21._ Primer movimiento: infierno

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Akira Berglind

Estaba realmente angustiada y preocupada, tenía la necesidad de descubrir el significado dentro de mi sueño para así poder evitar cualquier obstáculo frente a mi camino, impidiéndome seguir adelante con mis planes, pero de no ser por Hunter y por su compañía, por sus palabras y por su intento de tranquilizarme hasta el punto de haberlo logrado, de seguro habría corrido hacia mi abuela Lisa para pedirle un desglosamiento de cada uno de los detalles mostrados. Al final, acabó aclarando mi menté y yo misma me llevé a la conclusión de enfrentar las cosas con absolutamente todo, sin tener algo previo de la situación y sin algún miedo o angustia en mi pecho.

Por algo he estado entrenando fuerte con cada uno de mis familiares, por algo he estado entrenando por cuenta propia mi parte psíquica... ¿¡Un sueño me va a malograr las cosas!? No, no lo hará, simplemente tomé la decisión de no prestarle atención alguna y dejarme llevar por la situación.

Es increíble, es simplemente increíble cómo me he llenado de paz y de tranquilidad desde el momento en el que le dejé saber a Hunter sobre mis sentimientos correspondiendo los suyos, me he sacado un peso inmenso de encima. Mis abuelos me lo dijeron claramente, claramente me dijeron como lo mejor para mí iba ser aceptar todo y dejar fluir las cosas con toda naturalidad. Y aunque mucho me cueste por la nula costumbre, el simple hecho de haber retomado el contacto con mi familia tal y cuando me encontraba pequeña me ha llevado a no agobiarme con mis deseos; solo se trata de terminar de aceptar la realidad hacia lo que he aceptado y lo que significa haberlo hecho.

En este punto se puede decir que he iniciado una relación con él... Creo que me siento como una adolescente recién enamorada, son demasiadas cosas que arremolinan en mi pecho ahora que las he aceptado.

El infierno está hecho un desastre por cada sitio donde mires, la locura se siente desde cualquier rincón y el instinto de supervivencia se percibe desde lo más profundo de las almas inferiores y débiles. Todo se encuentra patas arriba y eso en vez de desesperarme no hace más que llenarme de pura satisfacción al reconocer a la perfección la causa de eso; mi padre y mi abuela han impedido la salida de demonios al exterior, por eso, deseosos de alimento, entre ellos mismos se han estado atormentando hasta sacar lo más grotesco de sus corazones.

Las paredes de piedra no las recuerdo tan heladas, o quizás se trate por la sensibilidad de mis patas. A esta altura, el aroma de la sangre y la imagen de los vampiros alimentándose de los perdidos y de los de renombre alimentándose de los inferiores es realmente atractiva... ¡Extrañaba ver esto de esta forma! Mi anterior visita a este lugar fue extremadamente corta y poco tiempo tuve de extasiarme de mi alrededor.

Lo malo: mi ansiedad está creciendo y un lado de mí pulsa por salir, ese que siempre he mantenido a raya.

Me siento al borde de una esquina ubicada a la altura, teniendo justo debajo de mí el enunciado más significativo de cada una de las invasiones realizadas por ese peón que he puesto a mi merced. Observo fijamente al par de Tertium genus que juguetean en conjunto con el cuerpo de un herido e indefenso errante hasta verse completamente saciados de su sed de sangre. Respiro hondo, sonriendo inevitablemente al reconocer el sentimiento nervioso emanando de su cuerpo con gran intensidad.

Me transformo en un punto medio entre mi forma animal y mi imagen natural, tomando más por unos rasgos felinos que animales para mantener en el mínimo mi reconocimiento facial y así poder revelar más de lo que tengo pensado. Sonrío, mostrando mis afilados dientes con completa intención.

¿Por qué tanto nerviosismo? —pregunto curiosa.

¿Para qué quieres saber? —responde uno de los dos a la defensiva.

Secreto entre lazos: DominaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora