Razones para aprender a amar

Capítulo 16

 Me quede fijamente mirando al café que me había pedido cuando noto que alguien me toca el hombro, subo mi vista y me doy cuenta de que se trata del Dr. Robinson.

-Me han dicho que me estaba esperando. Que necesita.

-Tome asiento, y llámeme Kate, por favor.

- Entonces en ese caso puedes decirme Nick. Pero bueno para que me buscabas.

-Cuanto tiempo crees que le puede durar a Danielle la amnesia que tiene. - Noto que hace un gesto de confusión.

-Que yo sepa se le hicieron unas pruebas y su tejido cerebral no estaba tan afectado como para que se le haya olvidado todo.

- No si ella recuerda cosas, pero por ejemplo la relación que mantuvimos nosotras, es una de las cosas que no recuerda.

-Pues no sé, debería volver a examinarla, pero es muy raro, ya que en las pruebas que le hice lo primero que descarte fue el caso de amnesia y luego el porcentaje de daño cerebral. Aunque pude haber fallado, pero es muy difícil. - En ese momento creo que todo empezó a encajar como piezas de puzzles. Pero no encontraba el por qué haría una cosa así y la idea era muy rebuscada, así que lo descarté. - Bueno creo que me tendría que ir, tengo unas nuevas pruebas que hacer y una operación programada.

-Doctor, muchas gracias por su tiempo. Le importaría decirme lo que aparezca en los resultados de esas pruebas.

-Claro, dalo por hecho. Gracias por el café Katherine. En cuanto las termine te aviso, ahora vete a casa a descansar, se te nota que estas muy cansada- dijo dándome un apretón en el hombro y marchándose.

Como todavía me quedaban una hora, decidí irme de nuevo a la habitación. No sin antes comprar un café para dárselo a Susan, seguro que después me lo agradecería.

Doy tres toques, recibiendo de nuevo la misma respuesta, entra.

-Venía a ver cómo va todo, a despedirme y a traerte esto Susan. - le digo a la misma vez que le ofrezco el café, a lo que ella lo coge con una sonrisa a cambio.

-No tenías porque cariño, ¿y a donde te vas?

-A casa, creo que va siendo hora de salir de todo este lio de hospitales- digo ahora dirigiendo mi mirada a Danielle. - A parte tengo allí en el piso a mis padres y tampoco los quiero dejar mucho tiempo solos, no quiero que empiece mi madre a ordenarme mi habitación con su propia decoración- dije soltando una pequeña risa.

-Sí, me he enterado de que han venido tus padres, me gustaría conocerlos. -dice en un tono animado- A nosotros ya no nos queda mucho tiempo, según el doctor, en un par de días le podrían dar el alta, ya que las heridas y los hematomas están ya casi curados del mes que estuvo en coma.

-Entonces...cuando le den el alta que vais a hacer, quiero decir no es por ser entrometida, pero vais a ir al piso o ...- digo mirando sutilmente hacia la camilla e inmediatamente Dani baja la cabeza.

-Ah pues todavía no lo sabemos, pero seguramente se quede en casa con Fernando y conmigo, es decir, recogeremos un par de cosas del piso y ya cuando se encuentre mejor y recuperada veremos lo que haremos.

Solamente pude asentir, ya que el nudo en la garganta no dejaba salir nada más que un inútil balbuceo. Cuando conseguí disolver aquel dichoso nudo, levante la cabeza y hable decidida a que aquella situación no me sobrepasara.

-Perfecto entonces, si necesitáis ayuda con cualquier cosa no dudes en avisarme, aunque creo que nos veremos en el piso cuando vayáis a recoger las cosas, y así conoces a mis padres si quieres. - En ese momento dirijo mi mirada a Dani, pensando en aquella idea tan descabellada que se me había ocurrido antes, idea que sería resuelta por el doctor en unas horas. - Bueno ahora creo que me tendría que ir- me acerco a Susan para despedirme de ella con un abrazo, no me quería ir sin despedirme de Danielle, así que me armo de valor y cuando llego a la orilla de la camilla me agacho y acerco mi cara para darle un beso en la mejilla, noto como ella cierra los ojos, como si estuviera disfrutando aquel momento como yo o incluso más aún.- Nos vemos pronto- digo ya por fin, porque se estaba volviendo un suplicio tener que aguantarme las ganas de llenarle la cara de besos.

Hago un último gesto con la mano de despedida y salgo de la habitación, me despido de Natalia también con otro gesto de mano, llegando a los ascensores en dirección al aparcamiento y así poder coger la moto e irme al piso, el cual no me quería encontrar muy cambiado, aunque eso en todo caso, creo que se lo tendría que agradecer a mi madre.

Me puse el casco, arranqué la moto y entonces más tranquila me dirigí a mi piso.