Capítulo 18

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PARTE 1

¡RING! ¡RING! ¡RING! ¡RING! ¡RING! ¡RING!

Estiro el brazo por encima de la cama he intento alcanzar el dichoso aparato para apagar la alarma.

Joder, mascullo mientras me estiro un poco más mientras la alarma suena con más repetición. Todavía si mirar y a tientas con la mano intento apagar la alarma, pero mucho que haga el gesto no logro que se calle, quito la cara de la almohada y miro hacia el teléfono y veo que esta la pantalla apagada, pongo más atención a donde viene el ruido.

-Joder, joder, joder, joder, joder- digo mientras me pongo una camiseta- me cago en todo por que tendré que dormir en sujetador deportivo y en shorts- decía corriendo escaleras abajo- ¡YA VOY! - grite para que la persona al otro lado parara de darle al timbre de la puerta.

-Mama se puede saber por qué coño estas en mi piso a las...- me miro el reloj de la cocina, la 9 de la mañana, la mato-¡¡¡¡¡A LAS 9 DE LA MAÑANA UN SÁBADO!!!!!- dije algo alterada, y con la respiración irregular, gracias a ese "cardio" mañanero. - madremía, tengo que empezara a correr- dije poniéndome la mano en el pecho

-Hola a ti también hija. - dice pasando dándome un beso en la mejilla. Cierro la puerta a ver qué es lo que tiene que decirme- primero que nada, no son las nueve son las diez, ese reloj lo llevas atrasado- dice enseñándome la pantalla del teléfono.

-vale eso me da igual mama, se puede saber qué haces aquí. ¿Y por qué no está papa aquí?

-Tu padre se quedado en el hotel, me ha dicho que iba a dar una vuelta, ir a comprar unas cosas para casa y algo más que no he llegado a escuchar. Y ahora, se puede saber por qué no estas cambiadas, ayer quedamos en que íbamos a ir a comprar las cosas para la comida de hoy con esa novia tuya y sus padres.

- ¡MAMA! Dani no es mi novia, como quieres que te lo diga, este tipo de comentarios espero que no se te escapen en la comida, aparte no me puedo ir quien va a ordenar este desastre de piso antes de que lleguen para recoger las cosas de ella, ve tu a hacer la compra y mientras me quedo yo a ordenar- dije intentando razonar con ella.

-Está bien, quédate ordenando todo esto, acuérdate de que vienen alrededor de las once y cuarto porque a las once Dani salía de su primera sesión de rehabilitación. Todavía no entiendo por qué no quisiste ir con ella.

-Mama no empieces por favor, sabes que no puedo ejercer ese papel. No puedo simplemente acompañarla a la rehabilitación, sería un momento incomodo que una desconocida este ahí, y aún más incómodo y doloroso para mí, así que dejamos aquí el tema.

-Vale lo dejo ya- dice dirigiéndose hacia la puerta y yo la seguía manteniendo la puerta abierta mientras ella se dirigía a los ascensores - acuérdate alrededor de las once, ah ¿Kate?

-Dime

-Tu tiempo ha acabado, así que dúchate, tira las botellas vacías de alcohol y las que no lo están también, no sigas haciéndote daño tu misma. - se monta en el ascensor y yo me quedo ahí pensando todavía en aquello que me había dicho, salgo de mi trance sabiendo en que todo lo que había dicho mi madre era cierto, como se dice vulgarmente, no dejaba de meterme el dedo en la herida, una herida que tenía que curarse y no dejar una fea cicatriz.

Entro en la casa, cerrando la puerta detrás de mí. Tiro todas las botellas de alcohol, ordeno la cocina fregando todos los platos y dejando la bolsa de basura en la entrada para así mas tarde bajarla al contenedor de basura. Siguiendo por quitar todas las cajas de pizzas vacías de encima de la mesa del salón y ordenando los sofás. Cada vez parecía más una casa no un basurero como era antes. Limpio el baño y por ultimo me dirijo a mi habitación donde quito las sabanas, para más tarde meterlas en la lavadora, echo la ropa sucia al cesto y la limpia la cuelgo de nuevo en el armario, ordeno los zapatos en el rincón el en que los suelo dejar, y entonces ya por fin me meto a la ducha, fijándome el reloj que tenía ahora puesto en la muñeca viendo que quedaban diez minutos para las once.

Había tardado más de la cuenta en ducharme y por eso ahora estaba vistiéndome a toda prisa por eran las once y cuarto. Me puse unos tejanos negros rotos, una camiseta blanca que de la cual doble las mangas haciéndolas más cortas y mis queridísimas botas estilo Dr. Martens negras, eran mis zapatos preferidos seguidos de las vans.

Razones para aprender a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora