𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖆𝖗𝖔𝖒𝖆 [Wσlfsταr]

𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕮𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

Esta historia tendrá la pareja James x Severus (y mas que saldrán adelante) 

Tambien aparecerá Lily pero como mejor amiga de ellos dos. 

Si ha alguien no le gusta... que me lo diga en los comentarios :)

Sirius Black POV.

Durante mis 233 años he estado viajando por todo el mundo junto a mi mejor amigo James Potter para encontrar a nuestras Lunas. Él tuvo la suerte de encontrarla hace 4 años, podría haberse quedado con él en cualquier ciudad o manada pero se negó a dejarme solo. Al parecer su pareja destinada no se negó a viajar, por que si no no estarían conmigo en Gloucestershire.

— ¿Crees que estará aquí, Sirius? —preguntó Severus Snape, la pareja destinada de James.

— No lo sé... pero mi lobo está mas ansioso que nunca. —le contesté sin ganas.

Severus no me caía mal pero era el tipo de chico con el que me hubiera metido si hubiéramos ido al mismo instituto... Además era la Luna de James, nunca podría tratarle mal. Pero no negaré que de vez en cuando le gastaba algunas bromas. 

— Ya viene. —antes de que Severus me contestara del bosque apareció un lobo de color castaño rojizo, era James.

— Bueno, he hablado con los Weasley. Han dejado que nos quedemos en su manada para que puedas buscar a tu Luna. —dijo mientras se transformaba en humano.— Pero con la condición de que seamos cuidadosos en el pueblo... —miró a Severus por un momento y volvió a dirigirse a mí.— Nos han dejado dos cabañas, están en el interior del bosque. También son las mas alejadas de las demás cabañas de la manada.

— Perfecto. 

Cogimos las maletas del coche de James y nos dirigimos a nuestras respectivas cabañas, estaban construidas de madera y piedra, rústicas pero modernas. James y Severus se quedaron con la que estaba mas adentro del bosque y yo con la que estaba al lado del lago. Cuando terminamos de instalarnos, James vino a mi cabaña. Nos sentamos en una sala de forma rectangular con un sofa en el medio y dos sillones al lado de la mesa de cristal que había en el centro, delante de estos había una chimenea y encima de ella una televisión. A los lados de la chimenea y de la televisión habían dos ventanas que hacían de pared y sus cristales dejaban ver el lago.

— Ocultaste algo antes... ¿De qué se trata? —le pregunté y suspiró.

— Hablé con Charlie, que es el Alfa de la manada. Como dije antes, él nos dejó quedarnos pero con la condición de ser cuidadosos. No quise decirlo delante de Severus, pero hace trece años unos cazadores asesinaron a un miembro de su manada. Iba en su forma animal.

— ¿Quién...? —negó con la cabeza.

— No me dijo su nombre pero ya sabes que si morimos en forma lobuna nos destransformamos, creo que podrás imaginar como terminó la cosa. —asentí y continuó.— Desde entonces cada año se reúnen en este pueblo para hacer una cacería. A pesar de que nadie los creyó debido a que siempre cazaban borrachos sabían perfectamente lo que habían visto y la fecha se acerca. Nos ha dado dos condiciones, la primera es evitar transformarnos de día y la segunda y espero que no suceda, es que si por algún motivo nos descubren deberemos alejarlos lo máximo posible de la manada.