Capítulo 15

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Salí lo más rápido que puedo de aquella sala, no podía pasar ni un solo minuto ahí dentro. Note como me estaba faltando el aire, veía borroso, me estaba entrando mucho calor y notaba como me picaban los ojos. Corrí en dirección a los baños del hospital. Me choque con varias personas, dando un rápido perdón o un disculpe o un lo siento. En ese momento mi único objetivo era encontrar los baños o una salida. Como no encontraba los baños, rápidamente me di cuenta que estaba a solo una planta de llegar a la azotea, subí a toda la velocidad que pude en ese momento, cerré la puerta detrás de mí, y ahí fue cuando ya no pude más, noté como caían las lágrimas sin parar de mis ojos, mi respiración era particularmente irregular y mi pulso estaba completamente acelerado. Cuando era pequeña también solía tener ataques de ansiedad, pero era un poco de asma y al poco tiempo se me pasaba, el médico le decía a mi madre que algún día dejaría de tener, que desparecerían. Hacia muchísimos años que no me pasaba, yo creo que era cuestión de tiempo que la bomba explotara. Cuando me recompuse, tranquilamente bajé en busca del doctor de Dani. Me acerque a recepción y ofreciendo una de mis mejores sonrisas del día le pregunte.

-Disculpe podría decirme donde se encuentra el Dr. Robinson.

-Lo siento el Dr. Robinson ahora mismo está en una operación, pero supongo que no le quedara mucho.

-De acuerdo supongo que cuando salga querrá despejarse, así que dile que me puede encontrar en la cafetería.

-Seguro que cuando termine le encantara ir a tomarse un café, así que yo le digo que usted le está esperando allí. Le podría ayudar con algo más- me dice con una sonrisa radiante.

-No, muchas gracias. - le respondí yéndome dirección al ascensor. Hasta que noto que me vuelven a llamar.

-Bueno pues si necesita algo solamente tiene que llamarme a este número- mire el papel que me tendía la recepcionista en el que ponía su teléfono acompañado de su nombre, Natalia. La mire, no sé si ese era un buen momento para estar pensando en ese tipo de cosas cuando mi "novia" acababa de tener un accidente, pero tampoco es como si fuese algo malo agarrar aquel trozo de papel.

-Oh... de acuerdo, entonces un placer Natalia mi nombre es Katherine- dije extendiéndole la mano cordialmente en modo de presentación. - Ahora creo que me tendría que ir a la cafetería. - digo todavía con su mano agarrada a la mía, la verdad es que me encontraba un poco incomoda con esta situación, pero tampoco quería ser descortés con alguien que no tenía culpa de nada y no sabía que era lo que estaba pasando en mi vida.

-Si claro por supuesto, lo siento- dice dándose cuenta de que nuestras manos seguían juntas y yo empezaba a reclamar mi mano. - Nos vemos o me llamas o .... Lo que quieras. - Dice rascándose la nuca, claramente en un gesto de nerviosismo.

-Claro, no te preocupes, aunque no creo que sea lo mejor. Ahora mismo nos es que estén muy bien las cosas por mi vida...

-Aunque sea para tomar un café, en la cafetería que está a unas calles del hospital, me encantaría quedar contigo- me dice interrumpiéndome.

-Entonces en ese caso sin ningún problema, lo siento Natalia, pero me tengo que ir- digo empezando a despedirme

-Si claro, yo le digo eso al doctor cuando lo vea.

Me termino de despedir de ella con la mano y me voy en dirección a los ascensores. En ese trayecto aprovecho para llamar a mi madre.

-Mama, no es necesario que me esperéis.

-Estas bien cariño, no creo que sea lo mejor que nos vayamos teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrido.

-De verdad mama, me encuentro bien. Si quieren se pueden ir a mi departamento, puedes pedirle la llave a mi vecina, es una anciana muy maja. Os quedáis allí, descansáis y para la hora de comer estoy allí.

- No me convence todavía mucho la idea, pero bueno, acepto. Nos vemos entonces allí, ten cuidado y no llegues tarde a comer. Te quiero mucho.

- Que si mama, yo también te quiero. Adiós. - me colgó, aunque seguía sin estar muy convencida. Me dirijo a la cafetería y me siento a tomarme el café, pensando en todo lo que me había ocurrido hoy, desde despertar y encontrarme a mis padres, a hablar con Dani, como consecuente un ataque de ansiedad y por ultimo una "no cita" con Natalia. Obviamente yo no estaba muy interesada en esa salida, pero supongo que despejarme tampoco es tan malo.

Razones para aprender a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora