Liliana

Sufrimiento

Seguíamos avanzando por ese endemoniado lugar que inundaba de terror su alrededor y ni se diga mi interior. El tiempo pasaba tan rápido que parecía no existía, aún no podía digerir todo lo que había visto allí dentro, pero lo peor era que sabía que solamente era el comienzo de todo lo que aún nos esperaba por delante.

Madeline y yo continuamos en nuestro paso, donde no está de más decir; quería pensar que mis ojos le estaban mintiendo a lo que estaba viendo.
Cerca de nosotros logré ver desde las sombras, la silueta de lo que pareciera ser un animal, aunque no podía distinguir en su totalidad una forma concretamente definida, aunque mientras avanzabamos, más nos acercábamos y mi visión se aclaraba con respecto a lo que parecía ser.
«¿Qué es eso?»  
—Les llaman minotauros.
—¿Mino, qué?
—Minotauro, monstruos con cuerpo de hombre y cabeza de toro.
—¿Cómo es que existe algo así?
—El Minotauro fue encerrado en el laberinto de Creta, creado por Dédalo, con alas de cera que se derritieron al acercarse al sol cuando quiso escapar.
Mientras que el primero, fue asesinado por Teseo, por ello que él ahora reside aquí.
«¿Es una broma, no?»
—Créeme que yo también quisiera que lo fuera.

Todo era lamentos fatídicos
Aquí es donde yacen los castigos para los rebeldes
Donde se rompen las promesas
Y el karma cobra factura a todos aquellos que traicionaron sus palabras
«Quizá este sea el lugar que me espera al terminar»

Finalmente, llegamos a donde el minotauro se encontraba, descansando en el suelo como si llevara años pensando en algo que pudiera cambiar la historia, teníamos que rodearlo para avanzar hacia el siguiente nivel.
Y aunque ese animal no parecía hacer o ser la gran cosa, se notaba bastante tranquilo, continuaba impregnada la incertidumbre en él, su eterna reflexión con total indiferencia en su alrededor.
Después, desde las profundidades, en el pequeño lago cerca de él, desde esa sangre espesa comenzaban a brotar todo tipo de extremidades, y con esto me refiero a todas partes del cuerpo; desde brazos y piernas mutiladas en el flote hasta siluetas de cuerpo completo partidas a la mitad, dejando entre ver la piel tierna de color rosa con ciertos esbozos de cobalto y grasa corporal.
Incluso cabezas de ambos sexos, sin ojos ni orejas, con la columna vertebral aún colgante, pero con los huesos quebrados.
Sigilosamente se levantó y desde ése río, logró levantar el cuerpo completo de una mujer, que sollozamente abrió un poco sus ojos en señales de que aún permanecía con vida.
«Aunque claro, esa no era la mejor noticia».
A primera instancia suena imposible de creer, después de estar ahogado la sangre tuvo que haber dejado de sufrir en tan sólo unos cuantos minutos, pero es ahí donde entra el problema.
Todo aquel que pise el infierno está condenado al castigo eterno, así que por más crudo que parezca, no rompe las normas.

Poco a poco rescató el cuerpo apenas consciente del pequeño lago, donde lo dejó reposar totalmente indefenso frente a él
Mientras caían lentamente de su cuerpo las gotas de sangre que inundaban sus pulmones 
El minotauro olfateaba el cuerpo para saber si aún presentaba señales de vida, y al darse cuenta que sí, se acercaba a sus orejas mientras abría su boca y lentamente se las arrancó por completo. 
Y desde las pequeñas rocas, una serpiente empezó a subirse en su cuerpo hasta que lo abrazó totalmente.
«Un pequeño beso de buenas noches para alejar los males externos».

Cruelmente empezó a violarla mientras esa pobre mujer apenas podía quejarse de dolor.
No importaban los golpes, los arranques y las rasgaduras
No hay objeciones ni restricciones,
este es el paraíso.
Una vez que terminó, eyaculó sangre en su cara que después de arrancarla de su cabeza, pegó en la pared junto a toda su colección de máscaras.

Era extraño, pero no sentía miedo, solamente veía desde mi lugar sin dejar de caminar lentamente pero era inevitable no sentir lástima y pena por ese acontecimiento
¿Qué tan cruel tuviste que haber sido en la vida terrestre para merecer tal castigo en el otro mundo?

Teníamos que seguir avanzando así que mientras aquel Minotauro contemplaba su cometido, yo seguía en búsqueda de mi amada

Si haz llegado hasta este punto y y te preguntas:
¿Cómo es posible que de un momento a otro pases de no querer a una persona cerca de ti a lamentarte por su partida?

No es por el hecho como tal de haber sido secuestrada por el blasfemo rey del inframundo y ahora sentirme culpable automáticamente.
Durante toda nuestra vida en el amor buscamos la química, pero hasta para eso somos estúpidos y dejamos guiarnos por las reglas de la sociedad creyendo que las situaciones tienen que darse cada cierto tiempo, es cierto que la ciencia es lo único que puede ser comprobable y por tanto se convierte en la fuente más confiable, pero hay veces en que tenemos que contradecirnos y dejar fluir el corazón.
La causa de las fallas en muchas relaciones es el nerviosismo por mostrarse tal cual como son en su esencia natural y se ven forzados a mentir para tratar de aparentar que no interesa mucho progresar, pues está bien visto que a quien menos el importa, es quien tiene el control de la misma.
El amor es incondicional y a pesar de los daños de los cuales nunca estamos exentos, el punto clave recae en el querer sin importar qué, porque cada dolor, cada dedicatoria, lágrima vale totalmente la pena.
Nos preocupamos por encontrar a la persona indicada para nosotros en lugar de enfocarnos en nosotros mismos para convertirnos en esa persona indicada.
El error con mi amada lo he cometido yo mismo, y no busco compasión alguna, pues el único mal que tengo y que me está sofocando por dentro me lo he buscado yo. Tenía en mis manos a la mujer que tanto quería de mí, conocerme sin importar mis dudas, mis problemas, mis defectos.
Quien entendía la relación natural en la que ambos creceríamos porque a pesar de tener diferencias, el mismo sentimiento nos unía mutuamente.

«Liliana, juro que iré por ti, juro por mi vida y por la que sigue después de esta que volveremos a estar juntos. Yo soy todo lo que necesitas, y tú lo eres todo para mí»