Capítulo 19

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Escucho el timbre mientras me terminaba de poner la última bota. Menos mal que ya me había desenredado el pelo, y como lo tenía corto, un poco más largo de los hombros se me secaba rápido así que solamente me lo desenrede.

Abrí la puerta con cierto entusiasmo, pero al buscarla con la mirada no la encontré.

-Buenos días señor y señora Collins. Sean bienvenidos a mi humilde morada- dije gastando una broma para romper el hielo.

-Kate cariño te he dicho un montón de veces que me digas Susan y a mi marido lo puedes llamar Fernando- como saludo recibí un beso en la mejilla acompañado de un abrazo y por parte de Fernando un apretón de manos.

-No es por ser entrometida, pero creía que iba a venir Danielle.

-Ya...nosotros también lo creíamos, pero ha salido muy cansada de la sesión de rehabilitación, por cierto, te podías haber venido seguro que a Dani le hubiera encantado que nos acompañases- y otra con lo mismo.

-me hubiera encantado acompañaros, pero esta mañana he tenido un montón de cosas por hacer, a la siguiente será. – mentira, no me gusta mentir, pero en esta situación creo que era necesario. - ¿pero entonces a la comida no va a venir? - pregunte con un toque de esperanza.

-Si claro, ella a la comida viene, es más te iba a pedir que fueras tu a por ella y así nos quedábamos nosotros con tus padres charlando.

-em.... por supuesto sin ningún problema- dije rascándome la nunca con claro nerviosismo, porque me tenían que ocurrir estas cosas a mí. – Bueno, seguidme os llevo a la habitación de Danielle. - Me dirigí a dicha habitación con ellos detrás, desde lo ocurrido solamente había entrado una vez a ordenarla y fue en ese mes de larga espera. Al entrar tuve que contener las lágrimas que amenazaban con salir.

-Fernando cariño, se nos ha olvidado subirnos las cajas, ¿puedes ir por favor? - dijo Susan recibiendo un asentimiento por parte de su marido. Vaya... este hombre no es de muchas palabras. Cuando se retiró rápidamente oigo a Susan hablar. - Vaya que bien decorada esta, veo que viviendo aquí era feliz- dijo cogiendo una foto en la que salíamos Dani y yo en la playa, y yo la sentaba en mis hombros y ella reía a carcajadas, ese día acabo en el suelo de tanto reírse- siento mucho que todo lo que ha pasado os haya separado- dijo mirándome con pena.

-Si yo también lo siento, echo de menos a la antigua Dani. Pero ahora lo importante es que se recupere, lo demás vendrá luego- dije con tristeza no puedo contener la lagrima que se me escapo, aunque me la limpie tan rápido como si me quemara la piel.

-Kate- dijo y la mire- gracias por cuidar de ella este tiempo, y por preocuparte, sé que os habíais convertido en grandes amigas, y después de todo este desastre se haya ido todo a la mierda, pero eres fuerte, así que no tienes nada que temer, seguro que volveréis a ser muy buenas amigas.

-Ojalá- pero algo más que amigas pensé. - Gracias. - dije dándole un abrazo.

-Interrumpo- dijo el Sr. Collins entrando por la puerta.

-Que tonto, pues claro que no interrumpes cariño. - dijo Susan dándole un rápido beso en la mejilla a su marido. Bueno, manos a la obra.

Después de más de una hora y media, conseguimos meter todas las cosas de Dani en las cajas, todavía en proceso de aceptar todo, pero creo que me va costar no ver más a Dani al despertarnos, o comer juntas en la barra de la cocina, o incluso taparla o subirla a su habitación cuando se quedaba durmiendo en el sofá cuando nos poníamos a ver alguna película. Me va a acostar y mucho.

Habían alrededor de diez cajas llenas, Fernando ya había empezado a bajar algunas. Yo me disponía a coger una caja y bajarla, pero saliendo del piso me encuentro de frente a mi madre, así que no me quedo otro remedio que dar marcha atrás y quedarme cerca para que no le dijera nada comprometedor para mí a Susan.

-Como van- pregunta mi madre dándome un beso en la mejilla y dirigiéndose a Susan. - Encantada de conocerte soy la madre de Katherine, Lena. - dijo mi madre ofreciéndole la mano a Susan.

-El gusto es mío Lena. Estaba deseando conocer a la madre de esta gran persona.

-Mira una cosa que tienen en común las dos siempre conseguís que me ponga roja- dije recibiendo unas carcajadas por parte de ambas. Mientras tanto Fernando, que había bajado todas las cajas menos dos, apareció por la puerta y se quedó para saludar a mi madre- Bueno, os dejo voy a bajar estas dos últimas- Fernando me dio las llaves del coche, para que metiera las cajas. El camino se me hizo corto y enseguida llegue al piso de nuevo

- Kate, ha llamado Dani diciendo que ya está lista, vas a tu a recogerla o va Fernando. - dice Susan

-Me da igual, voy yo si quieres, pero el único vehículo que tengo es mi moto, y viendo su estado no creo que sea aconsejable que la recoja con ella.

- No te preocupes coge mi coche- dice mi madre.

-De acuerdo, pues ahora venimos. - cogí las llaves y me monté en el coche. Con las direcciones que me habían dado para poder llegar más rápido, después de treinta minutos ya estaba aparcando delante de su casa, estaba realmente nerviosa, las manos me sudaban y el corazón me iba a mil por hora. Estaba a punto de bajarme del coche cuando me empieza a vibrar el teléfono y veo que pone "Hospital", con todo lo que había pasado se me había olvidado completamente las pruebas que le iba a hacer el Dr. Robinson a Dani. Así que descuelgo, escuchando la voz de aquel hombre a través del aparato.

Razones para aprender a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora