Capitulo 11

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Después de 20 interminables minutos conduciendo saltándome uno que otro límite de velocidad, llegue a la casa de sus padres. Me bajo de la moto, dejo el casco encima del asiento y me dirijo a la puerta en la cual llamo, con suerte al ser sábado a las nueve más o menos de la mañana sus padres de encontrarían aquí, digo en mis pensamientos. A los pocos segundos después, me abre una mujer mayor de unos 45 a 50 años. Pelo castaño con alguna que otra cana, ojos marrones estatura media, una gran sonrisa, se veía amable y simpática. Supuse que era la madre, y no fallé.

-En que puedo ayudarte jovencita-dijo muy amablemente.

-Veras Sra.Collins, soy la compañera de piso de su hija Danielle. He venido yo ya que el doctor me dijo que no le importaba. - vi su cara de preocupación y fui directamente al grano- Su hija ha sufrido un accidente de tráfico, he pedido que me dejasen entrar, pero me han dejado que les diga yo a ustedes.

La mujer empezó a llorar, y con las manos en la cara cayó de rodillas llorando desconsoladamente.

-Cariño que es lo que ocurre- llego un hombre alto, lo que supuse que era el padre de Dani.

-Dani, Fernando, Danielle está en el hospital...-suelta un grito desgarrador, por lo que decido yo continuar.

-Sr. Collins. Ayer me llamaron diciéndome que no habían podido contactar con ustedes y que por eso me llamaron a mí. - le digo calmadamente- Y como ellos no pudieron contactaros pues me he quedado en el hospital toda la noche a la espera de alguna noticia, pedí una cita con el doctor que lleva el caso de Danielle. Y él me dijo que si no era pariente directo pues que no podía. Por eso pedí la dirección y aquí estoy- digo acabando y soltando un largo suspiro.

-Gracias por venir a avisar. Srta....- dice el con una mirada triste.

-Kathering Evans, señor.

-Gracias por venir Srta. Evans.

-De nada, en cierta parte lo necesitaba- digo bajando la cabeza- necesitaba venir a contárselo yo en persona- Me limpio rápidamente la lagrima que cae por mi mejilla. Noto como unos brazos me rodean el cuerpo. Me doy cuenta de que son los padres de Dani.

-Se nota que le tienes mucho cariño a nuestra hija- dice la mujer mientras se separa de mí.

-Mas de la que se puedan ustedes imaginar- digo en un susurro audible. El Sr. Collins frunce el ceño, ya que lo ha escuchado perfectamente, pero no dice nada. – si a ustedes no les importa, me gustaría quedarme en el hospital hasta que podamos ver a Dani. - digo bajando suavemente la mirada.

-por supuesto que no, cariño. - me dice la mujer volviendo a abrazarme- me alegra que le tengas tanto aprecio a ella, ahora hay que apresurarse amor, nos tenemos que ir a al hospital- le dice eso ultimo a su marido-

-Pues nos veremos allí, yo iré al piso a ducharme- les digo.

-No, tú te vas al piso a ducharte y a dormir, aunque sea un par de horas, si pasase algo nosotros te llamamos-

-Muchas gracias Sra. Collins, tome mi número. - le di mi número.

-Por favor no me digas señora me hace parecer más vieja, llámame Susan.

Razones para aprender a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora