente, cada uno era diferente al otro, a su manera, pero todos estábamos muy unidos, no por algo en común, simplemente por distintas situaciones. Jaden y yo somos amigos de toda la vida. A Liss la conocimos en el primer año de instituto y a Darlene en segundo. Mael es el miembro del grupo más reciente, a él lo conocía Liss de siempre, un día vino a cenar con nosotros y desde entonces nos llevamos todos muy bien con él. Aunque no paran de "shippearlo" conmigo, cosa que a los dos nos incomoda. Todo porque en la cena se sentó delante de mí y yo solté en broma que era mi cita. Maldigo ese momento de lucidez...
Escuché un estruendo y levanté la mirada del móvil, miré hacia la tele y vi una escena que ya había visto, ya que es la segunda vez que veo esta serie. Volví a escuchar un ruido y esta vez detecté de donde venía, era de arriba. Apagué el móvil y me decidí a subir. Esto es lo típico de las pelis de miedo, ahora me encontraré al asesino y se supone que huiré. Gracias a mis paranoias, ahora estaba con los nervios a flor de piel.
- Venga Kyle, que no eres ningún cagado. - Me dije a mí mismo. Supongo que para intentar calmarme. - No será nada. - Pensé.
Miré en todas las habitaciones y no vi nada, solo me faltaba mirar en la de mis padres. No entro ahí desde hace meses, desde que mi padre se fue, para ser precisos. Al entrar lo vi todo en su sitio, menos un cuadro que estaba torcido. Me acerqué a él para colocarlo, pero, al estar frente a él, vi que la pared de detrás era distinta, parecía hecha de otro material y no era del mismo color. Al tocarla noté que estaba hueca, empecé a dar golpecitos y efectivamente había un agujero allí. Di un último golpecito un poco más fuerte que hizo que un trozo de pared cediese, dejando un pequeño agujerito, intenté mirar por él, pero no vi nada. Empecé a romper más, la curiosidad me podía. Abrí un agujero lo suficientemente grande para ver si había algo allí, simplemente vi una caja de madera que parecía bastante antigua y, junto a ella, un libro bastante gordo. Metí la mano a duras penas por el agujero para coger la caja, con una mano conseguí abrirla y dentro de ella había una piedra azul preciosa. Quise coger la piedra pero no es que mi brazo tuviese mucha movilidad ahí, en el instante en el que conseguí tocarla, la puerta se cerró de golpe haciéndome pegar un salto y hacerme daño en el brazo. De repente, sentí como algo se posaba en la palma de mi mano y me quemaba, poco a poco y cada vez más intensamente. No podía más, por mucho que intentaba sacar mi brazo de allí no podía. Escuché como se cerraban las ventanas y como estalló la bombilla, dejándome a oscuras. Al fin conseguí sacar el brazo de allí, la mano me seguía doliendo como si la hubiese puesto en la hornilla de la cocina. Miré mi palma y vi que tenía marcado un circulo irregular, de un rojo más intenso que la sangre. Toqué la zona para ver si aún sentía la mano, no vaya a ser que me quede sin ella. En el instante en el cual posé mi dedo índice en ella, escuché agua correr. Al mirar hacia la puerta vi que se colaba agua por ella. Intenté abrirla pero era imposible, se había quedado bloqueada, intuyo que por el portazo de antes. Me dispuse a abrir la ventana, pero tampoco se abría. Esta situación comenzaba a angustiarme, no entendía nada. El agua comenzaba a acumularse, ya podía chapotear en la habitación. Pensé que no llegaría a más, pero ese pensamiento se desvaneció en el momento en el que me subí a la cama para poder mantenerme de pie y respirar. De un momento a otro estaba intentando flotar, ya podía llegar al techo. Me agobiaba, no podía más, no me quedaba espacio para respirar, decidí nadar hasta la puerta torpemente, pero no conseguí nada, me intenté calmar para conservar el poco oxígeno que aún me quedaba en los pulmones, pero era inútil. Notaba como mis pulmones me exigían aire, notaba un ardor en el pecho, como si me estuviese comprimiendo. La desesperación vino a mí, pero nada podía hacer. Poco a poco perdí la consciencia, hasta no ver nada.
~ Amara PV:
Ver tantos adolescentes intentar bailar y alcoholizarse no era el plan más divertido, bueno, ver a algunos borrachos era bastante divertido, pero tampoco toda la noche. Vine solo por Kristen, alguien tiene que cuidarla cuando Kyle no está y sabía que a esta fiesta no iba a venir, aunque he visto a Mael y a Jaden, los dos amigos de Kyle. Desde que desapareció papá Kyle los ha dejado un poco de lado a todos, no sale, solo se centra en protegernos de todo. Me gustaría que se divirtiera él por una vez en la vida.
