9:00am.
-Brook, despierta hija, es la hora del desayuno. –dice mi madre mientras me mueve.
-Déjame dormir, es sábado, mamá. –me cubro.
-No vas a estarte todo el día aquí. –me quita la manta y abre la ventana.
-Vete y déjame dormir.
-Mira, está soleado y… oh… umm… Brook, levántate. –me quejo. –Brook Foster o te levantas o te quito el teléfono.
-Da igual, no lo utilizo.
-¿Esto es… es un diario? –demonios. Me levanto rápidamente y me interpongo entre ella y el diario.
-Ya me levanté, ahora sal para que pueda arreglarme. –sonríe.
-Aww mi bebé. –me abraza. –Tienes un diario, nunca habías tenido uno.
-Mamá, no soy un bebé. –se ríe.
-Eres mi bebé.
-Tengo 16. –me mira y sonríe.
-Lo sé. –me acuna la cara entre sus manos. –Ahora, ve a arreglarte. –asiento. –Y no te olvides de cerrar tus ventanas antes de hacerlo.
-Está bien. –sonríe y me da un beso en la frente. –Te quiero.
-Te quiero, mi bebé. –dice saliendo.
-¡Mamá! –se ríe y niego. Entro al baño y me ducho, me cepillo, me seco y me coloco ropa interior limpia, salgo mientras me seco el cabello. ¿Por qué se le ocurren éstas estúpidas ideas? ¿Por qué mejor no dice “compré señal de wifi, disfrútalo”? Sería menos molesto, así no tendría que fingir y simplemente lo ignoraría, pero no, al señor anticuado no le gusta eso. Idiota. Me llega un mensaje. Debe ser Scott. Lo agarro y leo el mensaje.
Mensaje nuevo desconocido.
Posiblemente te sientas bien con tu cuerpo, no lo juzgo, me gusta el mío y aunque quisiera seguir admirándote mis principios me ganan, así que creo que deberías cerrar las persianas antes de vestirte.
Atte.: tú vecino.
Miro hacia la ventana y Dylan está parado sonriendo, me saluda y siento un calor subiendo por mis mejillas, retrocedo bruscamente y tropiezo con algo cayendo hacia atrás, suelto un pequeño gritito y caigo al suelo.
-No es mi día. –digo en el suelo. Me llega otro mensaje.
Llamada entrante desconocido…
-Deja de acosarme. –digo y se ríe.
-Yo no te acoso.
-Claro que si, me observas por la ventana mientras me visto, eso es asqueroso y no es de muy buena educación, además ¿cómo obtuviste mi número?
-Primero, no quise hacerlo porque quería, estaba en mi cuarto y tú simplemente apareciste en ropa interior, por cierto, tienes un lunar en tú espalda, ¿lo sabías?
-¡Cállate! –se ríe.
-Y segundo, le pedí a Jess que me lo diera para decirte que cerraras las persianas, así que no soy un asqueroso.
-Es igual.
-Claro que no. –dice cómico. Tocan a la puerta.
-Espera. –le digo. - ¿Quién?
-Es tú madre, ¿estás lista? Te estamos esperando.
-Si, en un momento bajo.
-Está bien, no tardes.
-Está bien. –digo y escucho sus pasos alejarse. –Ahora, voy contigo…
-Eres pequeña y tienes un bonito cuerpo, eres como… una muñequita. –siento mis mejillas arder de nuevo.
-¡Cállate! –se ríe. –Escucha, no le digas a nadie de esto.
-Lo prometo, hermosa.
-Bien, iré a vestirme si no mi madre me asesinará. –se ríe.
-Recuerda cerrar las persianas.
-¡Lo sé! –se ríe aún más fuerte y hace que me ría. –Agendaré tú número, idiota.
-Ya tengo agendado el tuyo. –sonrío. –Nos vemos.
-Nos vemos. –tranco.
Cierro las persianas y me visto. Me coloco unos jeans, una franelilla un poco holgada, color azul y unas converses azules para que hagan juego. Me peino el cabello con mis dedos y bajo. Entro a la cocina y mi madre está sentada, me mira y sonríe.
-Siéntate. –lo hago.
-¿Y Daniel?
-Está hablando por teléfono, ahorita viene.
-Está bien. –agarro una tostada y me la como. Daniel llega y se sienta.
-Bien, todo listo. –dice sonriendo.
-Entonces comamos. –dice mi madre. Ya estoy comiendo. Escucho mi teléfono sonar y me miran.
-Posiblemente sea Scott, dijo que me llamaría.
-Dijiste que no lo utilizabas. –dice mi madre.
-No siempre, además tengo wifi de nuestros vecinos.
-¿Los conoces? –dice Daniel. Daniel ¿eh? Me odia… recuerdo las palabras de Dylan.
-No, solo Jess me dijo que lo podía hacer. –digo fríamente y mi madre suspira. –Es muy útil la verdad. –sonrío.
-Sé que quieres que compre uno, lo entiendo, eres adolescente y quieres hablar por teléfono. - ¡AL FIN! –Pero ahora no puedo comprarlo…
-¿Pero lo comprarás? –digo mientras mi mamá come y él también.
-Si…
-¿Cuándo? ¿Por qué no lo compras ahora? ¿Sabías que mis tareas las tengo que investigar y se me hace muy extenuante buscarla en libros? ¿El…? –mi madre se ríe.
-Calma. –dice riendo.
-Responde.
-Bien, bien. –comienzo a comer. –No lo compro no es porque no pueda, es porque quiero que seamos una familia.
-Pero…
-Brook, escucha. –dice mi madre.
-Bien.
