𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕯𝖔𝖈𝖊

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¡PERDÓN!

Remus Lupin POV.

¿Que acaba de pasar?

Aun con la respiración entre cortada y mi cara ardiendo ruborizada no podía apartar mi vista de él. Sobre todo de sus ojos oscurecidos, su pupilas se habían dilatado más que antes; no apartaba su vista de mi y aunque se había alejado lo seguía sintiendo tan cerca que podía escuchar los latidos de su corazón.

Su cara un poco sonrojada, su mirada fijada en mi y jadeando lentamente mientras su pelo largo caía...

¿Acaso era un Dios Griego?

No hagas eso. su voz sonó ronca y demandante.

¿Eh?

Suspiró.

Se acercó un poco mas, me cogió del mentón y lo levantó para que mi rostro estuviera a la altura del suyo.

Esto... acarició mi labio inferior con su pulgar si sigues mordiéndote los labios de esta forma... No podré contenerme pequeño.

Cada palabra que salia de su boca; cada respiración suya; su cuerpo casi encima mio con esa atrayente fragancia; sus ojos que iban de los míos a mis labios...

Es tan adictivo...

No puedo resistirme a él.

Sentía una conexión con él que no lograba entender. No sabía quién era, ni por que estaba en su casa o por qué era tan sumiso ante sus palabras, tampoco entendía por que mi cuerpo reaccionaba así.

¿Era algo normal?

Despertar en una cómoda cama, amenazar a alguien que solo lo has visto una vez con un trozo de cristal, que cure tus heridas y pasar a besarnos apasionadamente.

No... lo normal habría sido huir o apartarlo antes de que nuestros labios se tocaran. Sin embargo no me había resistido, ni si quiera un poco... Mi cuerpo reaccionaba ante él de placer y lo peor de todo es que aún quería más.

Entonces no te contengas.

Su cara de asombro duró solo unos segundos, volvió a besarme y sentí de nuevo esa corriente eléctrica. Sus besos eran largos y demandantes, sentía mis labios arder. Intentaba seguirle el ritmo, pero se notaba mi falta de experiencia.

Me tumbó al ponerse encima mía y sujeto mis manos a la altura de mi cabeza con la suya. Cada vez el beso se intensificaba más y a pesar de que me quedaba sin aire no quería separarme de él.

— E-esp... ¡Mhp! 

Volvió a presionar sus labios con los míos y pasó su lengua por mi labio inferior.

— ¡Ah!

Mi voz salió salió sin permiso cuando apretó su cadera contra la mía. Provocando que nuestros miembros rozaran aún con la ropa puesta.

Es-esta duro.

Tenía las piernas a cada lado de su cuerpo y aprovechó mi gemido para introducir su lengua en mi boca.
Su otra mano iba de mis muslos hacia mi abdomen, acariciando todo mi cuerpo creándome pequeños espasmos y gemidos mas audibles cuando rozaba mis pezones y los pellizcaba.

Su lengua era tan cálida y se sentía tan bien... No se dejó ningún lugar por explorar y empezamos una pequeña pelea con nuestras lenguas, en la que obviamente perdía ante la suya.

𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖆𝖗𝖔𝖒𝖆 [Wσlfsταr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora