Hunter
Suspiro con suavidad al mismo tiempo en el que echo mi cabeza hacia atrás, apegándola por completo al borde de la ventana, lugar donde hay espacio suficiente como para sentarme con las piernas flexionadas cerca de mi cuerpo. Giro un poco hasta poder tener vista del jardín más alejado de la mansión, ese que tiene un árbol con un columpio en él justo en medio de distintos tipos de flores. Sonrío alzando únicamente una de las comisuras de mis labios al verla sentada entre tanta lejanía, pero con un sentimiento que se aleja completamente de la alegría, quizás con algo de ternura, o amor, o incluso con un sentimiento lleno de conformidad; lo único de lo que sí tengo idea es sobre la falta de negatividad.
Cierro mis ojos y me aparto sorpresivamente, apegándome más hacia el vidrio, quejándome por el repentino dolor y ardor que siento intensamente en mi cuello y hombro. Aprieto mi mordida al igual que mis manos, convirtiéndolas en puños que relajo apenas pasa la molestia.
— Avisa antes, por favor —farfullo, exhalando temblorosamente.
— ¡Lo siento! —exclama inmediatamente, colocando su mano sobre mi hombro sano— No te creí tan sorprendido, discúlpame. —Y con un gesto de su parte, no hago más que cerrar mis ojos ante el dolor.
Respiro hondo y retengo el aire, intentando no concentrarme demasiado en la sensación que me da el contacto del frío algodón mientras es pasado delicadamente sobre mi piel y la herida abierta, la cual fue hecha por Akira en un momento completamente inesperado. Suelto el aire retenido y me doy un momento de descanso en cuanto se detiene para cambiar el algodón y humedecerlo, pero vuelvo a repetir la acción anterior al sentir como se acerca otra vez; en vez de eso, solo me llama por mi nombre y me indica que suelte por lo menos dos botones de mi camisa. Acato inmediatamente, bajando un poco la parte del cuello donde tengo todo el rasguño. Me tengo una vez más al toque.
— Te clavó bastante las uñas, las marcas son profundas —dice con tranquilidad, bastante clara por su cercanía—; de lo contrario, el veneno no te hiciese tanto efecto.
Pasó una vez más, tuvo otra pesadilla. Ha sido así desde que despertó de su recuperación, todas las noches sin falta, tal y como una repetición; ya se está volviendo molesto y preocupante para nosotros, y para Akira, se ha vuelto negativo en su comodidad y tranquilidad. Algunas de sus reacciones son inofensivas, despierta sobresaltada y en gran estado de alerta, pero hay otras que tal y como de costumbre, despierta completamente inmersa en un estado de psicosis y con una increíble desconfianza.
Ahora es mayor la probabilidad de salir herido, su desconfianza está ligada con el miedo y la desesperación, con la propia ansiedad. Lo que antes era una pura reacción al trauma creado por el ataque a su familia y a la desconfianza de ver el rostro de sus parientes sabiendo de su caída, ahora está ligado con el miedo a ser herida de gravedad, de no saber si escapar o atacar, pero como es común, acaba decidiéndose por lo último. Es peor porque es más miedosa y vengativa que antes, y por lo tanto, más agresiva y peligrosa. Se siente insegura, rodeada y con poca probabilidad de escape a pesar de ser solo unos pocos, es como si viera a nuestro alrededor una multitud gigantesca. Ya no es como sus episodios de antes, en los cuales por lo menos se obligaba a recordar, a volver a la realidad, al reconocer todas las probabilidades de error causadas por su cabeza, ahora va directamente a retroceder y buscar escape para luego ir sobre nosotros.
Aunque se encuentre agotada e incapacitada físicamente por las consecuencias de la inactividad del cuerpo, su poder mental está mucho más fuerte de lo esperado. Incluso estando completamente sentada en medio de la cama, el lugar se vuelve un campo de batalla en la cual tenemos todo de perder incluso si nos mostramos inofensivos y sin ninguna intención de atacar. No se le busca rápidamente, no nos acercamos con brusquedad, mucho menos intentamos hacerla reaccionar a la fuerza..., simplemente actuamos como cualquier persona actuaría ante el despertar abrupto de una persona a causa de un mal sueño. Intentamos calmarla con suaves palabras, pero eso es muy complicado cuando ella nos ve como el propio enemigo.
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Secreto entre lazos: Dominación
FantasyLos actos precipitados y descuidados de todos han hecho enojar al monstruo oscuro en el corazón de Akira Berglind. En ella surgió la duda de saber si las personas a su alrededor son realmente de fiar. Se acabaron los buenos actos, las buenas palabr...