-Primero termina de comer y así hablamos mejor. –miro a mi madre y tiene una mirada de suplica. Como.
Minutos después.
Estamos sentados en la sala, mi madre se levanta a atender una llamada y solo quedamos Daniel y yo.
-Bien, continúa. –digo.
-Sé que esta etapa es muy dura y rara. –me recuesto al sofá y cruzo los brazos. –Sobre todo ahora que es un nuevo comienzo…
-Trato de adaptarme.
-Lo sé y está bien que lo hagas, pero sé que te enoja cuando te prohibimos algo.
-¿Como ir a la casa de Jess?
-Conozco muy bien este pueblo como la palma de mi mano y no solo el pueblo, también a las personas.
-Entonces ¿podrías decirme por qué no puedo ir a donde Jess?
-Verás, hace un año ella tuvo dos abortos ocasionados y se le ha visto con…
-¿Estás diciendo que no quieren que esté con ella solo porque piensan que haré lo mismo? Por favor, Amber es más zorra que ella…
-Brook. –dice autoritariamente.
-No, es la verdad, solo porque ella sea así no significa que yo lo seré, es estúpido.
-¡Brook! –dice serio. –No seas grosera. –me levanto enojada.
-¡Tú no tienes derecho de regañarme, ni de prohibirme nada, no eres mi padre y nunca lo serás, fue un error que mi madre haya…! –me da una cachetada y llevo mi mano a mi mejilla.
-No me vuelvas a alzar la voz y no vuelvas a decir eso. –dice furioso, siento caer lágrimas de mis ojos y mi mejilla arder. Lo miro enojada y subo, cierro la puerta con fuerza y me lanzo en mi cama, comienzo a llorar con la cabeza enterrada en la almohada.
-Brook, soy yo ¿podrías abrirme? –dice mi madre.
-¡NO! QUIERO ESTAR SOLA, LÁRGATE.
-Brook, por favor, hija. –dice preocupada.
-LARGATE, NO TE QUIERO VER NI A TI NI A ÉL… FUE UN ERROR HABER VENIDO, ME HUBIESES DEJADO CON MI PADRE, ESTARÍA MEJOR CON ÉL.
-¡Brook! –la ignoro.
Varias horas después.
Me despierto con el celular sonando.
-No me di cuenta cuando me quedé dormida. –atiendo.
Llamada entrante…
-¿Sí?
-Es Dylan, ¿todo bien?
-Si, me acabo de despertar ¿por qué?
-Bueno, escuché tus gritos y quería saber si estabas bien.
-Si, solo fue una pelea con mi madre y su imbécil novio.
-Wow, cálmate.
-Estoy agotada.
-Te acabas de levantar, floja. –me río.
-Exacto, además son las…-miro el reloj. - ¿¡4 de la tarde!?
-Si. –dice cómico. –Al parecer dormiste mucho.
-Me saltee el almuerzo.
-Espera…-me deja en espera y tengo varios mensajes, los reviso.
Mensaje nuevo Jess. 1:15pm.
¡Brook Habrá Una Fiesta Tienes Que Venir!
Mensaje nuevo Josh. 1:30pm.
Bonita, hay una fiesta, ¿quieres ir conmigo? Jess irá.
Mensaje nuevo Britt. 2:05pm.
BROOKLYN MIS PADRES ME QUITARON MI TELÉFONO, ES HORRIBLE, NO PUEDO HABLARTE :’( </3 esta noche les pediré mi laptop para hablar contigo por video llamada ;* tengo que contarte algo xoxoxoxo.
Mensaje nuevo Scotty. 3:35pm
Mi pequeña amor que adoro, te llamaré a las 6pm <3 te amo preciosa. <3 ;)
-Bien, volví. –dice Dylan.
-¿Todo bien?
-Si, si, perfectamente…aunque…demonios…
-Oye, estás ocupado, lo entiendo, hablamos luego.
-Hablamos luego, bonita. –sonrío y tranca.
-Espera ¿qué hago sonriendo? –leo el mensaje de Scott. –Ah si, por eso. –les respondo. –Ahora tengo que pedir permiso para quedarme en casa de Jess. –sonrío triunfante. Me lavo la cara, me la seco y salgo de mi habitación, bajo y mi madre esta sentada en el sofá. Me mira y se levanta. –Mamá…
-Brook, hija, me preocupaste. –me abraza.
-No exageres. –me mira y suspiro. –Lo siento.
-Está bien, mi bebé. –me abraza. –Solo me duele que no se lleven bien. –suspiro.
-Te contó. –asiente.
-Me lo dijo todo y se siente culpable.
-No lo quiero ver ahora, por favor.
-Está bien, no te preocupes, salió. –asiento. –Te quería pedir un favor.
-¿Cuál, mi amor?
-¿Me dejas quedarme hoy en la casa de Jess?
-Brook…
-Mamá, no seré igual a ella, además conoces a Amber. –ella suspira. –Confía en mí, no haré nada peligroso, solo necesito su wifi.
-¿Y el de nuestros vecinos?
-Creo que le cambiaron la contraseña, no lo sé mamá, no los conozco.
-Está bien, solo prométeme que esta vez si me llamarás. –asiento.
-Lo prometo. –sonrío y ella igual. –Su hermano y ella me vienen a buscar.
-Está bien ¿a qué hora?
-A las 7. –asiente y subo.
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El idiota de la motocicleta
Teen Fiction¿Qué sentirías si dejaras tú vida de forma drástica para terminar en medio de la nada, junto con tú madre y su pareja? Esta es la historia de Brook Foster, una chica que tuvo que mudarse a Texas desde Manhattan, dejando toda su vida atrás. Una nueva...