- ¡Mi boda es la próxima semana, Agatha! -le grité recordando que en estos años de amistad, sólo la llamo por su nombre cuando estoy nerviosa o enfadada. Y eso le hace reír.
- Vale, vale.. -me responde, entre risas. -Que lo sé, Monica está llegando con los souvenirs. ¡Te van a encantar!
- ¿Y si no me gustan? -dije, nerviosa. -Tendremos a penas siete días para cambiarlos y..
- Y tenemos a la mejor artista en souvenirs para que los haga. Y a un Profesor un tanto nervioso que obligará que salgan bien.
Me reí, por el nerviosismo, no había otra razón para hacerlo porque no era gracioso no tener todo listo a penas una semana antes de la boda.
- Hablando de preparativos.. -empezó, sentándose frente a mi en su cama. -Monica me ha pasado una foto tuya en la ultima prueba del vestido y ¡me ha encanto! De verdad, te ves hermosa en él.
- Gracias, Nairobi.
El vestido era uno largo, de hecho sin los tacones lo pisaría. Ajustado en la cintura y algo suelto por debajo, acompañado de un escote en corazón que adoré en cuanto lo vi.
Algunas perlas corren por el vestido y también decoran la hebilla del velo, el cual es medianamente largo y hermoso.- Ya me estás llamando de Nairobi otra vez.. ¡es un gran avance!
Nos reímos y poco tiempo más tarde oímos la puerta abrirse, dirigiéndonos a la sala.
- ¡Cariño, ya llegamos! -oímos gritar a Berlín desde la puerta. En tanto, Nairobi fue a su encuentro, mientras Sergio venía al mío, sellando mis labios con un beso.
Él y yo nos fuimos a la cocina a hablar, nada importante. Él sólo había salido con su hermano a recorrer la playa y hablar, al final son hermanos y tienen una buena relación.
- Sabes qué..? -me dijo, dejándome intrigada. -Hemos pasado por una tienda y he visto esto.. -dijo, entregándome una bolsa no muy grande, Dios sabrá que habría dentro. -Y pensé en ti. Se te vería perfecto.
Entonces, tomó la bolsa entre mis manos y sacó el regalo. Un pijama corto, algo rosa debajo y con una blusa blanca de tirantes.
- Sergio.. no era necesario. -mi cara demostraba todo. Gratitud y algo de molestia, sabe que detesto que utilice el dinero en caprichos para mi.
- Ya sé que no pero.. lo vi y te imaginé en él y pues, vives con ese pijama que no es más que una blusa negra y las bragas.
- ¿Te molesta que ande en bragas? -bromeé.
- No, pero es hora de un cambio. -nos reímos y, luego de intercambiar bromas y demás, volvimos a la sala con Nairobi y Berlín.
-
- Cada vez falta menos.. -me dice Berlín mientras caminamos por las calles de Puerto Princesa.
- Lo sé y.. ¿Y sí no sale bien? -pregunto, inseguro de mi mismo.
- ¿Por qué no lo haría? Os amáis, creo..
- Es que.. ¿Recuerdas lo de su padre? Hablé con él anoche, mientras Raquel se duchaba. Quiere estar en la boda, entrar con su hija y caminar hasta entregarla en el altar, pero no lo sé..
- ¿Qué tiene de malo? Deberías aceptar.
- Tengo miedo que Raquel no reaccione bien al verlo y se arrepienta de la boda.
Andrés frenó el paso, deteniéndonos frente a la playa, cerca de casa.
- Ella lo amará, y aunque fuese lo contrario ella no cancelará la boda. Lo echaremos de allí y entrará conmigo, cómo lo planeamos.
- Sé que tienes razón ¿vale? Pero no puedo evitar estar nervioso.. -dije, mientras Berlín intentaba poner las llaves en la puerta. Abriendo.
Anunciamos nuestra llegada a Nairobi y Raquel, a quien de hecho le hice un pequeño regalo.
Pasamos frente a una tienda de ropa donde exponían algunos pijamas y me topé con uno tan simple y del estilo de mi mujer que lo acabé comprando.Al rededor de una hora más tarde Monica llegó con los souvenirs. Eran realmente bellos, había captado perfectamente lo que queríamos y lo había hecho plasmar en un pequeño objeto.
Contentos con el resultado pasamos lo quedaba del día todos juntos, Monica llamó a Denver para que venga con el niño también y acabamos todos reunidos en la sala de la casa de Nairobi.
Cayó la noche y con eso la hora de ir a casa. Nos despedimos de todos y partimos rumbo.
- ¿Vas a ponerte el pijama que te compré? -le pregunté a Raquel, quien se quitaba la ropa sentada en el borde de la cama.
- No lo sé, no tengo muchas ganas de cambiarme..
- Vamos, amor... -me acerqué a ella, acariciando su espalda. -Por lo menos pruébatelo.
Me miró y le puse cara de rogón, consiguiendo lo que quería.
Me quedaba estupendo, era un simple camiseta con un short pero ella es tan hermosa que hacía que todo le quedase bien.- ¿Ya te he dicho que eres hermosa?
- Guárdate las palabras para la boda. ¿Sí?
Nos reímos bajo, antes de acostarnos y por fin ser tomados por el sueño.
Continuará..
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Nada calculado [La Casa de Papel Fic]
Fanfic¿Y sí las cosas no hubieran acabado cómo nosotros las conocemos? Sergio Marquina, más conocido cómo "El Profesor", deberá pasar algunas semanas muy intensas para recuperar la vida de su amada. ¿Podrá hacerlo? Los personajes de "La Casa De Papel"...