- Hey Jaden, ¿Qué tal? - Le dije al amigo de rizos de Kyle, que estaba sentado al otro extremo del sofá.
- Oh, hola Amara, bien ¿Y tú? - Me respondió con tono agradable, él siempre me pareció el más simpático de todos.
- Bien. ¿Te diviertes?
- La verdad es que no, Mael me insistió en venir, pero la verdad es que ya me aburro un poco.
- No hay nada que no solucione un cubata. - Dijo Mael que venía con un cubata en cada mano. - Uno para ti y otro para la hermanita de Kyle. - Dijo y me extendió el vaso.
- Si mi hermano se entera de que me das alcohol eres hombre muerto. - Le dije y le di un trago, estaba bastante bien.
- Lo imagino, pero se como lidiar con tu hermano. - Me dijo y me guiñó un ojo. A lo que Jaden subía y bajaba las cejas con cara pervertida, cosa que hizo reír a Mael y después darle un golpecito. Me gustan estos chicos, sé que Kyle está bien con ellos, se ven muy agradables.
- Bueno, creo que voy a buscar a la loca de mi hermana. - Les dije y asintieron.
Me levanté del sillón, me terminé de un trago mi bebida, llamadme borracha, pero de verdad que estaba leve, no le sentía el acohol. Al dar un paso confirmé que sí llevaba alcohol, pues me fui hacia un lado pero me estabilicé rápidamente. Comencé a buscar a Kristen pero me era imposible encontrarla con tanta gente. Intenté llamarla al móvil pero no respondía. Seguramente estaría con Tessa. Les escribí a las dos para informarles de que tenía sueño y me iba ya.
Salí de la casa. Me agobiaba tanta gente. La casa de Tessa estaba a cuatro calles de la nuestra, así que no tardaría mucho en llegar. Comencé a caminar, me llegó un mensaje de Kristen afirmándome que estaba con Tessa y que nos veríamos en casa mañana. Ella se quedaría allí la noche entera, que era el plan original. Mientras caminaba me gustaba escuchar la calma, el viento moviendo hojas y ramas de los árboles. A estas horas ya no había ni un solo coche circulando. Miré hacia el cielo y estaba un poco estrellado, supongo que no se veía mucho ya que las farolas y luces de las casas contaminaban visualmente el cielo. Vi, de repente, un globo que planeaba hasta donde estaba yo. Conseguí alcanzarlo y miré a todos lados. No había nadie. El globo era gris y parecía tener algo dentro. Si hay algo que me puede, es la curiosidad, decidí explotar el globo con una uña. Hizo un estruendo enorme, como un disparo de una escopeta, del susto perdí el equilibrio y caí al suelo. Vi como una caja rara cayó y se abrió del golpe, de dentro de ella salió una piedra muy bonita, gris como el globo, que rodó hasta cerca de mi mano. Al poner mi mano encima de la piedra, esta pareció desaparecer, dejando mi mano pegada al suelo. Había algo que me estaba quemando la palma, no entendía que pasaba, no podía moverme. No sabía que hacer, no podía ni abrir la boca. Pasé así algunos segundos más hasta que al fin me sentí libre. Me levanté de golpe, un poco desorientada, cualquiera pensaría que había sido el cubata, pero ahora mismo me sentía más que sobria. Me miré la palma de la mano donde noté como me quemaba algo. Tenía una marca roja, era del tamaño de la piedra. Rocé la zona enrojecida con las yemas de mis dedos y acto seguido se levantó una ráfaga de viento que me desestabilizó, cada vez se hacía más intensa. Me sujeté a una farola para no volver a caerme, pero me costaba, cada vez más. Podía ver como volaban cosas, me sorprendí al ver como un coche salió disparado. Mis brazos cedieron, no era especialmente fuerte y tampoco estaba en forma, sabía que era cuestión de tiempo que esto me sucediera. Salí disparada hacia el cielo, dando vueltas. Por mi cabeza pasaban tantos pensamientos que no podía centrarme en nada, estaba en shock. De repente, noté como paré de dar vueltas y comenzaba a caer. Ahora sí que sí, sabía que venía después. Del pánico ni grité, veía como se acercaba más y más el suelo hacia mí, no podía hacer nada para evitarlo. Sin más, cerré los ojos y esperé a que mi vida acabase de golpe, literalmente.
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Imperium
FantasyDicen que una familia unida es una familia feliz. Pero, ¿Qué pasa si algo se rompe? La familia Cowen esconde un secreto, tan incierto que nadie sabe qué pasó. Cada uno intenta seguir su vida igual que antes, pero no es posible, no con tu padre desap...