𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖆𝖗𝖔𝖒𝖆 [Wσlfsταr]

𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕺𝖓𝖈𝖊

Perdón por la tardanza :c

Remus Lupin POV.

—Remus... tu padre es...

Otra vez el mismo sueño.

Me estiré y removí mi cuerpo sobre las sabanas blancas hasta encontrar una posición cómoda, sentía que por primera vez desde hace mucho tiempo por fin había podido dormir más de 3 horas seguidas sin levantarme por los golpes de la puerta o sin dormir por miedo a que apareciera. La cama era tan agradable y la tela de las sabanas tan suave.

¿Agradable y suave?

Abrí los ojos y me incorporé lo mas rápido que pude, estaba en una habitación que no era la mía. Las paredes eran de madera y habían dos ventanas enormes en cada lado de la cama, a pesar de que una cortina las cubría la luz del sol se colaba por los huecos; la cama era enorme y tan... cálida, ni se podía comparar con lo que yo tenía en mi cuarto. Básicamente eran unos cuantos palos y una simple manta desgastada, a veces dormir en el suelo era mas tentador; A mi lado había una mesilla de noche con una lampara y varios... ¿Medicamentos?

¿Donde estoy?

¿M-me han drogado y esto es una alucinación? Si es así, no quiero despertar.

Aparté las sabanas dispuesto a levantarme pero ver lo que llevaba puesto me hizo cambiar de opinion. Llevaba una camisa de manga larga negra que me venía muy grande, a parte de mi ropa interior.

¿¡D-dónde está mi ropa!?

Me puse de pie, dispuesto a irme de este lugar. La camisa tapaba mitad de mis muslos, dejando ver las cicatrices y heridas que tenían mis piernas. Bajé las escaleras y me dirigí hacia donde escuchaban voces, antes de cruzar la gran puerta que daba a una enorme sala de estar me asomé un poco para ver quienes eran, solo habían dos chicos...

L-los de la cafetería.

Me pegué a la pared por miedo a que me vieran y me quedé para escuchar su conversación. 

— Sabes que no puedes obligarlo Sirius, a pesar de que sea tu Luna. Ya hemos hablado de esto.

— Lo sé perfectamente, pero tu mismo has visto su estado.

¿Hablaban de mí?

— ¿Todavía no se ha despertado?

No hubo respuesta.

— Sirius, ha estado dormido por tres días.

¿¡T-TRES DÍAS!?

— Su fiebre era muy alta. 

— Aún así...

— ¿Que querías que hiciera? ¿Dejarlo solo en el bosque? ¿Dejar que regresara en tal condición a un lugar en el que solo empeoraría? Te dije que lo iba a proteger aunque él no me acepte. Ni tu ni nadie podrá hacerme cambiar de opinión James.

Sonó como un gruñido... Su tono de voz enfadado me hizo temblar, era una sensación extraña. Una parte de mí quería abrazarlo y hacerle saber que todo estaba bien, pero otra parte me decía que no me moviera.