Ese día en el que vomité frente a nuestros amigos volvimos temprano a casa. Yo no quería, a pesar de eso me sentía bien pero Sergio insistió en que necesitaba reposo y nos fuimos pidiendo un millón de disculpas.
Habían pasado casi tres semanas y yo seguía igual. De vez en cuando vomitaba todo lo que comía y luego tenía antojos de comer algo delicioso.
Esto ya me había pasado antes y ya supongo que podría ser. Pero no quería decirle a Sergio aún, así que hablé con Monica, a quién conocí días después y con quien formé un lazo muy grande.
Fuimos sólo nosotras dos al hospital y, luego de unas horas esperando, me atendieron.
Me hicieron las típicas preguntas a las que respondí con las típicas respuestas.
Me hicieron unos exámenes y con el paso de las horas llegaron los resultados.Estoy embarazada.
¿Cómo le diré esto a Sergio? No tenía idea. Hoy llegan Paula y mi madre, por fin nos mudaríamos y yo tendía que dar esta noticia que no sé que tan bien será recibida.
Esa tarde no la pasé en casa. Me quedé dando vueltas por la ciudad acompañada de Monica, pensando cómo decirle esto a Sergio y a toda mi familia, porque ahora ellos también forman parte.
Al final acabamos en casa de Nairobi, cómo una juntada de chicas. Ella, Monica, Tokio y yo.
- ¿Y si dejas una prueba en su mesa de noche? O en su oficina. —sugirió Tokio.
- No, debo decírselo yo misma.
- Tengo una puta idea, ¡Coño soy lo más! —Nairobi empezó a gritar, aún sentada en el sofá. —Díselo en la cena de Año Nuevo, que es este Lunes.
- Me gusta! —agregó Monica.
- Es buena idea, pero no lo sé, veré cómo se dan las cosas.
Y allí, viendo cómo decirle sobre mi embarazado a Sergio, nos quedamos el resto del día.
—
Eran las ocho y Raquel no se aparecía por casa. La había llamado un par de veces pero no respondía y los mensajes lo hacía con un "Vale, luego te aviso"
Por lo menos podía estar tranquilo que ella estaba bien, que aún respondía el móvil.
Eran las diez y la volví a llamar, ni ella ni Monica me cogían las llamadas. El móvil de Raquel estaba apagado, bufé mientras esperaba que Nairobi me atendiese hasta que lo hizo.
- ¿Sabes donde pueden estar Raquel y Monica? Ninguna me coge el móvil.
- Ah sí, están aquí en casa, también vino Tokio. Se apagaron los móviles por la batería. —Oí unos susurros del otro lado de la línea hasta que Nairobi volvió a hablar. —Dice Raquel que puedes venir por ella si quieres.
Tomé el auto y partí hacía allí. Estacioné junto a la entrada y toqué dos veces el timbre.
Salió acompañada de Nairobi, quién me saludó alegre de verme y se despidió con un beso en la mejilla. Tenía olor a alcohol y se balanceaba de un lado al otro, sin poder mantenerse siquiera de pie, pero no dije nada, Raquel y yo nos subimos al auto y nos fuimos.
Ibamos en silencio durante el camino hasta que rompí el silencio.
- Se nota que no haz tomado. Que extraño, Nairobi estaba que se caía al suelo.
- Ya.. Monica y yo no tomamos, no nos apetecía. —dudé en creerle, ella no perdía oportunidad.
- Ya.. —fingí entenderla. —Pues menos mal, Paula y tu madre ya han llegado. —hice un silencio. —No creo que les hubiera gustado verte ebria.
- ¿Cómo que han llegado? ¿No lo hacían esta noche?
- Raquel, ¿entiendes que son más de las diez? Han llegado hace cómo media hora, el taxi las llevó a casa.
- Joder.. y me lo perdí.
- Están allí, no te preocupes. Paula se tumbó en nuestra cama y se ha quedado dormida. Tu madre dice que no durmió en el vuelo, y ella.. bueno, ella está bien.
- Me alegro entonces.. muero de ganas de verlas.
Llegamos a casa, todo estaba en total silencio. Caminamos hasta la habitación y nos encontramos a Paula tumbada en nuestra cama, apenas dormida.
- Cariño.. —Raquel se acercó a ella, sentándose a su lado y acariciando su cabello, despertándola.
- Mamá! —Dió un salto, abrazando a su madre. —Te he extrañado mucho.
- Yo también, mi vida, yo también.
- Sergio me prometió ir a la playa cuando vuelvas.
- Amor.. —Me miró a mi. —Es tarde.
- ¿Qué más da? —me acerqué a ellas. —Aquí la playa es tranquila por la noche. Ve a ver a tu madre, yo preparo las cosas.
Salió de la habitación en busca de Mariví mientras Paula se cambiaba y yo preparaba una toalla y nuestras ropas.
—
Allí estábamos, Raquel y yo, sentados sobre la arena de frente al mar. Con la luna iluminando a Paula, que jugaba en el frío del mar. Y a Mariví, que reposaba en una hamaca entre los arboles.
- Amor.. —Raquel me llamó, mientras se apoyaba en mi pecho. —Tengo algo de lo que quiero hablar.
- Dime.
- Es que.. —Suspiró hondo y se levantó a mirarme. —Estoy embarazada.
Mis lágrimas empezaron a caer. Llevaba muchísimo tiempo soñando con eso, con tener hijos con ella. Y ahora mi deseo se estaba cumpliendo.
- Cielo eso es.. es maravilloso. —Me acerqué a ella, robándole un beso demorado bajo las estrellas. —Te amo.
- Yo también.
Y ahí, todos juntos, supe que tengo una familia hermosa. Más allá de unos amigos a los que agradecer, tengo una familia que no cambiaría por nada y un o una bebé en camino. Y aunque eso aún no lo sabemos, estamos aquí.
Unidos, mientras nada de esto estaba calculado.—
Yyy se acabó!💘 Espero que les haya gustado mucho y, por supuesto, habrá segunda temporada!😚
¡Los amo!
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Nada calculado [La Casa de Papel Fic]
Fanfiction¿Y sí las cosas no hubieran acabado cómo nosotros las conocemos? Sergio Marquina, más conocido cómo "El Profesor", deberá pasar algunas semanas muy intensas para recuperar la vida de su amada. ¿Podrá hacerlo? Los personajes de "La Casa De Papel"...