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Ya han pasado dos semanas desde la pelea, y tampoco ha pasado nada, ahora ya no vamos a comprar al mercadona para no encontrarnos con Manel, que por cierto tampoco me ha escrito ni nada, pero mejor, tampoco quiero saber nada más de él después de lo que hizo, y después de mentirme.
Samuel y yo estamos muy bien me siento segura con él.
Ahora vamos a cenar, he hecho lomo, estoy mejorando, ahora no solo comemos pizza...
Mientras cenamos me llaman
-Samuel pasame el móvil
-Eh... Elena, es tu padre
Me levanto del sofá y cogo el móvil rápido.
-¿Papa?
-¿Elena?
-Dios, ¿porque te fuiste? ¿Volverás?
-No volveré Elena
-¿Porque no?
Samuel me mira con cara de pena, no me gusta que sientan pena por mi.
-Escuchame
-¿Y si no quiero?
-Pues lo haces igualmente, tenemos que hablar
-Pues habla
-A ver, aquí estoy con una mujer que me he enamorado de ella ¿sabes?
-Pues no sé, es difícil enamorarse de alguien dos días, aunque bueno tu nos abandonastes hace casi más de un mes...
-Lo siento mucho, pero ea lo que hay, tarde o temprano iba a pasar, yo ya estaba con esa mujer antes de abandonaros, y antes de lo de Tom, hace mucho tiempo que estoy con ella, y ahora estamos viviendo juntos y ella está embarazada de mi y nos vamos a casar
-Joder papá ¿Voy a tener un hermano?
-Si, pero... No creo que puedas conocerle
-¿Estas de coña no?
-Te mandaré unos quinientos euros para que ayudaros, pero después os vais a tener que espabilar
-¿Nos vamos a tener que espabilar?
-Si, tu madre y tu
-Mamá también se ha ido joder
-Vaya, lo siento, no lo sabia, pues te mandaré a ti el dinero
-Vaya si, que amable...
-Cuídate mucho, ya nos veremos en la boda...
Le cuelgo y le dejo a medias, ya he tenido suficiente.
Samuel me abraza con ternura y me dice cosas esperanzadoras, pero, bueno, le agradezco mucho, pero en este momento prefiero estar sola.
Me levanto del sofá y me voy a mi habitación.
-Buenas noches
-Buenas noches Elena, si necesitas algo dímelo, te quiero
Esto era justo lo que necesitaba, que alguien me diga que me quiere, porque ahora mismo no tengo muy claro si le importo lo más mínimo a alguien.
No me duermo hasta dos horas más tarde, y escuchar que Samuel ha recogido la mesa y se le ha caído un vaso o algo al suelo, pero no importa. Samuel me hace sentir bien, me da mucho apoyo, y siempre me ayuda en casa, y es muy gracioso, siempre encuentra la manera de hacerme sentir bien y hacerme feliz, y por no hablar de su carita, y esa maldita sonrisa, es tan jodidamente perfecto...

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora